Cómo conseguir que nuestro perro esté pendiente de nosotros durante los paseos

Un perro mira a su dueña durante un paseo.
Un perro mira a su dueña durante un paseo.
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Un perro mira a su dueña durante un paseo.

Cuando convivimos con perros, uno de los momentos más importantes del día para ellos son los paseos. Tanto en nuestro día a día, como cuando realizamos excursiones, es habitual que busquemos espacios seguros donde poder soltarles y que disfruten de la naturaleza. Sin embargo, es importante que lo hagamos de forma segura y con las precauciones necesarias para evitar escapes o pérdidas.

En este sentido, una herramienta fundamental que nos va a ayudar, tanto a estar más seguros, como a entrenar la atención de nuestro perro y la llamada para poder soltarles sin tener sustos son las correas largas (las hay desde los diez y hasta los 30 metros). 

Si queremos irnos de excursión a la montaña, a un prado o al río y aspiramos a tener suelto a nuestro perro, lo más importante es trabajar previamente la llamada y la atención que tiene nuestro perro en nosotros a la hora de pasear y frente a otros estímulos (a priori, más llamativos).

Para ello, Sonia Losada, profesora en activo del curso profesional de Educación canina y Adiestramiento de l’Escola d’oficis de Catalunya y más conocida como Xila's Training, explica algunos consejos sobre cómo trabajar estos aspectos y cómo aprovecharnos de los beneficios de las correas largas.

"Cuando está atado, el perro tiene que aprender a que podemos cambiar de dirección sin avisar", empieza. "Eso se debe trabajar con correa por el suelo (en un sitio que no sea peligroso) y mejor si utilizamos una de al menos diez metros".

El ejercicio que la educadora canina propone es "girarnos mientras el perro está olfateando y salir corriendo en dirección contraria para que el perro venga a por nosotros". "Cuando lo haga, le felicitamos por ello", agrega.

"Esto lo podemos hacer también cuando estamos girando una esquina, por ejemplo, quedándonos nosotros al otro lado y a esperar a que se de cuenta", detalla. "Con la correa nos aseguramos de tener un margen de maniobra si no se da cuenta o se despista".

No obstante, Losada insiste en hacerlo siempre en espacios seguros y siempre teniendo en cuenta que el perro se puede asustar. "Hay que tener cuidado porque si esto ocurre, el perro entra en crisis y sale corriendo, puede que te vea y vaya corriendo o puede que esté tan estresado que ni te vea, aún estando delante", explica.

También debemos tener mucha precaución en zonas nuevas y con estímulos nuevos, evitando siempre ir con exceso de confianza

"Hay que valorar los miedos que pueda tener nuestro perro porque si se agobia y echa a correr podemos llegar a perderlo", advierte. "Cuando entra en en visión túnel, no es capaz de olfatear ni de vernos y se puede escapar".

Por supuesto, para hacer estos ejercicios tenemos que asegurarnos de que el perro nos ha visto y, si no es así, evitar llamarlo, reñirlo y mucho menos perseguirlo. "También debemos tener mucha precaución en zonas nuevas y con estímulos nuevos, evitando siempre ir con exceso de confianza", recomienda.

"Después de practicar con la correa larga en mano unas cien veces y que ya te salga bien, la dejaría arrastrando y seguiría practicando hasta que después de otras cien veces siga saliendo siempre bien. Aquí primero sin distracciones y luego con estímulos", detalla Losada. "Luego ya podríamos soltar el mosquetón, porque podemos decir que tenemos el ejercicio de concentración muy trabajado".

Aún así, la educadora canina recomienda que, una vez hemos soltado la correa, no nos olvidemos de seguir haciéndolo y seguir vigilando a nuestro perro. "Esto es una llamada en silencio, porque no hay un comando, si no que fomentamos que él esté pendiente de nosotros de forma instintiva", concluye.

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