La diseñadora Ana María Aldón, esposa del extorero José Ortega Cano y madre de uno de sus hijos, ha sido una de las sorpresas de esta edición de Supervivientes, que llega esta noche a su fin con la gran final, a la que llega junto a Jorge Pérez, Hugo Sierra y Rocío Flores. Repasamos su concurso.
Su aspecto de señora engañó a la mayoría de los espectadores, pues Ana María Adón, que llegó a la isla de Honduras sin saber nadar, se convirtió pasadas las semanas en toda una experta en pescar, capturando en torno a 250 peces.
Ana María ha sufrido a causa de su parentesco con Rocío Flores, pues esta le reclamaba protección y alianza durante sus discusiones. Sin embargo, Ana María quiso no inmiscuirse en el concurso de la joven y se mantuvo al margen.
Ana María se ha movido entre su alegría natural, con bromas y payasadas para animar los días en la isla y la pena y la añoranza por sus hijos, a los que ha nombrado incansablemente.
Además fue con diferencia la más valiente durante la prueba de las tentaciones, en la que aceptó raparse el pelo a cambio de tres cocidos completos. Ha sido criticada precisamente por sus compañeros por ser "ansiosa" y muy mirada con la comida.
Sus grandes discusiones las ha tenido tanto con Hugo Sierra como con José Antonio Avilés, a los que no dudó en plantar cara.
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