Cada vez está más claro que la mejor forma de no envejecer es precisamente prevenir el envejecimiento. Y afortunadamente, hoy en día, sabemos cómo bloquear los distintos procesos que acaban inexorablemente deteriorando nuestro cuerpo.
Jerónimo Ors
- Farmacéutico y Director de Cosméticos Paquita Ors
Sabemos, gracias a la investigación, qué tenemos que hacer para mantener a nuestros órganos en perfecto estado y cuáles son las medidas más importantes que tenemos que adoptar.
Mantener activa la oxigenación celular
El primer punto en nuestra estrategia es mantener activa la oxigenación celular, un asunto que reviste especial dramatismo en las células de la piel.
Vida sedentaria y pérdida de flexibilidad de las arterias
Con los años, la vida sedentaria, el teletrabajo y la pérdida de flexibilidad de las arterias, es cada vez menor el aporte de sangre a los tejidos. Y cuanto más lejos están estos del corazón, más llamativo es el efecto. La sangre es el fluido más vital, y su ausencia implica menos nutrientes y menos oxígeno. Las células trabajan peor y sufren más. La consecuencia es que los factores de envejecimiento se aceleran.
El ejercicio físico es sumamente beneficioso
Por eso, el ejercicio físico al mejorar la circulación es sumamente beneficioso. Y el uso de plantas como puede ser el ginkgo, la vid roja, o la hammamelis resultan utilísimas.
Además de estas, en Cosmética utilizamos otras como la ammi visnaga o el cinnamomum zeylanicum. Que al aumentar el oxígeno, regeneran las células de la dermis y la vivifican.
Combatir la inflamación silente
El segundo punto de la estrategia de preenvejecimiento es combatir lo que se llama la inflamación silente. Sabemos gracias a numerosos estudios que envejecemos porque nos inflamamos. Las dietas ácidas con alimentos como el azúcar, el gluten, la carne roja o el consumo de alcohol tienden a inflamarnos.
Si a la inflamación general del cuerpo, sumamos la de la piel, que es el órgano que esta más en contacto con la agresión del medio ambiente, tenemos un panorama sumamente preocupante.
Por eso, no solo tenemos que utilizar activos antiarrugas como puede ser el Retinol, sino también con habitualidad cosméticos calmantes y antiinflamatorios con plantas como la avena, la caléndula, la flor de sauco y muchas otras que evitarán esta inflamación silenciosa que tan devastadora es.
Prevenir la oxidación de las células
La tercera pata de esta trilogía antienvejecimiento es la lucha contra la oxidación de las células. Lo que en términos biológicos se conoce como estrés oxidativo. La ansiedad, la tensión, el consumo de alimentos inapropiados, la contaminación ambiental producen una oxidación acelerada. Estos óxidos, que se llama técnicamente radicales libres, interfieren en todos los mecanismos fisiológicos. Como puede ocurrir con el óxido en una máquina que carece de mantenimiento.
Reparar el daño ya provocado
Y aquí es donde la cosmética puede aportar más. Porque no solo estamos en condiciones de bloquear este proceso de oxidación y envenenamiento, sino también de revertir y reparar el daño oxidativo ya provocado. Para conseguirlo tenemos desde sustancias como el Lycopeno que viene del tomate, la Ximenia o la más reciente incorporación de la que somos pioneros en España, el Fullereno una molécula que viene del Carbono y cuyo descubridor ganó el premio Nobel.
Combinando principios activos que cumplan estas tres estrategias, junto con la siempre indispensable fotoprotección, podemos llegar a edades avanzadas con una piel bonita y en perfectas condiciones.
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