Un chip para controlarlos a todos, entre la ciencia y la ficción

Elon Musk anunció este enero de 2024, que una de sus compañías, Neuralink, había implantado con supuesto éxito un chip en el cerebro de un ser humano
Elon Musk anunció este enero de 2024, que una de sus compañías, Neuralink, había implantado con supuesto éxito un chip en el cerebro de un ser humano
Elon Musk anunció este enero de 2024, que una de sus compañías, Neuralink, había implantado con supuesto éxito un chip en el cerebro de un ser humano
Elon Musk anunció este enero de 2024, que una de sus compañías, Neuralink, había implantado con supuesto éxito un chip en el cerebro de un ser humano
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Elon Musk anunció este enero de 2024, que una de sus compañías, Neuralink, había implantado con supuesto éxito un chip en el cerebro de un ser humano. Que, así dicho, nos sorprende hasta que sea legal. Para tranquilizar a todos, el bueno de Elon difundió por X (vamos, lo que antes era Twiter, pero que al mismo Musk le dio la gana de cambiar el nombre) que el paciente se estaba "recuperando bien" y que se había detectado una actividad cerebral "prometedora".

¿Qué quiere decir todo esto? Pues en realidad poco más se sabe. La teoría es que el invento en cuestión, Telepahty, propone mejorar la vida de personas que han perdido algunas de sus funciones por diversos motivos, enfermedad, accidente, etc. Incluso como ejemplo de a quién podría venirle bien este tipo de implante se hizo referencia a Stephen Hawking, el célebre físico teórico, astrofísico, cosmólogo y divulgador científico británico afectado de una grave enfermedad neuromotora. En este sentido, se aludía a que, de haberlo tenido, éste se hubiera podido comunicar de forma más fácil, rápida y eficaz.

También hacía referencia en sus comunicados de X a que este chip tendría como primeros usuarios a aquellos que hubieran perdido el control de sus extremidades.

¿Y cómo funciona este chisme? Pues se trata de la implantación de un pequeño chip sellado herméticamente directamente en el cerebro del paciente que funciona con una batería que se puede recargar de forma inalámbrica. Al parecer, el chip se conecta después a un montón de electrodos, concretamente a unos 1.024, todos ellos finísimos, del tamaño de un pelo. La magia viene cuando el chip se conecta con la interfaz de un ordenador externo, comunicándose con él. Sería como una especie de telepatía (de ahí el original nombre del chip), pero con ligeras trampas.

Lo primero que nos viene a la cabeza cuando nos dan este tipo de noticias es, ¿será seguro? Cualquier cirugía cerebral ya de por sí conlleva un gran riesgo, pero es que la implantación de objetos externos que tienen que conectarse a nuestras mentes parece ciencia ficción.

Todavía no se conocen las implicaciones médicas a medio y largo plazo que este tipo de implantes podrían ocasionar, pero claro, si no hay pruebas, ni prototipos, ni primeros pacientes… no hay avances al respecto.

Sin embargo este invento ya creó polémica durante su desarrollo. A finales de 2022, un comunicado de la agencia Reuters (una compañía británica suministradora de noticias a medios de comunicación y mercados financieros) indicó que Neuralink estuvo implicada en ensayos que resultaron en la muerte de unos 1.500 animales, incluyendo ovejas, monos y cerdos con los que experimentaban dispositivos como el Telepathy.

Hombre, así expuesto no dan ganas de ser el primer humano en implantarse uno, la verdad. Muy mal tienes que estar, médicamente hablando, para correr semejante riesgo, porque esto el dinero no lo paga.

Durante el 2023, el Departamento de Agricultura estadounidense, encargado de investigar las cuestiones de bienestar animal, dijo no haber encontrado pruebas de transgresión de las leyes de investigación con animales en la compañía del Sr. Musk, aunque curiosamente, parece que la investigación no se ha llegado a cerrar. No obstante,  el hecho de que la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos en inglés) haya aprobado el ensayo en humanos indicaría que Neurolink ha superado exitosamente los requisitos que posibilitan llegar hasta ese nivel.

La cosa es que las incertidumbres al respecto de este tipo de avances son infinitas: ¿Cómo nos ponemos a manipular el cerebro, si todavía ni siquiera hemos sido capaces de comprenderlo en toda su magnitud? ¿Qué implicaciones tiene a nivel tecnológico, acceso a datos informáticos…? ¿Te podrías llegar a convertir en una especie de hacker telepático? ¿El chip podría potenciar/mejorar las habilidades cognitivas o el desarrollo físico y/o mental de una persona?

Algunas de estas dudas se acercan peligrosamente al argumento de ciertas pelis, algunas de ellas no muy conocidas pero que tienen grandes similitudes con los avances que estamos tratando.

Tal es el caso de Upgrade, un título de 2018, que pasó bastante desapercibido en el panorama cinematográfico. En él, Gray Trace (interpretado por Logan Marshall-Green) pierde a su esposa y la movilidad corporal tras un accidente de coche y un asalto que acaba a balazos. Sumido en la desesperación, el protagonista acaba aceptando el implante cerebral STEM con el objetivo de volver a caminar. Pero lo que realmente ocurre va mucho más allá. El implante parece tener conciencia propia y es capaz no solo de tomar el control del cuerpo de Gray sino de hacerlo funcionar con capacidades altamente mejoradas. Y esto podría tener sus ventajas si no fuera porque, una vez más en las ficciones a las que estamos acostumbrados (Matrix, Terminator, Yo Robot…), las máquinas se adueñan de nuestra voluntad (y poco a poco de nuestro mundo).

Y no solo esa idea se repite, sino también ese mito de que nuestro cerebro está desaprovechado, que usamos un pequeño porcentaje y que si consiguiéramos utilizar todas sus capacidades nos convertiríamos en lo que a nuestros ojos actualmente sería un súper héroe o un súper villano, depende de las pretensiones de cada cual. Y ese pequeño empujón puede venir dado por un chip, como en Upgrade, o bien por alguna droga experimental, como en la peli Sin límites.

¿Y esto qué base científica tiene? Pues entre poca o ninguna. En el sentido de que nuestro cerebro no está desaprovechado como dicen, lo mismo que la Tierra tampoco es plana, aunque haya ya unos cuantos que afirmen lo contrario.

Pero lo de poder "aprender" o asimilar conocimientos "implantándolos" en nuestros cerebros como si de programas informáticos se tratase, ¿también es una utopía? La verdad es que sería la leche poder conectarnos a una base de datos y volcar montones de información sin apenas esfuerzo. Un poco como cuando Neo dice en Matrix de repente "ya sé kung-fu". ¡Yuju, qué maravilla!. O pilotar el helicóptero. A ver, tendría sus muchas ventajas, reconozcámoslo.

Pero, como todo en esta vida, seguro que conllevaría mil y un inconvenientes: si todos lo tuviéramos, ¿qué gracia tendría ser todos igual de perfectos?. Y si solo estuviera al alcance de unos pocos privilegiados… semejante injusticia; las desigualdades sociales serían inasumibles.

Pero tampoco adelantemos acontecimientos, que siempre cabe la opción de que todo esto del chip telepático sea un montaje de marketing del Sr Elon Musk (lo mismo que dijeron del viaje a la Luna), que en medicina aún están por ver sus resultados, pero en cuanto a hacer dinero, es una eminencia. 

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