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Cómo las matemáticas mejoran la capacidad cognitiva de niños con discapacidad: "Hará que comprendan mejor su entorno"

Un niño con síndrome de Down aprende matemáticas
Un niño con síndrome de Down aprende matemáticas
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Un niño con síndrome de Down aprende matemáticas

Las matemáticas forman parte esencial del aprendizaje de cualquier niño. Son parte ineludible de su desarrollo, ya que potencian la capacidad de razonamiento, ayudan a cultivar el pensamiento analítico, aceleran la mente y facilitan el aprendizaje de otras disciplinas. En personas con discapacidad intelectual, estas capacidades pueden verse alteradas. Por ello, el aprendizaje de las matemáticas puede convertirse en una herramienta muy útil para mejorar, no solo en áreas cognitivas concretas, sino también en la propia autonomía de la persona para la vida diaria.

"Las matemáticas como experiencia y lugar de aprendizaje son adecuadas para ayudar a una persona con discapacidad intelectual a que se desarrolle como ser humano, a que se conozca a sí misma, a su entorno y que se valore. Exponer a una persona con discapacidad intelectual a la realidad de las matemáticas, es positivo para su desarrollo. El problema, a veces, es esa visión de las matemáticas como asignatura y no tanto como un modo de aprendizaje o concepción de la realidad que a todo el mundo le puede atraer", asegura José Ignacio Cogolludo, Catedrático del Departamento de Matemáticas de la Universidad de Zaragoza.

Presentar un concepto de varias formas

Las matemáticas pueden parecer, a priori, una asignatura especialmente difícil, pero, tanto en niños con o sin discapacidad, la clave recae en cómo se presentan. "Dos mentes distintas no piensan ni razonan de la misma manera. Hay una variedad de modos de razonamiento y de comprensión de la realidad que es tanta como niños, en función de sus experiencias, sus habilidades o sus intereses. La escuela actualmente quiere entrar por el mismo camino de la aritmética al conocimiento de las matemáticas, pero muchas veces la dificultad no está en la comprensión, sino en las dificultades particulares de cada uno, por lo que hay que presentarlas de una forma que no entren en conflicto con estas dificultades. Si no, serán una fuente de frustración", explica Cogolludo. 

De esta forma, el docente deberá escoger el formato más adecuado para el alumno. Para ello, Cogolludo considera importante "presentar el mismo concepto de muchas maneras distintas para que cada uno se identifique con una o varias de ellas". De esta forma, por ejemplo, el producto de dos por tres, "puede presentarse a través de una canción para memorizar, como el área de un rectángulo de lados dos y tres, como el número de botellas en una caja que tenga dos filas y tres columnas o por el dinero que juntan dos amigas que llevan tres euros cada una".

Mejorar la memoria, el razonamiento o el lenguaje

Las personas con discapacidad intelectual presentan limitaciones en sus capacidades cognitivas, principalmente en el procesamiento de la información, donde entran en juego habilidades como la atención, la percepción, la memoria, la concentración, la resolución de problemas o la comprensión. También tienen dificultades con las diferentes funciones ejecutivas: planificación, toma de decisiones, anticipación, organización, etc. Sin embargo, las matemáticas son una herramienta muy útil para potenciar estas capacidades, que después serán vitales para el desarrollo de la autonomía y la autoestima del niño.

Si interpelamos a la persona de manera completa es más natural que desarrolle todas las capacidades

Las matemáticas exigen, primero, una gran atención. Además, implican a la memoria, una habilidad para la que será muy importante la fase del descubrimiento, tal y como explica Cogolludo: "Para la resolución de un problema, el alumno deberá seguir una serie de pasos. Cuando pedimos a un niño que se lo explique a otro, a los días, nos damos cuenta de que lo recuerda mucho mejor si él mismo ha encontrado la solución. El proceso de descubrimiento, de darte cuenta de que has resuelto un problema, y el camino que te ha llevado hasta ello potencia esa memoria".

Involucrar al alumno en la resolución de los problemas y motivarle será clave en su aprendizaje. El Catedrático de la Universidad de Zaragoza pone un ejemplo claro: "Si planteamos a un niño '¿Quién es más alto, tú o tu compañero?’, todo este proceso involucra entender, comparar dos magnitudes, que la otra persona le aporte los datos, y explicárselo luego al resto. La motivación que tiene el niño para explicarse potencia la comprensión, la elaboración, y su capacidad de comunicación, con las dificultades que tenga cada uno. En definitiva, interpelamos a la persona de manera completa y, entonces, es más natural que desarrolle todas las capacidades".

Las matemáticas mejoran directamente, además, la capacidad de razonamiento y la lógica: "Cuando quieres transmitir ese hallazgo, trabajas el razonamiento abstracto porque, al decirlo en voz alta, te puedes dar cuenta de que ese razonamiento no es del todo correcto. Que el docente vaya poniendo pegas y cuestione al alumno, hace que desarrollen su capacidad de razonamiento". Además, al tratarse de una disciplina basada en encontrar patrones en la realidad, potencia la capacidad de predicción, una "habilidad que muchas veces los niños ya tienen y desarrollan con las matemáticas" o la capacidad de recuperación, explica Cogolludo, "reflexionar sobre tu propio razonamiento y ser capaz de imitar y repetir el mismo proceso de manera independiente".

Por otro lado, la motivación hará que mejore la velocidad de procesamiento, tanto de respuesta como de comprensión del problema, mientras que el niño podrá aprender también, a través de las matemáticas, a orientarse espacialmente. "Los niños carecen de la imaginación tridimensional por la poca importancia que le estamos dando hoy en día a la geometría", apunta el catedrático de la Universidad de Zaragoza.

Cada disciplina nos aporta posibilidades de desarrollar habilidades cognitivas distintas, por eso es tan importante combinarlas todas y adaptarlas al niño

Asimismo, las matemáticas también tienen la capacidad de fomentar el lenguaje en niños con problemas en esta área: "Uno se da cuenta de que puede comunicar las matemáticas, pero tiene que ser muy preciso. Un niño, si quiere explicar exactamente cómo resuelve el problema, tiene que ser preciso en el lenguaje, debe aprender un vocabulario específico por su propio interés de comunicar".

Aritmética, geometría y lógica

Cada área de las matemáticas interpela a una u otra de estas habilidades. "Cada disciplina nos aporta posibilidades de desarrollar habilidades cognitivas distintas y, por eso, es tan importante que seamos capaces de combinarlas todas y de adaptarlas al niño con ciertas necesidades", asegura Cogolludo, quien defiende el valor de la geometría en niños con discapacidad intelectual para adentrarse en ellas, ya que ayuda a "configurar la imaginación espacial" y a "desarrollar conceptos abstractos".

En cuanto a la aritmética, explica, hace que "mejore nuestra memoria, el razonamiento, la previsión y la capacidad de deducir y de obtener un resultado". Por otra parte, la lógica "mejora la comprensión, la elaboración, la capacidad de comunicar algo y de recuperar un razonamiento". En cuanto a la comunicación y el razonamiento, insiste Cogolludo, "son habilidades comunes a las tres áreas de las matemáticas".

Adaptar el aprendizaje para mejorar como personas

Gracias a las matemáticas, el niño podrá potenciar sus puntos fuertes, mientras que, "las capacidades que tenga un poco más dormidas, las despertará porque verá a otro niño que resuelva el problema de otra manera". Esto tendrá efectos prácticos en el día a día del niño: "La capacidad analítica para entender un problema y resolverlo se aplica constantemente a la vida diaria. Se convierten en personas a las que un problema no les echa para atrás, sino que están continuamente pensando cómo resolverlo". En definitiva, explica el Catedrático, se trata de entender "las matemáticas no como un procedimiento sino como herramientas para resolver problemas de la vida cotidiana".

El esfuerzo que haga por entender, a su nivel, hará que su vida sea más feliz y comprenda mejor su entorno

Cogolludo reproduce una cita de 'Como pez en el árbol', un libro de Lynda Mullaly, que dice lo siguiente: "Todos somos inteligentes de maneras diferentes, pero si juzgamos a un pez por su capacidad de subirse a un árbol, este se pasará la vida pensando que es estúpido". Esto, aplicado a las matemáticas, señala, obliga a poner el foco siempre en la persona y a adaptar el aprendizaje de esta disciplina siempre a ella para que "viva en un ambiente que le haga desarrollarse, esforzarse y mejorarse". "Aunque yo sepa que esta persona no va a alcanzar ciertos niveles, el esfuerzo que haga tanto su docente como sus padres, como la persona misma, por entender, pasito a pasito y a su nivel, hará que su vida sea más feliz, comprenda mejor su entorno, se acepte mejor y tenga una buena autoestima. Es decir, va a mejorar la persona", concluye.

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