A la hora de convivir con un perro, como tutores responsables tendremos que aprender a manejar una serie de herramientas en el día a día para utilizar con nuestro peludo. Una de las que más vamos a utilizar es la correa pero, ¿sabías que existen diferentes tipos?
Dependiendo de el uso que vamos a hacer de ellas, existen diferentes correas entre las que podemos elegir: las fijas de metro y medio, las largas de cinco a diez metros de longitud y las extensibles, cada una útil en diferentes situaciones.
En esta ocasión, vamos a centrarnos en hablar de la correa de cinco a diez metros de longitud, utilizada mucho por profesionales de la educación canina y una de las más complejas de utilizar de forma adecuada, tal y como asegura la educadora canina Sonia Losada, fundadora de Xila's Training.
En su podcast, Hablemos de perros, dedica un episodio a hablar de la problemática que tiene este tipo de correa entre usuarios que no saben cómo utilizarla adecuadamente y los peligros de esto (quemaduras o lesiones por accidente de nuestros compañeros de cuatro patas).
Cómo utilizar una correa de cinco y diez metros
"Muchos profesionales la utilizamos y, supongo que a raíz de esto, veo que cada vez hay más tutores que la utilizan, algo que me da un poco de miedo porque, a pesar de ser fantástica, solo la recomiendo para enseñar a nuestro perrete a que venga en sus primeras sueltas, para pisarla en caso de peligro, etc.", expresa Losada.
En este sentido, la educadora canina recuerda que se trata de una correa que hay que estar recogiendo y soltando constantemente para evitar que se líe o enrolle con una farola, por ejemplo, o durante el juego entre varios perros. "Hay que sujetarla con las dos manos y manejarla de forma rápida, por este motivo no la aconsejo para usarse por la calle", comenta.
"Si la llevamos por la calle hay que ir muy pendiente del perro todo el rato, de si se acerca a la carretera o a una persona, para recogerla rápidamente (antes de que nuestro peludo se aleje), ir soltando cuando puede alejarse más de nosotros, etc.", agrega la experta.
Además, recordemos que este tipo de correas suelen ser planas (para poder pisarlas), hechas de nylon y con (a veces) una empuñadura en un lado y tienen la finalidad de simular que el perro esté suelto. "Tienes la tranquilidad de que no se va a escapar y puedes dejar que el animal corra libre", expresa Losada.
En la calle refiero la correa de dos metros, ya que el perro va más controlado y es más fácil de manejar para los tutores
"Puede resultar útil para practicar la llamada pero tiene este inconveniente de que manejarla no es sencillo, ya que hay que ser ágil para ir desenrollándola y que el perro no termine enganchado", insiste la educadora canina.
Por este motivo, Losada la ve muy adecuada para utilizar en espacios abiertos como grandes parques, pero no lo ve tan claro a la hora de ir por la calle. "En este caso prefiero la de dos metros, ya que el perro va más controlado y es más fácil de manejar para los tutores", expresa.
"En el caso de utilizarla en parques, también hay que mencionar que debemos tener cuidado ya que es una correa que puede provocar quemaduras en piernas o manos y nuestros perros pueden hacerse lesiones si se enredan con ella jugando", concluye.
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