Entre barro, escombros y recuerdos perdidos, los habitantes de los municipios del suroeste de la Comunidad de Madrid afectados por la DANA comienzan con las labores de limpieza y reconstrucción. Tras un temporal que muchos recuerdan como "terrorífico", los vecinos de estas zonas se arman con palas, cubos y cepillos para expulsar el lodo que el río dejó tras el caos y la destrucción. 

Localidades como Villamanta ejemplifican la brutalidad con la que el agua se abrió camino, derruyendo muros, edificios y arrollando coches. En la estampa de este martes, las calles parecían ciénagas resbaladizas, donde se amontonaban los restos de lo que hasta hace tres días eran recuerdos o bienes materiales.

Con incertidumbre por saber lo que ocurrirá, los vecinos inician las tareas de limpieza. Desde niños hasta mayores ayudan a transportar cubos y carretillas para vaciar las viviendas. Con cepillos y palas van despejando las callejas y amontonando los restos. Embarrados de pies a cabeza, amigos, familiares y vecinos de zonas que no sufrieron las consecuencias de la DANA aúnan fuerzas y colaboran para agilizar el proceso.

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Semanas y meses quedan por delante para que las zonas afectadas puedan recobrar la normalidad. Servicios como el agua potable, la electricidad o el alcantarillado están afectados, aunque poco a poco se van restableciendo. "Hemos recuperado el agua corriente, aunque aún sale algo turbia para que se pueda beber", explica uno de los vecinos de Villamantilla. Las abundantes precipitaciones unidas al torrente del río, colapsaron la red de drenaje que aún sigue obstruida, lo que ralentiza las labores de limpieza porque impide que se evacue toda el agua y fango. 

Durante la visita de este martes a Villamanta, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se comprometía a revertir "los enormes daños sufridos en los cultivos, carreteras e instalaciones públicas". La dirigente regional recordaba también "el gran trabajo de la Guardia Civil y los servicios de emergencia de la Comunidad". 

Zona catastrófica y restablecer comunicaciones

En Municipios como Aldea del Fresno, el problema que más apremia es el de recuperar la comunicación con el exterior. El temporal derrumbó e inutilizó los puntos del pueblo que conectan con las carreteras. Para solventarlo de una manera rápida, el Ministerio de Defensa anunció que instalaría un puente provisional, pero aún se desconoce cuándo empezará el montaje. 

A la espera de que se publique el balance de los daños materiales ocasionados por la DANA, la Comunidad de Madrid ya anunció que solicitaría la Declaración de Zona Catastrófica para que los municipios de Aldea del Fresno, Villamanta, Villamantilla, Villanueva de Perales, El Álamo y Navalcarnero reciban las ayudas necesarias para efectuar las reparaciones y reconstrucciones.

Instalaciones públicas fuera de servicio

Centros de salud, colegios y espacios municipales deberán restaurarse para recuperar su normal funcionamiento. El fuerte temporal hizo que en zonas como Villamantilla los vecinos se quedaran sin su centro de salud y fueran derivados al consultorio de Villanueva de Perales. Con la Vuelta al colegio, los días 6 y 7 de septiembre, los daños que algunos centros escolares sufrieron imposibilita que los alumnos vuelvan a esas aulas. En algunos casos, como en Villamanta, gran parte de la estructura del polideportivo está dañada y derrumbada.

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Ante este percance, el Ejecutivo autonómico derivará a los estudiantes de los centros afectados o en algunos casos, como en Aldea del Fresno, los alumnos del Colegio de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Nuestra Señora de Fátima que no puedan acceder al lugar donde está ubicado el centro por estar incomunicados podrán seguir las clases de manera telemática.

"El agua continúa entrando en las casas"

Jorge París

El temporal de este fin de semana afectó de lleno a la casa de Eloy, en Villamanta. El agua llegó hasta los dos metros y él y su familia tuvieron que refugiarse en los pisos superiores. Tras amainar la tormenta se pusieron a limpiar a las 7.00 horas del lunes. "A primera hora los vecinos empezaron a traer bombas para poder sacar el agua", explica Eloy.

El trabajo es duro por la cantidad de escombros, fango y la fatiga acumulada. Sin embargo, no dejan de sacar cubos y carretillas llenas de barro. Los vecinos esperan que los problemas con el alcantarillado atascado se resuelva lo antes posible: "Nos habían dicho que pronto estaría todo bien", comenta Eloy. Hasta que el problema del drenaje no se resuelva, resulta difícil avanzar en las labores de limpieza, ya que —indica este vecino— al usar mangueras para retirar la suciedad se continúa encharcando y "el agua continúa entrando en las casas".

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"Mis recuerdos no los voy a recuperar"

Jorge París

Otra de las vecinas de la localidad, María José, declaraba que pasó miedo durante la tempestad: "Mis padres tienen 90 años y pensaba que les había pasado lo peor, no podía salir de casa para ir a verlos", comenta. El desborde del río provocó que el muro de su casa cediera y se derrumbara: "Escuche como una explosión", detalla.

Además de los bienes materiales dañados, al inundarse la planta baja de su casa, las fotografías y documentos que tenía guardados se dañaron. María José lamenta que "ha perdido recuerdos irrecuperables, toda nuestra vida está en esos montones de basura". 

"La ayuda de los vecinos es fundamental"

Jorge París

Eduardo, vecino del pueblo de Villamanta, vive en la zona del municipio que no fue afectada de forma directa por la NADA. Ante las consecuencias decidió contribuir con su ayuda todo lo posible y colabora con el transporte y vaciado de las carretillas de fango: "En estos momentos hay que apoyarse, la ayuda de los vecinos es fundamental", expone.