Noelia Núñez Diputada del PP en la Asamblea de Madrid
OPINIÓN

A oscuras

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez sale a recibir al primer ministro de la República de Croacia, Andrej Plenković.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
EFE
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez sale a recibir al primer ministro de la República de Croacia, Andrej Plenković.

"A lo mejor no estaría mal que alguna vez guardáramos minutos de silencio en sede parlamentaria por las víctimas de la pobreza energética", dijo una vez Pablo Iglesias en el Congreso de los Diputados. Ahora, con Unidas Podemos como parte del Gobierno de España, solo queda un ruidoso silencio.

Resulta paradójica la manera en la que el tiempo nos enfrenta a nuestras propias contradicciones. Estas semanas, estos meses, estamos viviendo una verdadera crisis energética y no, la culpa no es de la guerra que Rusia ha provocado invadiendo Ucrania, por mucho que Sánchez se empeñe en decirnos lo contrario.

El Gobierno de la nación lleva meses mirando hacia otro lado, esperando más un milagro que pensando en la forma de intentar solucionar una situación que se aprecia insostenible. Ya hace algunos meses que los precios de la luz, el gas, empezaron a dispararse de una manera que parece no tener fin. Ya hace meses que las familias españolas o las propias empresas han empezado a reorganizar sus vidas en función de a qué hora es la luz más barata. Ya hace meses que hay personas que no pueden hacer frente a las facturas de suministros básicos cuando llega el final del mes. Ya hace tiempo que esperamos y, sobre todo, necesitamos soluciones y no tenemos nada.

"La economía española fue de las más dañadas por la pandemia y todo parece indicar que también lo será por la invasión de Ucrania"

Porque nada es la respuesta que se nos plantea. Nada de bajar impuestos, nada de hacer ajustes en asesores o ministerios, nada de buscar alternativas reales, nada de aceptar la postura de Europa en materia energética. Nada de nada.

Desgraciadamente vienen tiempos duros, muy duros para España. Nos enfrentamos a una economía de guerra y nuestro punto de partida no es, ni de lejos, el punto óptimo para afrontarlo. La economía española fue de las más dañadas por la pandemia y todo parece indicar que también lo será por la invasión de Ucrania.

Necesitamos urgentemente que, por una vez, el Gobierno de Sánchez tome decisiones sin tintes ideológicos, sin priorizar sus intereses electorales. Necesitamos que al Gobierno de España se le encienda la luz antes de que todos nos quedemos a oscuras.

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