Cómo aprender a distinguir a la inofensiva oruga del prado de la peligrosa oruga procesionaria

  • La oruga de los prados es endémica del Mediterráneo y resulta inocua para animales y seres humanos.
Ante la duda en su identificación, se recomienda avisar al 112 y no manipularlas ni matarlas.
Ante la duda en su identificación, se recomienda avisar al 112 y no manipularlas ni matarlas.
20minutos
Ante la duda en su identificación, se recomienda avisar al 112 y no manipularlas ni matarlas.

En la misma época estacional, coinciden en nuestro territorio dos orugas de aspecto similar pero con características muy diferentes: las orugas del prado y las orugas procesionarias. El aumento de las temperaturas ha desencadenado una actividad frenética entre estos invertebrados en su fase larvaria, que se desplazan en busca de comida, para alimentarse antes de completar su ciclo biológico y emerger como mariposas de sus crisálidas.

La oruga de los prados u oruga peluda, conocida como Ocnogyna baetica, y la procesionaria del pino, llamada Thaumetopoea pityocampa, son especies distintas que no pertenecen ni siquiera al mismo género. Ambas son, sin embargo, mariposas nocturnas en su fase final y pueden convertirse en una plaga.

El parecido casi idéntico entre ambas genera alarma entre las personas que transitan cerca de áreas urbanas y parques, ya que resulta difícil distinguirlas claramente. En ambos casos puede sorprender ver docenas de orugas en el suelo, y suelen despertar preocupación y alarma.

Diferencias físicas

Las orugas del prado, también conocidas como orugas peludas, se caracterizan por su cuerpo alargado marrón, blanco y negro y cubierto de pelos suaves y densos. Su tamaño puede variar dependiendo de la especie, pero generalmente son de tamaño mediano a grande.

Por otro lado, las orugas procesionarias tienen un aspecto notablemente diferente. Su cuerpo es más corto pero grueso en comparación con las orugas de los prados, y está cubierto de pelos urticantes que pueden causar graves reacciones alérgicas en humanos vulnerables y otros animales, especialmente en perros. Los pelos suelen ser de color grisáceo o marrón oscuro, y forman agrupaciones o mechones que les proporcionan protección contra los depredadores. Poseen una franja blanca a los lados que se extiende por la zona ventral, a ras del suelo.

Mientras que la oruga del prado suele habitar en áreas verdes y abiertas, la oruga procesionaria prefiere entornos más boscosos y coníferos. Además, al observar de cerca, se puede notar que las orugas del prado tienen una apariencia más peluda y colorida en comparación con las orugas procesionarias, que tienden a ser más oscuras y menos peludas.

Diferencias de comportamiento

Otra diferencia importante entre estas dos especies de orugas se encuentra en sus hábitos alimenticios y comportamiento. La oruga del prado es una especie común en prados y jardines que no representan ningún riesgo para los seres humanos ni para otros animales, ya que sus pelos no son venenosos ni urticantes. Estas orugas se alimentan de plantas y hojas y además suponen un alimento básico para las aves, contribuyendo al equilibrio ecológico en su entorno.

Las orugas procesionarias se consideran el insecto defoliador (comedor de hojas) más abundante e importante entre los pinares de la península ibérica. Además, las orugas procesionarias tienen un comportamiento gregario, formando grandes colonias que se desplazan en formación en busca de alimento, mientras que las orugas del prado pueden ir en solitario o en grupos, pero de forma anárquica y dispersas, sin ningún orden.

También hay una diferencia sustancial entre sus nidos. Las orugas de los prados crean una especie de ‘telaraña’ sobre la hierba a la altura del suelo, que irán abandonando individualmente a medida alcanzan su fase larvaria; la oruga procesionaria, por su parte, crea nidos en forma de bolsones en lo alto de pinos y otras coníferas. No abandonan estos bolsones de forma independiente, sino que lo hacen en grupos desplazándose en procesión.

El contacto con los pelos urticantes de la oruga procesionaria del pino puede causar graves reacciones a los perros, incluso la muerte en el caso de ingesta. La oruga de los prados, sin embargo, es totalmente inocua en caso de contacto, tanto para los seres humanos como para otros animales.

Ante la duda, llamar al 112

La presencia y el control de las orugas procesionarias es una tarea regulada por los servicios municipales de parques, jardines y zoosanitarios. Estos organismos llevan a cabo tratamientos preventivos en los pinares de titularidad municipal para controlar la población de estas orugas. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, puede darse el caso de que nos encontremos con la presencia de orugas procesionarias en zonas no controladas.

Durante los meses de febrero a junio, las orugas procesionarias descienden de los pinos para completar su ciclo de vida y es especialmente importante distinguir entre estas orugas y otras especies, como la oruga de los prados. En caso de no saber identificar correctamente las especies, se recomienda encarecidamente evitar el contacto con las orugas en cualquier forma.

Ante la presencia de orugas procesionarias, es aconsejable ponerse en contacto con el 112, el teléfono de emergencia. Desde el 112 se comunicará la incidencia al departamento correspondiente, que tomará las medidas necesarias para controlar la situación y minimizar los riesgos. Es importante recordar que la prevención y la actuación rápida son fundamentales en estos casos, por lo que no debemos dudar en llamar al 112 ante cualquier indicio de presencia de orugas procesionarias.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento