¿Cómo emplear la economía circular para una mejor gestión del agua?

El proceso (Life-3E) combina aguas residuales con aguas del mar para generar energía gradiente salino (una opción ecológica). Mediante el uso de la tecnología llamada electrodiálisis inversa y una tecnología emergente en la industria de la desalación, se puede generar electricidad necesaria para impulsar el proceso de tratamiento del agua.
Planta que combina aguas residuales con aguas del mar para generar energía.
Ivan Bandura
El proceso (Life-3E) combina aguas residuales con aguas del mar para generar energía gradiente salino (una opción ecológica). Mediante el uso de la tecnología llamada electrodiálisis inversa y una tecnología emergente en la industria de la desalación, se puede generar electricidad necesaria para impulsar el proceso de tratamiento del agua.

El agua tiene un papel fundamental en nuestra sociedad. En el día a día, este elemento natural resulta imprescindible para la propia supervivencia humana, así como para el bienestar de toda la naturaleza. Además, con el desarrollo de múltiples actividades, el agua se ha configurado en nuestra realidad como un elemento clave para la economía. Así, en nuestro país muchos sectores dependen directamente de este recurso para llevar a cabo gran parte de su actividad, entre ellos el agrícola, el industrial o el urbano. Por ello, Cepsa, reconocida con la máxima calificación internacional de CDP por su gestión eficiente del agua, señala que cada vez es más importante conocer cómo emplear la economía circular para una mejor gestión del agua. 

Ante esta cuestión, la compañía indica que es conveniente aclarar que la gestión hídrica en España presenta una clara tendencia positiva. El consumo medio de agua en nuestro país ha disminuido progresivamente en los últimos años y, según el Instituto Nacional de Estadística, se ha avanzando de manera muy satisfactoria a la hora de implementar nuevas soluciones para hacer frente a la sequía a la que se enfrentan numerosas regiones. 

Además, también ha aumentando la voluntad política. Desde las instituciones hay cada vez un mayor compromiso con la gestión del agua, destacando medidas como el PERTE de Digitalización del ciclo del agua o el Pacto Verde Europeo, medidas orientadas a hacer la gestión hídrica más eficiente. 

Entre otros puntos, cabe destacar también el potencial tecnológico, cada vez más grande. Las nuevas tecnologías de gestión hídrica eficiente están cada vez más extendidas, tanto que incluso España se ha configurado ya como el líder europeo en producción de agua desalada y reutilización de aguas residuales, campos en los que existe aún un gran potencial de crecimiento de cara al futuro. 

La potencia de la tecnología

Por todo ello, es conveniente destacar el papel de la tecnología en este asunto. La implementación de nuevas tecnologías y la digitalización en la gestión del agua permiten optimizar la eficiencia en este proceso, reduciendo las pérdidas ocasionadas y el consumo. Además, la innovación en la gestión hídrica debe apoyar la reducción del consumo de agua y hacerlo más eficiente. 

Al mismo tiempo esta debe permitir optimizar el aprovechamiento de los recursos disponibles. Para ello, hay cada vez más más tecnologías y técnicas innovadoras que aumentan la disponibilidad hídrica y contribuyen a una mejor gestión, como la regeneración de aguas residuales o la desalación con renovables. 

La regeneración de aguas residuales

Esta técnica trata, como su propio nombre indica, de regenerar las aguas residuales, eliminando de ellas cualquier contaminante, patógeno o sustancia dañina mediante un proceso de depuración. Así, el agua puede reutilizarse llegando incluso a ser potable. El agua residual puede usarse además para múltiples aplicaciones, desde el riego de cultivos hasta usos industriales. 

En comparación con otras alternativas, esta técnica tiene varias ventajas. Conlleva menos costes, menor conflictividad territorial y política y un menor impacto ambiental. Además, fomenta la economía circular, dando una segunda vía a las aguas y reduce la necesidad de fertilizantes cuando se emplean en la producción agrícola. 

La desalación con energías renovables

Esta otra técnica también es clave en la economía circular. En ella, se utiliza la energía renovable para eliminar la sal y otros minerales del agua, transformándola así en agua potable y adecuada para su utilización. El agua desalada puede usarse para el abastecimiento de la población en áreas donde escasea el agua dulce, así como para el riego, para un uso industrial, o incluso para la restauración de los ecosistemas acuáticos.

Entre sus ventajas destaca que su impacto medioambiental y su nivel de emisiones es muy bajo, ya que las instalaciones se alimentan con energía renovable. Mediante esta técnica, se reduce también el coste energético, sobre todo si se emplean instalaciones de autoconsumo. 

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