Valencia levanta el luto pero no el duelo tres días después del incendio del edificio de Campanar

Agentes de la Policía Científica este sábado en el edificio incendiado en el barrio de Campanar de Valencia.
Agentes de la Policía Científica este sábado en el edificio incendiado en el barrio de Campanar de Valencia.
EFE
Agentes de la Policía Científica este sábado en el edificio incendiado en el barrio de Campanar de Valencia.

Valencia vivió este domingo su tercer y último día de luto oficial por el devastador incendio que costó la vida el pasado jueves a 10 personas, incluida una familia al completo formada por Marta y Ramón y sus dos hijos (uno de ellos recién nacido), y lo hizo con silencio. No solo con el de las concentraciones en señal de pésame, como la celebrada en Campanar, el barrio de la tragedia, sino con el de toda la ciudad, que amaneció con un cielo gris, en un día frío y triste y con un duelo que irá más allá del oficial.

Mientras prosigue la investigación para determinar las causas del pavoroso fuego, el juzgado está a la espera de los resultados de las autopsias, ya finalizadas, y los análisis de ADN (y en algunos casos de los estudios antropológicos) para poder entregar los cadáveres a los familiares para sus funerales. La única alegría de este fin de semana ha sido el alta hospitalaria de uno de los dos bomberos heridos, por lo que solo queda uno ingresado y cuya vida no corre peligro.

La brigada científica de la Policía Nacional recopila estos días en los esqueletos al aire libre de los dos bloques las pruebas que determinen no solo el origen y las causas del incendio, sino también el motivo por el que el fuego se propagó de manera tan rápida por la fachada del primer edificio y su salto al inmueble anexo del mismo residencial, lo que hizo que en menos de media hora las llamas se hubieran extendido tanto que pusieron en jaque la actuación de los bomberos. La titular del juzgado de guardia ha declarado secretas las diligencias.

A la espera de que las familias de los fallecidos puedan despedirlos, los que se salvaron del fuego tratan de afrontar su nueva vida, en muchos casos sin nada más que lo que llevaban encima en el momento de huir de sus viviendas. Algo más de un centenar de personas están alojadas en dos hoteles de Valencia, y el resto en casas de familiares o amigos. En el complejo había 138 viviendas, además de oficinas y bajos comerciales, en las que vivían entre 400 y 500 personas.

La Generalitat y el Ayuntamiento de Valencia tuvieron claro desde la misma noche del jueves que la atención a los afectados debía hacerse mediante una ventanilla única, que ha asumido el Consistorio, para evitar la burocracia. El Consell que preside Carlos Mazón celebra hoy un pleno extraordinario para aprobar un decreto que prevé ayudas de emergencia de 6.000 a 10.000 euros, así como otras más específicas para alquiler, transporte público o exención fiscal para la compra de nuevas viviendas, avanzó el jefe del Consell. El Ayuntamiento también reúne este lunes a la Junta de Gobierno local para aprobar medidas extraordinarias, anunció ayer la alcaldesa, María José Catalá. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que visitó el viernes el lugar del siniestro junto al jefe del Consell y la dirigente municipal, también anunció "ayudas de todo tipo" para los afectados, a quienes mostró "la solidaridad" de toda la sociedad española.

Del "shock" a la realidad

"Han estado en shock y ahora empiezan una fase de duelo, de tomar conciencia de lo que ha ocurrido", explicaba este domingo sobre el estadio de ánimo de los damnificados Vicente Martínez, psicólogo del Ayuntamiento de Valencia y jefe de sección de Atención Primaria. Se trata de personas de todas las edades y de muchas nacionalidades que están "en situación de pérdida de toda su vida, recuerdos, de cuestiones personales y necesitan ser escuchados, con mucho dolor, mucha carga emocional". En la misma línea, la coordinadora del Servicio de Atención a Urgencias Sociales (SAUS) del Ayuntamiento), Mireia García Barres, asegura que lo que se encontraron al llegar al lugar del incendio fue "mucho caos, agonía, desesperación y tristeza". Además, por el perfil que normalmente tratan, ha sido una actuación sin precedentes: "Nunca habíamos vivido una situación así", asegura. "Nosotros estamos acostumbrados a atender urgencias a pequeña escala, pero así en el momento, de manera repentina y que se necesite un dispositivo tan grande, nunca".

Los afectados tendrán que encarar en las próximas semanas y meses situaciones complicadas en las que, en ocasiones, sus intereses y objetivos puede que no vayan de la mano. Por ejemplo, ya ha comenzado a abrirse una brecha entre propietarios e inquilinos, ya que los primeros deben afrontar la pérdida de su casa, incluso con hipoteca en vigor, y los segundos se ven en la paradoja de tener que pagar un alquiler por un piso en el que ya no viven y que probablemente no exista. Este domingo se celebró una reunión de propietarios en la que se invitó a los inquilinos a salir de la sala, lo que propició la creación de una asociación de inquilinos. "Ha sido un desastre", se lamentaba este domingo un residente de 67 años, que pese a ser propietario aboga por crear una asociación de damnificados sin exclusiones para que el dinero de las recaudaciones se reparta por igual. La comunidad de propietarios del edificio replicó que la asociación que se ha constituido es para todos los damnificados, sin distinguir si son dueños o inquilinos, y apeló a la unión en estos momentos "terribles". Además, el edificio devastado contaba con una póliza de seguros por 26,5 millones de euros en cuanto a la edificación y otros 31,26 millones por el mobiliario comunitario.

Valencia ha mostrado su cara más solidaria estos días con la activación de recaudaciones de fondos para los afectados y con donaciones masivas de ropa, comida, mantas y todo tipo de material a través de asociaciones, comisiones falleras, comercios y empresas. Lo que iba a ser un fin de semana festivo con la Crida ha acabado con la suspensión de todos los actos falleros. De hecho, todavía no sé sabe cuándo ni cómo se retomarán. Lo que sí parece seguro es que las fiestas de este 2024 estarán marcadas por el recuerdo de esta tragedia. Una tragedia de tal magnitud que hoy llevará hasta la ciudad del Turia a los reyes Felipe VI y Letizia, que transmitirán sus condolencias en persona a las familias afectadas por el incendio.

Las familias con niños tendrán prioridad para el realojo

Las familias con niños y que se encuentren en una "especial situación" tendrán prioridad para entrar a vivir de forma temporal en las 131 viviendas de nueva construcción que el Ayuntamiento de Valencia va a poner a disposición de los damnificados por el incendio del complejo residencial de Campanar.

El inmueble, adquirido recientemente por el Consistorio para vivienda social, se encuentra en el barrio de Safranar, al suroeste de la ciudad, y ya cuenta con todos los electrodomésticos instalados, así como con agua y luz. Según explicó la alcaldesa de la ciudad, María José Catalá, este sábado se encontraba trabajando en él un "ejército de montadores" que se han ofrecido "de forma voluntaria" para colocar mesas, sillas y camas, que pertenecen a "empresas valencianas o instaladas en Valencia".

Catalá visitó el punto único de atención a los afectados por el incendio habilitado en el edificio municipal de Tabacalera, que ya ha recogido 150 solicitudes de damnificados por el siniestro. La alcaldesa explicó que este fin de semana han trabajado allí de forma coordinada unos 20 profesionales, entre trabajadores sociales, psicólogos, funcionarios de la Administración General y letrados del Colegio de Abogados de Valencia, para atender a estas personas. También para garantizar el regreso a los colegios e institutos de todos los niños afectados, que han perdido sus libros, uniformes y material escolar.

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