Galicia acecha a Feijóo

La primera cita electoral del año apunta directamente a Alberto Núñez Feijóo. Los comicios gallegos del domingo sólo se pueden saldar con un rotundo triunfo o un estrepitoso fracaso para quien presidió la Xunta durante 13 años, aunque hoy no sea candidato.

Así lo ha querido el líder del PP apostando por las autonómicas gallegas como arma contra el Gobierno e inundando la campaña con el argumentario antisanchista y su reiterada presencia. La noche del 18 no habrá medias tintas para los populares: o consiguen mayoría absoluta y retienen la presidencia o el Pazo de Raxoi caerá en manos de un multipartito de izquierdas.

Si se diera esta segunda posibilidad, remota hasta hace unos días, el golpe sería duro para Feijóo. No sólo por tratarse del segundo, tras el inesperado revés de las generales, sino porque Galicia representa el feudo electoral más sólido para el PP desde hace décadas, porque su actual presidente llegó a líder del partido aupado por tres mayorías absolutas en las urnas gallegas y porque Vox ni siquiera existe en el parlamento de Santiago.

Galicia, la gran reserva de voto del PP: así ha evolucionado el sufragio de los gallegos desde las primeras elecciones democráticas

Con todo, lo más relevante de esa hipotética derrota estaría en que la estrategia de apostar todo al ‘caballo de la amnistía’ y a los ‘indignos pactos’ con los independentistas se demostraría estéril en el terreno más propicio. El inconcebible resbalón de Génova admitiendo esta semana sus conversaciones con Puigdemont, la posibilidad de indultos condicionados o la necesidad de una política de reconciliación con Cataluña ha terminado por desatar una imprevista tormenta para el PP.

Las tierras gallegas, dicen los expertos, son un microcosmos sociopolítico poco permeable a los avatares de la política nacional y los sondeos dan escasas bazas a la pesadilla de Génova. En todo caso, esta vez Galicia puede no sólo decidir su gobierno sino también la dirección de los próximos pasos de Feijóo en Madrid.