Los médicos calculan que acabar con las guardias de 24 horas implicaría aumentar un tercio las plantillas

Una sanitaria en la unidad de cuidados intensivos pediátricos (UCIP) del Hospital Ramón y Cajal, a 4 de enero de 2024, en Madrid (España).
Una sanitaria en la unidad de cuidados intensivos pediátricos (UCIP) del Hospital Ramón y Cajal, a 4 de enero de 2024, en Madrid (España).
Alejandro Martínez Vélez / Europa Press
Una sanitaria en la unidad de cuidados intensivos pediátricos (UCIP) del Hospital Ramón y Cajal, a 4 de enero de 2024, en Madrid (España).

"Me llamo Tamara y trabajo en la UCI de un hospital. Hoy he tenido guardia, he estado 20 horas despierta, 18 de ellas trabajando. Llevo todo el día agotada, con náuseas. Hace sol, pero solo pienso en mi cama. Mis hijas echan de menos a su madre, dicen que siempre estoy cansada". Así relata Tamara Contreras del Pino cómo es un día de guardia en un hospital. Lo hace en una petición de Change.org que, en tan solo tres semanas, ya ha recibido más de 82.000 firmas para exigir el fin de las guardias de 24 horas, un plan que implicaría, según los médicos, incrementar al menos un tercio las plantillas.

La propia ministra de Sanidad, Mónica García, anunció este fin de semana la intención de impulsar a lo largo de la legislatura una reforma del Estatuto Marco para mejorar las condiciones de los profesionales sanitarios, entre ellas, las guardias de 24 horas, que afectan muy negativamente en la conciliación de la vida personal y laboral. "Una de las cuestiones que son prioritarias a abordar es el anacronismo que representan las guardias de 24 horas por las cuales tenemos a profesionales que están haciendo más de 50 horas a la semana", afirmó en declaraciones a los medios, en las que también trasladó que el objetivo es "darle solución a lo largo de la legislatura". 

El asunto, sin embargo, es complicado, pues convergen muchos factores. Parte del salario de los sanitarios depende de esas guardias y las organizaciones advierten de la necesidad de abordarlo de una forma "rigurosa" y analizando las necesidades de cada especialidad. "Hay que ser muy cautos con todo esto. Son cosas deseables y fáciles de decir y luego muy difíciles de implementar", asegura a 20minutos Ángela Hernández, secretaria general de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (Amyts). 

Según Hernández, hay que tener en cuenta que las guardias llevan aplicándose desde hace años "como una forma de tener plantillas mucho menos dimensionadas de lo que deberían estar". Amyts calcula que acometer esta reforma supondría aumentar las plantillas médicas, como mínimo, en un tercio. Así, para Hernández, introducir un "cambio brusco" puede llegar incluso a "agravar el problema". "Tiene que haber un debate sereno desde el profesionalismo, no desde anuncios partidistas. Es realmente necesario un pacto por la sanidad y tener en cuenta a los médicos", reivindica la portavoz.

Hernández habla desde la experiencia propia. "Estuve hasta 2016 haciendo guardias de 24 horas y realmente son muy duras para la conciliación. Te vas un día a las 8 de la mañana y vuelves a las 8 del día siguiente. Parece que estés en una especie de encierro, ves pasando los turnos, pasan las horas… y cada vez estás menos fresco. Y eso tiene repercusiones a nivel de salud mental, pero también en la calidad de la atención al paciente", explica. 

No agravar más el problema

Actualmente, en teoría, los sanitarios hacen entre cuatro y cinco guardias al mes. "Pero como no hay sustituciones, en la realidad lo que se hace es acumular guardias para el mes de vacaciones. Con lo cual, voluntariamente no hay límite", detalla Hernández. Además, explica, estas guardias se computan como jornadas complementarias, por lo que se paga menos por ellas y no computan para la jubilación.  

Las guardias forman una parte importante de la retribución de los médicos y facultativos que las realizan, razón por la que en Amys insisten en ser "cuidadosos" con las reformas que se acometan y contemplar "periodos de transición" para ir aplicando los cambios. "Si no estamos en un mercado único y si ahora ya hay dificultades para cubrir ciertas especialidades porque se van al extranjero, como esto se aborde sin delicadeza, aumentará el problema", insiste. 

En esa línea, la asociación considera que debe analizarse la situación de cada una de las 47 especialidades sanitarias que existen actualmente y por nivel de complejidad de los propios hospitales. No es lo mismo una neurocirugía que una medicina de urgencias. O el Hospital de Arganda con el de La Paz. Habría, por tanto, que enfrentarse al problema considerando todas las particularidades. Hernández plantea posibles excepciones, como que si en determinadas especialidades son necesarias las guardias de 24 horas, que a esos profesionales se les tenga en cuenta para que, a partir de los 55 o 60 años puedan acogerse a una jubilación completa. 

Incide también en la injusticia que supone que las madres en periodo de lactancia también estén sometidas a la obligatoriedad de las guardias. "Hay muchísimas mujeres que le conceden las guardias a sus compañeros, pero en cierta parte se las penaliza porque no reciben nada", explica Hernández, quien también recuerda tener que estar "con el sacaleches entre cirugía y cirugía" cuando no conseguía cambiarse las guardias con sus compañeros. "El tema de las lactancias es algo que tenemos judicializado y pendiente de resultado", afirma. 

Con todo, al asunto de las guardias todavía le queda recorrido. El objetivo de Mónica García es acabar con ellas a corto o medio plazo, pero antes habrá que negociar la reforma del Estatuto Marco con toda la comunidad sanitaria, algo que no será ni fácil, ni rápido. 

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