Se llama Pello Otxandiano, nació en Otxandio (Vizcaya), tiene 40 años, es ingeniero de telecomunicaciones y, según la mayoría de las encuestas, podría ser el más votado en las elecciones de este domingo en el País Vasco. La sorpresa no es su nombre, edad o formación sino que es el candidato de EH Bildu a lehendakari. Si los sondeos se confirman, será el primero en ganar en unas elecciones autonómicas al PNV desde 1986, única vez en que los socialistas adelantaron al partido de Sabino Arana, herido en aquellas fechas por la escisión de Eusko Alkartasuna.

En esta convocatoria todos los partidos han estrenado candidato, salvo Podemos, y sus nombres y rostros son desconocidos para la mayoría de españoles y no pocos vascos. Ni siquiera el actual lehendakari, Iñigo Urkullu, concurre a la cita y tan radical renovación de protagonistas parece esconder mucho más que un simple recambio de dirigentes.

En esta singular campaña se ha oído hablar más de Osakidetza, el servicio público de salud vasco, que de autogobierno o independencia. No en vano la sanidad figura como la principal preocupación de los vascos en una mayoría de sondeos: nada menos que para un 33,2 % de ellos según el sondeo del Instituto Dym que publicaba 20 Minutos este lunes, muy por delante de la vivienda (12,6%) o la inmigración (11,7%), segunda y tercera preocupación, y con la autodeterminación al final del listado, citado por un escaso 3,9% de encuestados.

Pello Otxandiano (Bildu) se niega a calificar a ETA de banda terrorista y dice solo que fue "un grupo armado"

Pese a todo, Otxandiano no ha podido ocultar a qué siglas pertenece y ha mostrado su perfil menos grato en la recta final de campaña negándose a calificar a ETA de banda terrorista en una entrevista. Sin embargo, no sólo podría hacer historia el 21 de abril aunque no logre ser lehendakari (si el PSOE mantiene su disposición a reeditar coalición con el PNV). En manos de este candidato de EH Bildu está concluir el camino a la normalización política emprendido por la izquierda abertzale, tantas décadas ligada a la violencia etarra, y convertirla en un actor sin lastres para un nuevo tiempo. Los vascos que van a votarle este domingo parecen apostar por ello, según los sondeos. Veremos si, finalmente, son mayoría.