Sanidad aborda este jueves con las comunidades su plan antitabaco para ampliar los "espacios sin humo" y subir los precios

Una mujer fumando en una terraza de Barcelona.
Una mujer fumando en una terraza de Barcelona.
ALEJANDRO GARCIA (EFE)
Una mujer fumando en una terraza de Barcelona.

El Ministerio de Sanidad debatirá con las comunidades autónomas su plan antitabaco 2021-2025, que lleva tres años en el cajón y que finalmente se llevará a la Comisión de Salud Pública convocada para este jueves. Entre otras medidas, la estrategia plantea ampliar los "espacios sin humo"; incorporar los fármacos en la cartera de prestaciones del Sistema Nacional de Salud (SNS); y la prohibición de arrojar colillas en vías públicas y espacios naturales.

Son solo algunas de las propuestas que planteará la ministra de Sanidad, Mónica García, a los directores generales del ramo, y que forman parte de un plan de 140 páginas. El borrador, al que ha tenido acceso 20minutos, está compuesto de cinco metas y 22 objetivos, que deberán plasmarse en una reforma de la actual ley antitabaco que García ya avanzó que quería aprobar "este año". 

¿El objetivo? "Reducir la prevalencia del consumo de tabaco de manera continua durante los próximos años" y, según aseveró la ministra en su primera comparecencia en el Congreso, "alcanzar la primera generación libre de humo".

Espacios sin humo: públicos y privados

El documento no precisa cuáles son los nuevos espacios sin humo que pretenden reconocer. Menciona "determinados ambientes comunitarios y sociales al aire libre" y "ciertos espacios del ámbito privado, especialmente aquellos con presencia de menores". Aunque el secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla, ya explicó que esos entornos serán definidos en la futura reforma de la ley antitabaco, y que "pueden estar sobre la mesa" algunos como las terrazas y los marquesinas. 

Respecto a los espacios privados, el número dos de García quiso hacer hincapié en la "concienciación de fumar en espacios privados cuando se convive con alguien más", tanto en el domicilio como en el coche, "y especialmente en el caso de niños y personas con problemas de salud".

Contra el "lavado de cara" de los vapeadores

El plan menciona también las nuevas formas de consumo a través de cigarrillos electrónicos y el tabaco calentado. "El objetivo de estos productos es intentar hacer un lavado de cara del consumo de nicotina debido a la mayor concienciación por parte de la población sobre los riesgos del tabaco tradicional. Estas nuevas formas de consumo son especialmente atractivas para la juventud al dar una imagen más tecnológica y transmitir la sensación de que disminuyen el riesgo para la salud", subraya el texto. 

Por ello, el Gobierno ve "importante" equiparar su promoción y publicidad a la de las formas de consumo más tradicionales y "disminuir el atractivo del producto". Incluye en este último punto también a los cigarrillos tradicionales. "Una forma de lograrlo es eliminar los sabores y aromas que enmascaran el sabor propio del tabaco en combustión y que hacen más agradable la experiencia de inicio en el consumo cuando aún no se ha desarrollado dependencia de la nicotina", sugiere.

Subir el precio y prohibir tirar colillas 

Revisar la cuantía de las sanciones es otra de las acciones planteadas por el Ministerio de Sanidad; igual que impulsar "medidas fiscales" y modificar los impuestos a todo este tipo de productos, "a fin de lograr un incremento de los precios". 

Además, sugieren colaborar con las entidades locales para impulsar el desarrollo de ordenanzas municipales de prohibición de arrojar colillas, tanto en vías públicas como en espacios naturales. "La presencia de colillas en los espacios urbanos y en espacios naturales es signo de consumo de tabaco y aumenta su visibilidad, contribuyendo a la normalización de conductas y a la aceptación social de las mismas, con la consiguiente influencia en el aumento de la prevalencia", reza el documento.

El departamento dirigido por Mónica García señala también el "aspecto ecológico" de estos residuos: "Los dispositivos susceptibles de liberación de nicotina generan residuos por sus componentes eléctricos, que no están exentos de riesgos potenciales para la salud pública y para el medio ambiente. Por su impacto medioambiental deberían ser considerados también contaminantes derivados de la adicción a la nicotina", reza el documento.

Cubrir los tratamientos de adicción al tabaco 

El tabaquismo, argumenta Sanidad, "incrementa las desigualdades sociales en salud". El documento sostiene que se han observado desigualdades en el acceso a los tratamientos para dejar de fumar, así como para las enfermedades asociadas al consumo de tabaco. También señalan estudios que han demostrado que las tasas de abandono del consumo de tabaco son más altas en los grupos socioeconómicos más favorecidos. 

Por esta razón, el plan defiende incluir en la cartera de servicios común del SNS la intervención en tabaquismo en el ámbito hospitalario y modificar las condiciones que actualmente se exigen para que el Estado financie los fármacos y que actualmente solo cubren un intento al año. En esa línea se propone incorporar a la cartera básica de prestaciones farmacéuticas a aquellos fármacos que "atendiendo a la evidencia científica, son adecuados para el tratamiento de la adicción al tabaco".

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