Carmelo Encinas Asesor editorial de '20minutos'
OPINIÓN

El pegamento del poder

Podemos tuvo un papel fundamental para llevar a Sánchez a Moncloa
Sánchez e Iglesias se abrazan.
EFE
Podemos tuvo un papel fundamental para llevar a Sánchez a Moncloa

Que la política hace extraños compañeros de viaje es algo que en España ya veníamos comprobando en ayuntamientos e incluso gobiernos regionales. Coaliciones que se antojaban aparentemente irrealizables en las campañas electorales y que después las urnas las hacían posibles como por ensalmo. Lo de coaligarse nunca aconteció, sin embargo, en el Gobierno de la nación a pesar de que hubo periodos en que los partidos hegemónicos de turno no gozaron de mayorías absolutas. Algo tan habitual entre nuestros socios europeos como los gobiernos de coalición, a nivel estatal nunca lo experimentamos aquí hasta el 13 de enero pasado en que estrenaron su cargo los miembros del Ejecutivo del PSOE y Unidas Podemos, pactado por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.

"La Europa que necesitamos no quiere líos y los empresarios españoles todavía menos"

A ese Gobierno que el lunes próximo cumplirá seis meses le auguraron entonces muchas vicisitudes que algunos creyeron insalvables por las características personales de los dos socios, pero ningún vaticinio contemplaba una pandemia como la de la Covid-19, de tan demoledores efectos para la salud pública y la economía del país. La respuesta tardía y los errores en que incurrió el Ejecutivo en la gestión de la crisis alimentaban la tesis de un sálvese quien pueda en el seno del Gobierno que lo debilitaría hasta su implosión. Tal posibilidad animó, sin duda, al PP y a Vox a ejercer una oposición implacable en circunstancias tan terribles, acariciando la idea de tumbar al Gobierno antes de que cumpliera el año. La deslealtad de sus socios de investidura en las prórrogas del estado de alarma y los aprietos del ministro Marlaska llegaron a proyectar la imagen de un Gobierno casi amortizado, pero pocas semanas después la atmósfera política se daba la vuelta como un calcetín.

La crispación cotizaba a la baja y el pactismo ganaba enteros a pasos agigantados. La Europa que necesitamos no quiere líos y los empresarios españoles todavía menos. El país requiere estabilidad para afrontar la situación, y cualquier elemento que la perturbe tendrá el viento social en contra.

"No necesitan acostarse ni compartir opiniones, les une el pegamento más poderoso que hay en política, el del poder"

Lejos de quienes predijeron la ruptura inevitable de la coalición de Gobierno, esta se ha fortalecido en la vicisitud. Ni siquiera el votar distinto sobre la creación de comisiones para investigar la implicación de Felipe González en los GAL o sobre los negocios del rey emérito han debilitado la cohesión del Ejecutivo. El portavoz de UP en el Congreso, Pablo Echenique, asegura que la agresividad de la ultraderecha y del PP ha estimulado la unidad y que "compartir paredón", en referencia al vídeo en que un exmilitar dispara contra unas fotos, aprieta las filas.

Dice Echenique que empieza a ganar terreno la cultura de coalición, pero lo que en realidad se impone es el interés de las fuerzas que la componen. Al igual que en la Comunidad de Madrid se mantiene el pacto de gobierno entre PP y Ciudadanos, por mala que sea su relación personal, en la Moncloa nadie encuentra ventaja alguna en tirarse los trastos a la cabeza por mucha discrepancia que hubiere. El presidente Sánchez se pone de perfil en lo del ‘caso Dina’, que afecta a Iglesias, y las diferencias en materia económica quedan soslayadas por las circunstancias especiales de la pandemia y los condicionantes de Europa. No necesitan acostarse ni compartir opiniones, les une el pegamento más poderoso que hay en política, el del poder.

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