El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, y Teresa Urquijo ya son marido y mujer. La pareja se ha casado este sábado en una ceremonia en la Parroquia San Francisco de Borja, situada en la madrileña calle de Serrano, y hasta donde se han desplazado conocidos rostros del panorama político y de la realeza española. 

El asistente de mayor renombre ha sido el rey emérito don Juan Carlos, que ha podido presenciar el enlace sentado en el banco de la primera fila, acompañado por la madre de la novia y las infantas Elena y Cristina. Este lugar de honor entre la familia de Teresa Urquijo tiene una explicación: la ya esposa del alcalde es también nieta de Teresa de Borbón Dos Sicilias, prima segunda de Juan Carlos I. Entre otros políticos que también han asistido a la ceremonia religiosa se encuentra el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, así como de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que al entrar a la iglesia ha abrazado emocionada al alcalde.

El novio, por su parte, confesaba su nerviosismo en los momentos previos a la llegada de la novia y ha agradecido al público y periodistas allí presentes su interés: "Agradezco mucho el cariño de la gente. Muchas gracias a todos, de verdad", ha dicho, emocionado. 

La novia, Teresa Urquijo, llegó unos minutos después del mediodía del brazo de su padre, luciendo el traje que vistieron en sus respectivas bodas su madre y su abuela, eso sí, retocado, con una larga cola y un gran velo.

Tras la emotiva ceremonia, los novios han salido de la iglesia, ya como marido y mujer, muy sonrientes y agarrados del brazo. El alcalde y Teresa Urquijo han recibido aplausos, enhorabuenas y puñados de arroz de los cientos de vecinos que se agolpaban a las puertas del lugar. Ante la insistencia de los congregados en que se besaran, los novios se han dado sendos besos en la mejilla antes de partir hacia la finca El Canto de la Cruz.

En esa finca, propiedad de los abuelos de la novia y situada en la localidad madrileña de Colmenar Viejo, se ha celebrado el convite y hasta allí se han desplazado también decenas de invitados que no han acudido previamente a la iglesia, como la reina doña Sofía.