El agua regenerada, la esperanza del plátano de Canarias ante la grave situación de emergencia hídrica

Juan Mesa y Diego González, agricultores del norte de Tenerife.
Juan Mesa y Diego González, agricultores del norte de Tenerife.
CLAUDIA MANISCALCO.
Juan Mesa y Diego González, agricultores del norte de Tenerife.

Los agricultores de Punta del Hidalgo, en Tenerife, miran constantemente al cielo y los pronósticos del tiempo con la esperanza de recibir la noticia de que pronto lloverá. Sin embargo, en esta zona prácticamente no ha caído agua en los últimos tiempos y de hecho, el Cabildo se vio obligado a declarar la emergencia hídrica en la isla el 1 de marzo. "De los tomaderos bajaba mucha agua, pero cada vez menos, esperemos que sea un ciclo y que se revierta en unos años", expresa ante un grupo de medios desde las cercanías de su finca el agricultor Juan Mesa, que lleva 15 años trabajando en el campo. Lo mismo espera su vecino Diego González, quien al igual que él también cultiva plátano. En su caso, desde hace unos 20 años.

Al problema de la sequía y de la escasez de agua se suma el hecho de que las plantaciones que se encuentran en esta parte de la isla están aisladas de la red de riego pública. "Aquí lo único que hay es un canal que está obsoleto, que tiene un siglo y medio y muchísimas mermas. Hay una parte que se ha roto y los agricultores no tenemos la capacidad financiera para sustituirlo. Dependemos de algunos acuíferos de la zona", explica Juan, cuya finca posee 15 hectáreas. Esta situación le llevó a sumarse en agosto a una iniciativa desarrollada entre el Consejo Insular de Aguas, Teidagua y Coca-Cola que le ha permitido regar sus plantaciones con agua regenerada proveniente de la depuradora de Punta del Hidalgo.

"Este proyecto nos ha venido como agua de mayo porque las tensiones cada vez son mayores", afirma el agricultor. Por ahora, el agua regenerada que proviene de la depuradora alcanza para cubrir el 30% de sus necesidades y aunque no solucione el problema, ha ayudado a aliviar la tensión sobre los acuíferos. Desde Teidagua explican que su objetivo es incrementar este porcentaje, aunque admiten que todavía es pronto para saber cuánta superficie podrá ser regada, porque dependerá de la cantidad de agua que ellos puedan suministrarle a los agricultores.

"Hicimos un cálculo al principio del proyecto y se estimó que con el 100% de la depuradora todavía a ellos [los agricultores] les haría falta un 25% más de agua para cubrir toda esa zona. Eso dependerá también de sus sistemas de riego, y de si estos son más o menos eficientes", comenta Eduardo Alemán, representante de Teidagua. Además, indica que la calidad de las aguas que obtienen los agricultores es muy buena, ya que el sistema de ultrafiltración con el que cuentan incluso elimina los huevos de nemátodos. Lo único que falta por hacer para que pase a tener una "calidad suprema" es que se le baje la conductividad, ya que dependiendo del cultivo esta debería ser mayor o menor.

En principio, solo se sumaron cuatro agricultores a esta iniciativa, pero ya son un total de 18. Desde Teidagua prevén que cuando se baje la conductividad de las aguas regeneradas "el interés va a crecer exponencialmente". Esto se debe a que la conductividad actual no es del todo óptima para el plátano, aunque sí para otra fruta que se da en esta zona de la isla: la papaya. Además, han recordado que el agua regenerada contiene nutrientes como fosfato, nitrógeno y potasio, que le podrían permitir a los agricultores bajar las necesidades de fertilizantes.

Los otros problemas del sector

"Los plátanos han sido uno de los pocos productos que han bajado de precio el año pasado", comenta Diego, en referencia a otro de los problemas que afronta el sector. Él tiene una plantación de tres hectáreas y, junto a Juan, es dueño de una de las explotaciones más grandes de esta parte de la isla. "El plátano no solo se vende a pérdida, sino que se tira para que el precio no se desplome. Es decir, se pagan los costes para meterlo en las cajas como si se fuera a vender y después esas cajas se tiran", lamenta el agricultor. No obstante, destaca que las frutas no se tiran a la basura como tal, ya que se donan a bancos de alimentos y también se les dan a los animales. "Pero para nosotros es como si se tirara, porque no recibimos nada", sostiene.

Los cambios de temperatura también afectan al plátano, ya que contribuyen a que se maduren sin llegar a su punto. "Como por la noche enfría se produce esa contracción, entonces se madura sin llegar al calibre óptimo, lo que hace que tengamos más pérdidas. Aquí el plátano se vende no solo por kilo sino también por calidad, por lo que no te pagan lo mismo por un plátano de buen calibre que por uno que no lo tiene. Estamos tirando mucha fruta porque tienes que cortar en verde para poder vender, la amarilla es para tirar", manifiestan los agricultores.

La plantación de los agricultores con problemas de agua-.
Plantación de uno de los agricultores, ubicada en Tenerife.
CLAUDIA MANISCALCO

Juan y Diego destacan asimismo que entre las causas de sus problemas se encuentra la banana, su principal competidor. "El plátano de Canarias ya supone menos de la mitad del plátano vendido en la Península. La banana tiene más cuota de mercado que el plátano y aun así estamos tirando plátano", apunta Diego. Además, tanto él como Juan explican que exportar fuera de España es complicado, ya que también se enfrentan a las multinacionales americanas de la banana y a problemas de producción: "A lo mejor viene una cadena extranjera pidiendo no sé cuántas toneladas de plátano al año y nosotros no tenemos capacidad". 

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