Radiografía de un batacazo: los independentistas no suman mayoría absoluta en Cataluña por primera vez en 40 años

Evolución del voto independentista desde 1980.
Evolución del voto independentista desde 1980.
Henar de Pedro
Evolución del voto independentista desde 1980.

Hay que remontarse al 20 de marzo de 1980 para observar una situación similar a la actual. Cinco meses después de que se aprobase el Estatuto de Autonomía de Cataluña, ese 20 de marzo se celebraron las primeras elecciones en la comunidad tras el restablecimiento de la democracia en España. 

El histórico president de la Generalitat Jordi Pujol resultó vencedor de los comicios con casi el 28% de los votos y 43 escaños. Al líder de Convergència i Unió (hoy convertido en Junts) le siguieron el PSC de Joan Reventós (33); la formación comunista y catalanista PSUC, de Josep Benet (25); y Centristes de Catalunya-UCD (18), la delegación catalana del partido del entonces presidente del Gobierno, Adolfo Suárez

Para ver a ERC en el listado hay que dirigir la mirada a la cuarta posición. Heribert Barrera tan solo consiguió 14 asientos en el Parlament, donde, curiosamente, el Partido Socialista de Andalucía irrumpió con 2 escaños. El escenario postelectoral revelaba entonces que los partidos independentistas no alcanzaban los 68 diputados que otorgaban la mayoría absoluta en Cataluña. La suma de CiU y ERC daba 57 escaños. Sería la primera y única vez que ocurriría en 44 años. Hasta este domingo. 

El PSC de Salvador Illa ha ganado los comicios con el 27,96% de los votos, lo que le ha dispensado 42 asientos. Los socialistas catalanes han hecho doblemente historia: una, al conseguir que el PSOE obtenga por primera vez más votos y escaños que una formación independentista; y dos, por provocar un retroceso casi insólito de los partidos del procés

El bloque separatista suma hoy 61 escaños, aunque los dos partidos con más fuerza histórica en la comunidad, Junts y ERC, 'solo' se apuntan 55, una cifra menor a la registrada en las elecciones de 1980. Los cuatro de la CUP y la irrupción de la ultraderecha independentista en el Parlament a través de Alliança, con dos asientos, han hecho que dicho bloque no se haya situado por debajo de la barrera de los 60 escaños, que siempre ha alcanzado desde 1984. 

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La influencia en la gobernabilidad, intacta

No por pérdida de fuerza representativa en el Parlament el independentismo ha perdido importancia en la gobernabilidad de Cataluña. Los separatistas continúan hoy siendo claves para que arranque una nueva legislatura. Salvador Illa va a tener que entenderse con ellos si quiere convertirse en president de la Generalitat, especialmente con ERC, ya sea negociando la instauración de un Gobierno de coalición o una abstención en su investidura que no garantizaría una estabilidad gubernamental. 

Con todo ello, aunque su habilitación para implantar y extender su discurso ha estado condicionada por sus resultados, el independentismo siempre ha estado en posiciones de poder en el Gobierno autonómico. Desde que en 1980 Jordi Pujol se convirtiese en president, no ha habido una sola legislatura en la que un representante del separatismo no tuviese un asiento en el Consell de la Generalitat. 

Incluso cuando en 2003 el socialista catalán Pasqual Maragall se convirtió en jefe del Ejecutivo autonómico, tuvo que firmar el famoso Pacto del Tinell con ERC e ICV para desbancar a Pujol, con la consecuente entrada de los republicanos en el Gobierno por primera vez en la actual democracia. De la misma manera, José Montilla tuvo que reeditar el acuerdo para acceder a la Presidencia de la Generalitat en 2006. 

La hegemonía de la derecha independentista

Hasta el año 2017, en cada una de las elecciones que se han celebrado en Cataluña desde 1980 la derecha independentista ha sido la más votada en la comunidad, con la excepción de 2015, en la que Convergència y ERC se unieron en Junts pel Sí en una única candidatura separatista.

Jordi Pujol ha gobernado la Generalitat durante 23 años, 11 de ellos con mayoría absoluta, llegando a generar una corriente política en la máxima expresión del culto a la personalidad: el pujolismo. ERC no ha tenido jamás ninguna oportunidad contra quien históricamente ha aglutinado el voto independentista. 

El líder de Convergència casi se come a los republicanos tan solo cuatro años después de llegar al poder. En las elecciones de 1984 los convergentes se anotaron el mejor resultado de su historia con 72 escaños y ERC, el peor, con cinco. 

El momento de mayor esplendor del separatismo llegó en 1992, cuando Àngel Colom (11) y Jordi Pujol (70) sumaron 81 asientos tras las elecciones. Desde entonces, aunque siempre absoluta, la mayoría independentista ha sufrido altibajos. Sus peores resultados desde 1980 los obtuvo en 1999. Entonces, alcanzaron 68 escaños. 

CiU confirmaba su tendencia a la baja —después de que en 1995 perdiese por primera vez en 11 años la mayoría absoluta— al obtener 56 asientos. Eran los años de una alianza que hoy sería impensable entre el Partido Popular y la derecha independentista. En 1996 Jordi Pujol hizo posible la llegada a la Moncloa de José María Aznar tras acordar una serie de concesiones a Cataluña en el famoso Pacto del Majestic; en los comicios autonómicos de 1999, el PP dio su sí a la sexta investidura del histórico líder convergente. 

Curiosamente, el momento de mayor debilidad del independentismo coincide con una época de bonanza de ERC. En el año 2003, cuando el conjunto de los separatistas sumaba 69 escaños, los republicanos obtuvieron el mejor resultado de su historia en nuestra era democrática: 23 escaños que lo habilitaron para entrar en el Gobierno de Pasqual Maragall

Los años de Mas y la primera gran coalición separatista

Tras siete años de Ejecutivo de coalición entre socialistas, republicanos e Iniciativa per Catalunya Verds, Convergència volvió al poder en 2010 con la figura de Artur Mas. Los convergentes consiguieron 62 asientos en el Parlament, ERC pasó de 21 a 10 y entró con 4 escaños en la ecuación independentista Solidaritat Catalana per la Independència, promovida por el presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, entre otros. 

El separatismo sumaba entonces 76 diputados. Dos años después, tras un adelanto electoral, Artur Mas volvía a ganar los comicios a pesar de perder 12 escaños. ERC se recuperó y ascendió hasta los 21 y Solidaritat abandonó el tablero político. No obstante, irrumpía entonces una formación clave para el independentismo en los últimos años: la CUP

En 2015 tendría lugar el momento de mayor trascendencia para la causa separatista: ERC y Convergència concurrían a los comicios autonómicos en una única candidatura electoral bajo el nombre de Junts pel Sí con el objetivo de materializar la independencia de Cataluña. 

La formación obtuvo 62 escaños y en enero de 2016 Carles Puigdemont se convirtió en president de la Generalitat gracias a los votos de los 10 diputados de la CUP. Puigdemont desde la Presidencia y Oriol Junqueras desde la Vicepresidencia continuaban trazando la ruta que desembocaría en el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 y la posterior declaración unilateral de independencia. 

El artículo 155 y el hito de Ciudadanos

El presidente del Gobierno por aquel entonces, Mariano Rajoy, aplicó el artículo 155 de la Constitución en Cataluña y convocó elecciones autonómicas para el 21 de diciembre de 2017. La ruptura de la candidatura independentista única perjudicó a la derecha separatista, encarnada en la renombrada Junts, y favoreció a ERC, que obtuvo sus mejores resultados en 37 años.

Los primeros obtuvieron 34 escaños, los segundos, 32  y la CUP, 4. El mayor hito lo protagonizó Ciudadanos, cuya líder, Inés Arrimadas, puede presumir de ser la primera en superar en votos y escaños a una formación independentista desde la reinstauración de la democracia. En cualquier caso, Junts y ERC conformaron un nuevo Gobierno de coalición presidido primero por Quim Torra (2018-2020) y por Pere Aragonès después (2020-2021). 

En los comicios de 2021 ERC superó por primera vez a la derecha independentista. Los republicanos obtuvieron 33 escaños, los mismos que el PSOE, y Junts, 32. A pesar de que Salvador Illa fue el más votado, Aragonès fue investido president con los votos de los posconvergentes y la CUP (9) y encabezó el tercer Gobierno de coalición independentista. 

Una legislatura que ha estado marcada por la inestabilidad, puesto que apenas un año después iniciarse, en octubre de 2022, Junts decidió salir del Govern tras fuertes desavenencias con los republicanos. Un momento convulso del independentismo en Cataluña que ha desembocado en lo que se ha vivido tras la cita electoral de este domingo: por primera vez en 44 años no suma mayoría absoluta para gobernar la comunidad.

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