La CNMC obliga a Adif a adelantar el reparto de la red entre Renfe, Ouigo e Iryo para permitir vender billetes con más antelación

  • Cree que no son suficientes los dos meses de plazo con que se fijan, frente a los tres y medio en otros países o los seis que propone Bruselas.
  • ​Renfe no vende billetes con más antelación y Ouigo e Iryo sí, pero a riesgo de tener que ajustarlos después.
Trenes de alta velocidad, en una imagen de archivo
Trenes de alta velocidad en la estación de Chamartín, Madrid
ADIF
Trenes de alta velocidad, en una imagen de archivo

La Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) considera que los dos meses de antelación con los que el que el gestor de las infraestructuras ferroviarias (Adif) comunica a las distintas operadoras la capacidad de la red de la que dispondrán para organizar los trayectos y los horarios de sus trenes es demasiado corto y le obliga a ampliarlo. Este movimiento tendrá efectos en la venta de billetes porque permitirá a Renfe ampliar más allá de dos meses la antelación con la que pone a la venta sus billetes y a las otras dos principales operadoras, Ouigo e Iryo, a no tener que hacer ajustes posteriores en los horarios que en ocasiones se ve obligada a hacer por vender con más antelación de la estipulada.

La CNCM ha difundido este martes una resolución por la que "obliga" a Adif a modificar el calendario de la adjudicación de la capacidad de la red ferroviaria a las compañías que la operan, en primer lugar, porque considera que el plazo de dos meses antes del inicio del horario de servicio con las que Renfe, Ouigo o Iryo tienen la confirmación de en qué horarios podrán circular sus trenes es demasiado escaso y perjudica a la compra de billetes, quedando el tren en una situación de desigualdad con respecto a otros medios de transporte que sí permiten comprar antes, como el avión o el autocar.

Este plazo es uno de lo que se fijan en la llamada adjudicación de la capacidad de la red ferroviaria, la asignación por parte de Adif de las franjas horarias entre los operadores que aspiran a ellas durante un periodo determinado. En España, este proceso se inicia un año antes del momento del momento de la prestación de servicios pero las empresas ferroviarias solo tienen confirmación final de los horarios en que podrán circular -y de los trayectos- con dos meses de antelación, un plazo que la CNMC considera que puede ser aceptable para el transporte de mercancías, pero no para el de pasajeros.

"Para los servicios de mercancías puede resultar adecuada, pero para los servicios de viajeros retrasa la venta anticipada de los billetes en un periodo de elevada demanda (puente de diciembre y campaña de Navidad)", dice el regulador en una resolución que también tiene en cuenta que un plazo tan ajustado "dificulta" la planificación de sus operaciones en términos de mantenimiento de los trenes o de la contratación de personal. 

Tres meses, seis meses o un año

La CNMC no indica cuál debe ser la antelación con la que Renfe, Ouigo e Iryo -y también Intermodalidad del Levante, ILSA- deben tener confirmados sus horarios de circulación, pero incide en que la Comisión Europea propone un periodo de antelación de medio año y que es común entre los países de la UE un plazo de tres meses o tres meses y medio, que en principio sería el momento a partir del cual los viajeros podrían comprar sus billetes sin esperar modificaciones de última hora.

Esto es lo que sucede con las operadoras de alta velocidad Iryo y Ouigo, que venden billetes de tren con bastante más antelación de dos meses y que, al no confirmarles Adif sus horarios hasta ocho semanas antes en ocasiones, se ven obligadas a ajustar la programación de sus trenes.

Según explican desde estas empresas, la venta de billetes se organiza en función de las previsiones que tiene Adif sobre horarios en los que podrán circular sus trenes, que normalmente se cumplen pero no siempre y en esos casos hay que comunicar a los pasajeros los cambios. Para evitarlo estas empresas pedían un año entre el momento en que Adif les confirma en qué momento podrán circular y el momento en que se presta el servicio.

Por eso, el sector de la alta velocidad celebra este cambio, que cree que irá bastante en línea con los seis mes de antelación que plantea la Comisión, porque permitirá proyectar con bastante margen sus servicios, dándoles las mismas condiciones de vender billetes de forma anticipada como el avión, por ejemplo de cara a la próxima Navidad.

Con más capacidad y más trayectos programados que le dan mayor margen de maniobra, Renfe suele no sacar a la venta los billetes hasta dos meses antes del momento viajar y con la modificación a la que la CNMC obliga ahora hacer a Adif también podrá hacerlo antes.

Transparencia y penalización

Por otra parte, el regulador insta a Adif a hacer otros cambios en la distribución de la capacidad de la red ferroviaria entre las distintas empresas, que fundamenta en la necesidad de "aumentar la transparencia en el sector y hacerlo más competitivo con respecto a otros modos de transporte".

Por una parte, Adif deberá publicas los criterios para priorizar a unas compañías sobre otras cuando no haya suficiente capacidad de red ferroviaria, que en otros países sí son conocidos, y permitir que las compañías puedan evaluar con cierta antelación si Adif ha discriminado en esta priorización y decidir si recurrir a la CNMC. También se le reclama que endurezca la penalización de aquella empresa a la que se adjudica operar en un determinado surco que, al cancelar o retrasar puedan utilizar los trenes de otra, de mod que sea "creciente" a medida que se acerca la fecha prevista para la circulación del tren.

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