Las tunas femeninas también quieren rondar: "Vamos a abrirla a todas las personas que hasta ahora no han tenido cabida"

Tuna de ingenieras de la Universidad Politécnica de Universidad. Tuna Femenina
Tuna de ingenieras de la Universidad Politécnica de Universidad. Tuna Femenina
Tuna de ingenieras de la Universidad Politécnica de Universidad. Tuna Femenina
Barri, Ruidos y Billy, integrantes de la Tuna de Ingenieras de la Universidad Politécnica de Madrid.
Sergio García

Como cada viernes por la tarde, las tres amigas llegan al local de ensayo, se enfundan sus jubones negros y capas de tuna, cogen sus guitarras y bandurrias y empiezan a ensayar. Las tres estudian o tienen alguna relación con la Universidad Politécnica de Madrid y responden a un mote, como suele ocurrir con los miembros de la tuna: Billy, de 34 años, Barri, 29 y Ruidos, 28. Son las integrantes de la primera tuna integrada por mujeres en la historia de esta universidad y una más de las que están surgiendo como setas por toda España tras décadas de exclusión femenina de estas agrupaciones estudiantiles.

"Todos venimos un poco de ambientes donde la música tradicional está bastante incluida, o sea, de pueblos", declara Billy, una ingeniera de cara aniñada y pelo corto, hasta el punto de que, según sus compañeras de tuna, tiene un aire con el niño bailarín protagonista de la película Billy Elliot, de donde proviene su mote. "Cuando me encontré con las ganas de hacer tuna, me di cuenta que no había tunas femeninas en la Politécnica".

Ante ese vacío, hace dos años, las tres participaron en la fundación de la Tuna de Ingenieras de la Universidad Politécnica de Madrid, que en la actualidad está integrada por ocho mujeres y que, a pesar de la oposición que han encontrado por parte del sector tunero más tradicionalista, han logrado salir adelante "haciendo parche" por terrazas, organizando viajes, siendo contratadas para bodas, bautizos o comuniones y, en definitiva, "haciendo la ronda", la actividad por excelencia de las tunas.

"Al final, una tuna es eso, una asociación estudiantil que se une por la música, por los ratos que nos da la música, que no es solo tocar, sino salir por ahí, llevar un poco la música, la alegría…", declara, sentada a su lado, Barri, cubierta con una capa llena de escudos bordados, piercing en el labio y el pelo rizado teñido de rubio. La tercera de las tres, Ruidos, la más joven y la única que no ha estudiado en la UPM describe lo que ha sido para ella poder integrar una tuna: "Formar una familia alrededor de lo que te une, que es la música".

fotografo: Sergio García Carrasco [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Tuna de mujeres
Las tres fundadoras de la tuna femenina de la Universidad Politécnica, en la academia donde ensayan.
Sergio García

Una tuna para acogerlos a todos

La pionera de las tunas femeninas en la capital fue la de la vecina Universidad Complutense. Fundada en los años 90, en paralelo a otras dos en Alicante y Zaragoza, se ha mantenido como el único reducto para mujeres de todas las universidades de Madrid que querían integrar una tuna durante décadas. En los últimos años, sin embargo, los vientos de cambio parecen haber llegado por fin al mundo de estas asociaciones musicales de fuerte arraigo en las universidades españolas desde tiempos medievales.

"La tuna de la Complutense, abrió mucho camino y también es nuestro referente", asegura Billy. "Como que lo ves posible, de pronto es como: 'Oh, joder, están ahí, entonces ya está, voy a intentar hacer lo mismo'".

Su nombre proviene de tunar, un término que el diccionario de la RAE define como "andar vagando en vida libre" lo que dice mucho sobre los orígenes como juglares mendicantes de los integrantes de estas asociaciones. En tiempos modernos, son bandas de música tradicional con su particular estética que tocan por las calles en busca de una contribución económica o son contratadas para ambientar actos como bodas o celebraciones varias. Pero sobre todo, se han conservado como parte del paisaje universitario. Una de esas rarezas extemporáneas que sobreviven sin que casi nadie se plantee por qué y sin que casi nadie, se hubiera preguntado por qué solo estaban integradas por hombres salvo en las contadísimas excepciones mencionadas.

La de las ingenieras de la politécnica es, técnicamente, una tuna mixta dado que no está permitido que haya asociaciones que excluyan por una cuestión de género en la universidad. Esto supone que, en teoría, las tunas masculinas también están abiertas a la entrada de mujeres, aunque es algo que simplemente, no ocurre.

"Al final es como: 'Oficialmente, no te puedo cerrar este espacio, pero voy a hacer que te sientas lo suficientemente incómoda para que no quieras volver'. Y lo han conseguido, evidentemente. Al final es lo que nos encontramos, a día de hoy, no hay tunas mixtas", explica Barri.

"La nuestra está abierta a cualquier género, pero nuestra intención es abrirla a todas las personas que hasta ahora no han tenido cabida en la tuna, porque hay un perfil que ya tiene cabida en la tuna de una manera natural", declara Billy, que asegura que han encontrado total apoyo por parte del rectorado. "Lo recibieron hasta con ilusión porque es verdad que el mundo de la tuna es muy cerrado, entonces también el que solamente haya tunas masculinas es un poco raro".

La explosión de las tunas femeninas

El recibimiento no ha sido tan positivo por parte de las tunas masculinas tradicionales, especialmente de algunos de sus miembros, que no necesariamente son los de mayor edad, según aseguran las integrantes de la tuna femenina. "Ahora mismo nosotras, en la Politécnica, el peor escollo lo estamos sufriendo de gente muy joven, es como: '¿Pero qué te pasa? Por favor, ¿Pero qué año has nacido tú? ¡Madre mía!'", ironiza Billy. "Este verano vamos a participar por primera vez en un certamen de la Politécnica y, de parte de alguno de los tunos, no de todos, pero como que la cosa es: 'A ver cómo hacemos para que se le quiten las ganas de volver'".

Con todo, asegura que también están encontrando algunas manos tendidas por parte de otros tunos, algo con lo que seguramente no pudieron contar en absoluto las primeras tunas femeninas como la de la Complutense. Las tres admiten que aquellas primeras experiencias han abierto el camino para el momento actual, que describen como una explosión del fenómeno de tunas femeninas en España.

"En general en las tunas femeninas hay mucho movimiento, mucho despunte en España", asegura Barri. "En Málaga de hecho, por ejemplo, hay dos tunas femeninas y hay varios sitios en los que ya está formándose una segunda tuna femenina incluso. Es un cambio de la mentalidad de decir... Nosotras también podemos".

¿Hasta dónde llegará este crecimiento? ¿Se podrá hablar alguna vez de una verdadera diversidad en el mundo de la tuna? "Hombre, yo espero que sí, ojalá que sí", declara Barri. "Nuestra manera de hacer tuna no es solo el reducirlo a una tuna de mujeres, sino que nosotras también, en esta búsqueda de que sea una tuna mixta, queremos que acoja otros géneros, que no sea simplemente las mujeres porque el mundo de la tuna es muy binarista... Ojalá sirvamos de ejemplo y haya más tunas que, si no lo hacen ya, se contagien de esto y empiecen a abrirse en ese sentido".

Termina la entrevista y es hora de que las tunas demuestren el motivo originario de su asociación. Cada una coge su instrumento, salen a la calle y tocan un clásico del género: la ranchera Clavelitos. Son tres mujeres vestidas de tuna y cantando una ranchera, pero la gente pasa por su lado sin gran sorpresa. Los tiempos de la sociedad han avanzado claramente más rápido que los de este mundillo, que está ahora en plena transformación.

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