Las últimas horas de la campaña de las elecciones gallegas ha juntado en la comunidad autónoma a Alberto Núñez Feijóo y Pedro Sánchez. Mientras que el líder del PP está echando el resto en el que fue su feudo autonómico y ha llamado a votar el próximo domingo frente al separatismo que representaría, a su juicio, un gobierno liderado por el BNG, el jefe del Ejecutivo se ha dejado ver poco, pero este jueves avisó de que "no basta solo con lograr el cambio", sino que pidió el voto para "gobernar el cambio".
Feijóo se dirigió a los votantes antiindependentistas en plena recta final de la campaña gallega: "En Galicia hay dos caminos. Podemos ir por uno que conocemos y ha funcionado, que nos lleva a mejorar la cordialidad, podemos hablar en cualquier idioma, ser un pueblo cordial, que puedes salir a comer con alguien que piensa distinto [PP] (...) o un camino que no llevan a ninguna parte, porque tienen distintas formas de entender los caminos [BNG o PSOE]". En esta línea, advirtió de que con la papeleta del PP se hace "compatible ser español y ser gallego".
"Sánchez, cuanto más partidos nacionalistas, mejor para él porque él pacta con todos. Intenta engañarlos a todos, eso sí, pero pacta con todos", criticó Feijóo, antes de contraponerlo con que el PP tiene "un proyecto nacional" que ha equiparado con la Constitución, que dio "los 45 años mejores" de España.
Por eso, reivindicó a los populares como los "guardianes de la Constitución española", del "principio de igualdad" y "de la libertad", al tiempo que avisó de "las tinieblas" que pueden llegar a Galicia si un "multipartito" de izquierdas se hace con la Xunta a partir del domingo.
El líder de la oposición acusó asimismo al Gobierno central de ensuciar esta campaña. "Las campañas están llenas de mentiras, para confundir a la gente, y de barro para intentar que las cosas no se vean de forma nítida", señaló. Y aseguró que su modelo, el del PP, es el de "la palabra dada, la elección entre principios frente al poder".
Por otro lado, recurrió durante su intervención a la ley del 'solo sí es sí', una ley con la que busca ahondar en la herida de la izquierda y al mismo tiempo reivindicar las políticas de su partido en materia de igualdad. "BNG y PSOE no pueden dar lecciones de igualdad", afirmó en un mitin celebrado en Santiago de Compostela. El popular cuestionó qué habría pasado si dicha norma la hubiera impulsado su formación y a continuación aseveró: "El mayor desprecio que se le puede hacer a una mujer es la violencia machista".
Feijóo recordó que Galicia cuenta desde hace 20 años con una ley de igualdad, cuyos efectos se han empezado a ver ahora. Como en el desempleo femenino, apuntó, "tres puntos por debajo de la media española", o la diferencia salarial entre hombres y mujeres, "por debajo de la media europea". "O que Galicia es la segunda comunidad autónoma con más proporción de mujeres autónomas de España", señaló. "Los hombres nos tenemos que preparar para tener una jefa mujer, como debe de ser", abundó el dirigente popular, que apuntó que Galicia "es la mejor comunidad autónoma en conciliación".
Por el contrario, Pedro Sánchez afirmó que es posible el cambio en Galicia, pero que no basta solo con lograrlo, sino que hay que "gobernar ese cambio", para lo cual reivindicó al socialista José Ramón Gómez Besteiro como el mejor candidato. Evitó mencionar directamente al BNG, segundo en las encuestas, pero sí optó por confrontar con los nacionalistas apelando a la experiencia de gobierno. Además, cargó duramente contra Feijóo, presidente del PP, del que criticó su "hipocresía" sobre la ley de amnistía.
En el mitin del día previo al cierre de campaña, Sánchez explicitó la que era la estrategia socialista desde el comienzo: terminar con el voto dual. "El pasado 23 de julio, casi medio millón de gallegos votaron al PSOE. Les pido que lo vuelvan a hacer el próximo domingo", comenzó diciendo el presidente, que terminó su discurso con la misma idea: "Digámosle a nuestros vecinos que si votaron al PSOE el 23-J, lo vuelvan a hacer para abrir un nuevo tiempo en Galicia". El PSOE obtuvo en las elecciones autonómicas de hace cuatro años poco más de 250.000 votos –tercera posición con un 19% de las papeletas–. Sin embargo, en julio la cifra rozó los 480.000.
Como ya hiciera en su campaña, el jefe del Ejecutivo presumió de las medidas aprobadas por su Gobierno: desde la revalorización de las pensiones conforme al IPC a la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) hasta los 1.134 euros, pasando por la reforma laboral pactada con patronal y sindicatos. Sánchez criticó al PP por votar en contra de todas estas medidas utilizando para ello la que calificó como "una cortina de humo": la ley de amnistía.
En este sentido, Sánchez habló sobre el cambio de Feijóo después de que fuentes de su partido asegurasen la semana pasada que estudió la amnistía durante 24 horas –aunque terminó rechazándola– y se plantearía aprobar un indulto condicionado a Carles Puigdemont, expresidente catalán fugado de la Justicia. "Lo malo es el odio que ha derramado estos últimos cinco meses a la sociedad española", lanzó ayer Sánchez.
El presidente del Ejecutivo quiso enviar también "dos mensajes" a Feijóo, dándole la "bienvenida al sentido común", porque "la crisis territorial se resuelve desde la reconciliación y no desde la confrontación" e instándole a "que pida perdón". "Ha reconocido en privado que esos insultos, esos asedios a las casas del pueblo, esos golpes de pecho... Era todo postureo", opinó.
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