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Así es Troncoso, el método que facilita la lectoescritura a niños con discapacidad intelectual: "La mayoría pueden aprender"

Niña con síndrome de Down leyendo.
Niña con síndrome de Down leyendo.
Getty Images/Maskot
Niña con síndrome de Down leyendo.

Hasta hace relativamente pocos años, se pensaba que las personas con discapacidad intelectual, entre ellas, las personas con síndrome de Down, eran incapaces de aprender, especialmente a leer y a escribir. Sin embargo, los cambios producidos hace unas décadas tanto en la medicina como en la educación, han comprobado que eso no es cierto, y que, con los métodos adecuados, la mayoría de ellas son capaces de aprender a leer y escribir, aunque sea unas pocas palabras.

Uno de estos métodos es el denominado Método Troncoso, que fue inicialmente ideado para ayudar a las personas con síndrome de Down, pero que ha demostrado ser eficaz también con las personas con discapacidad intelectual.

Cristina Luna, psicóloga escolar, profesora asociada de la Universidad de Barcelona y miembro de Talita Fundación Privada, nos habla de este método y de por qué es tan eficaz para facilitar el aprendizaje de la lectoescritura en personas con discapacidad intelectual.

Un método específico

El método Troncoso nace del método global de lectura, que consiste en utilizar la memoria global y empezar a trabajar con palabras enteras en lugar de con letras. Basándose en este método, inicialmente pensado para personas con discapacidad intelectual, se empezó a diseñar hace más de tres décadas el método Troncoso, ideado para las personas con síndrome de Down, "nace en los años 90 de la mano de Victoria Troncoso (madre de una chica con Síndrome de Down) y Mercedes del Cerro, de la fundación Down Cantabria. Pronto otras fundaciones que trabajábamos en aquel momento con alumnos con Síndrome de Down nos pusimos a trabajar con él y a comprobar y consolidar la metodología", cuenta Cristina Luna. Aunque este método nació con el foco puesto en personas con trisomía 21, dada su efectividad, pronto empezó a usarse con alumnos con otras discapacidades intelectuales con igual éxito.

Cristina Luna explica que este método ayuda a las personas con discapacidad en el aprendizaje de la lectoescritura porque "se basa en el reconocimiento visual de la palabra global, y la persona con discapacidad intelectual acostumbra a tener el sistema visual a nivel de discriminación, reconocimiento y memoria, mejor desarrollado que el auditivo. Son muy poco competentes en el proceso fonológico, sobre todo de pequeños". 

El sistema auditivo y el lenguaje es una función superior humana que acostumbra a estar más afectada o menos desarrollada en persona con discapacidad intelectual, "en las personas con síndrome de Down, es muy evidente e importante trabajarla, ya que por su anatomía y dificultades neurológicas es muy costoso el aprendizaje del lenguaje", explica Cristina.

Hacia los cuatro años, o cuando el niño tiene bien organizado el lenguaje oral, se puede empezar a trabajar con él, pues se supone que, en este momento un niño ya cuenta con un repertorio fonológico y fonético completo, lo que le permite reconocer sonidos, expresarlos y producirlos correctamente. 

La persona con discapacidad intelectual acostumbra a tener el sistema visual y la memoria, mejor desarrollados que el sistema auditivo

En los niños con discapacidad intelectual, el proceso es algo distinto, "a cada sonido, el niño le asocia una grafía (forma de la letra) y lo va uniendo hasta que puede leer las palabras. Las personas con discapacidad intelectual o síndrome de Down no tienen este sistema bien organizado, por lo que no pueden iniciar el proceso lector, ya que no tienen lo sonidos bien adquiridos. Si esperamos a que los tengan, tardaríamos demasiado en empezar este aprendizaje". 

Por este motivo, en lugar de esperar, aprovechan el sistema visual, que sí suelen tener tiene preservado y desarrollado, "lo que hacemos es partir del dibujo global de una palabra, relacionarlo con una imagen que el conoce y a la que le ha dado sentido y es un concepto para él. Se le va presentando la palabra de forma repetida hasta que la reconoce y la memoriza. Mientras, se va trabajando la memoria auditiva de los sonidos de esa palabra, se va repitiendo la palabra cada vez. Al ir haciéndolo él, va a aprender que cada imagen tiene asociada una palabra y un dibujo gráfico que va a ir reconociendo como palabra escrita", explica Luna.

Distintas etapas de aprendizaje

Al igual que en los niños que no tienen discapacidad intelectual, la primera etapa del método se puede iniciar hacia los cuatro años, dependiendo del caso, "se puede iniciar cuando el alumno tiene un mínimo vocabulario expresivo, demuestra comprensión oral y puede fijar la mirada y atender mínimamente aun estímulo, mostrando interés en él y reconociéndolo como diferente de otro". 

Una vez iniciado el proceso, se van pasando por distintas etapas, que van de menor a mayor complejidad, como especifica Cristina Luna:

El método tiene varias etapas:

1- Reconocimiento de imágenes, sin palabra escrita. En esta etapa se trabaja la atención, la relación conceptual y entiende el proceso de ver imagen y decir qué es. Al principio, las sesiones de aprendizaje serán muy breves -5 o 10 minutos al día- y se irán incrementando poco a poco, y las palabras elegidas tienen que representar cosas que conoce y son significativas para él, como ‘papá, ‘mamá’, ‘pelota’…

2- Se incluye la palabra debajo las imágenes que conoce en letra enlazada (importante porque da globalidad de palabra, sin espacio entre las letras) y siempre con el artículo delante para que el niño aprenda que cada palabra va acompañada de artículo. Se empieza con sustantivos. Paralelamente, se prepara su libreto de lectura con las fotos de su familia y objetos más importantes para él.

Cristina Luna, junto con dos alumnas adolescentes.
Cristina Luna, junto con dos alumnas adolescentes.
Cedida

3- Una vez consolidadas las palabras y memorizadas, se van dividiendo en unidades más pequeñas, en sílabas, y el niño, como ya conoce las palabras, las va construyendo. Es un momento importante y lento, ya que se ha de hacer bien. El objetivo es que, poco a poco, y haciendo hincapié en la conciencia fonológica, en un futuro, pueda leer palabras que nunca ha visto.

4- Cuando ya es capaz de leer silabas sueltas y de leer palabras construidas con silabas que conoce, ya se puede decir que lee y se separan en letras. Normalmente se lanzan a leer palabras decodificando como hubiera hecho otro niño al inicio de su proceso lector.

¿Cómo aprendían a leer antes de este método?

Antes de la aplicación de los métodos de lectura global, normalmente, como cuenta Cristina Luna, salvo en contadas ocasiones, ni siquiera se molestaban en intentar enseñarles a leer, "las personas con discapacidad intelectual o síndrome de Down se consideraban población no educable, había pocas experiencias que pensaran que eran personas que podían aprender", recuerda. 

El paradigma cambio, y hace unas décadas, el cambio que la educación y la medicina dieron en relación con las personas con discapacidad intelectual ayudó a ver las posibilidades educativas que podían tener, "de hecho, no solo fue la lectura, sino muchos otros ámbitos de la vida se vieron beneficiados, pues se vio que podrían moverse solos por la ciudad, trabajar, aprender a ser más autónomos… Hubo un cambio de mirada hacia las personas con discapacidad intelectual que en el año 2002 quedó patente en el cambio conceptual incluso en la definición sobre este tipo de discapacidades", cuenta.

Cuando pueden leer y escribir, a mandar mensajes, dejar notas, buscar cosas en Internet, a leer lo que les gusta... se sienten incluidos

Cristina Luna y miles de profesionales desde entonces han comprobado que, con tiempo y la metodología adecuada, son perfectamente capaces de aprender, "la mayoría de las personas con discapacidad intelectual, sino hay otro tipo de patología asociada y no hablamos de una discapacidad intelectual muy severa, puede aprender, aunque sean pocas palabras", asegura, "los alumnos con los que trabajamos en la escuela ordinaria, que presentan una discapacidad intelectual moderada-leve, `pueden aprender y muestran mucho interés por hacerlo". 

Es un proceso, como reconoce, no es corto ni fácil, sino "largo y costoso, se ha de ser muy sistemático y perseverante", pero merece mucho la pena, "cuando pueden leer y escribir, mandar mensajes, dejar notas, buscar cosas en Internet, leer lo que les gusta, buscar marcas de coches, el nombre de una calle, actores y películas que quieren ver, cosas sobre sus personajes preferidos… se sienten incluidos". 

Leer y escribir les acerca al mundo "son aspectos que los conectan con la realidad. Es muy bonito ver cómo descubren el mundo ante la posibilidad de leer y escribir, cómo se siente parte activa de una sociedad que se esfuerza por dar espacio a todos y por considerar que todos hemos de tener las mismas oportunidades. Es un elemento de normalización básico", concluye. 

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