El puente de Villamanta derruido por la DANA abre el tráfico en la M-530 tras su reparación

Puente que une el municipio de Villamanta con la M-530.
Puente que une el municipio de Villamanta con la M-530.
COMUNIDAD DE MADRID
Puente que une el municipio de Villamanta con la M-530.

Siete meses han pasado desde que en septiembre la DANA ocasionase graves estragos en algunos municipios de la Comunidad de Madrid. Casas embarradas, colegios inundados y puentes derruidos fueron las consecuencias de las fuertes lluvias de septiembre. Poco a poco la normalidad se ha recuperado en localidades como Villamanta o Villamantilla, donde se ha abierto el tráfico el tramo de la carretera autonómica M-530 que conecta estas zonas.

El puente sobre el arroyo Grande vuelve a estar operativo tras los trabajos de reconstrucción iniciados tras el desastre. Esta infraestructura del siglo XIX situada en el kilómetro 9,6 de la carretera es esencial para los habitantes de estos municipios, ya que comunicaba directamente los pueblos aledaños de Villamanta y Villamantilla, ahora los coches y peatones pueden volver a transitarlo. Las tareas ha supuesto una inversión de 3,5 millones de euros. 

La actuación finalizada en Villamanta forma parte de una de las seis órdenes de emergencia aprobadas por el Consejo de Gobierno en septiembre de 2023 y cuya dotación presupuestaria alcanzó los 42 millones de euros. Además, se han ejecutado trabajos en otros tres viaductos de la M-501 sobre el río Perales, para lo que la Consejería de Vivienda, Transporte e Infraestructuras ha invertido cerca de 3,5 millones de euros. Entre las iniciativas desplegadas tras el fuerte temporal, destaca también la mejora de varias carreteras autonómicas que han permitido restablecer cuanto antes la normalidad circulatoria, mantener la seguridad viaria y garantizar el acceso a los núcleos de población afectados.

La subida del nivel del río y la fuerza del arrastre del agua ocasionaron serios problemas en estos pueblos. Además de la pérdida de vidas humanas, localidades como Aldea del Fresno quedaron durante semanas aisladas, debido al derrumbe de los puentes que conectaban con las principales carreteras o el encharcamiento de las sendas de tránsito, que se convirtieron en cenagales imposibles de transitar.

La magnitud del desastre fue tal que estas zonas se declararon como zona catastrófica. Los daños producidos en los centros escolares imposibilitaron a los alumnos volver a las aulas al comienzo del curso, por lo que fueron derivados a otras instalaciones. En algunos casos, como en Villamanta, gran parte de la estructura del polideportivo está dañada y derrumbada.

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