Un chip en el cerebro de una mujer de 34 años logra controlar su trastorno obsesivo compulsivo

Este dispositivo actúa de forma similar a un marcapasos, es decir, primero detecta los episodios de actividad cerebral errática con afecciones neurológicas y luego envía un pulso de estimulación eléctrica.
Los resultados son buenos.
Los resultados son buenos.
DALL-E via Bing Image Creator
Los resultados son buenos.

El trastorno obsesivo compulsivo (TOC, por sus siglas) está caracterizado por un "patrón de pensamientos y miedos no deseados (obsesiones) que provocan comportamientos repetitivos (compulsiones)", además, terminan interfiriendo en las actividades diarias y causando un "gran sufrimiento emocional", explica la organización Mayo Clinic.

Las personas que sufren esta afección recurren al tratamiento de los profesionales de la salud mental, ya sea para tratar el TOC con medicamentos, psicoterapia o una combinación de ambos. Pero, ¿qué pasaría si la tecnología fuese capaz de controlar este trastorno u cualquier enfermedad? No muy lejos de la ciencia ficción, recientemente, Neuralink, la empresa de neurotecnología de Elon Musk, implantó con éxito el primer chip cerebral en un ser humano.

Pero poner otro ejemplo, la usuaria Amber Pearson (34 años) tiene un implante de estimulación cerebral profunda en su cerebro para controlar los ataques epilépticos y los síntomas de trastorno obsesivo compulsivo.

Según un informe publicado en octubre del año pasado en la revista Neuron, junto con un artículo adjunto de Oregon Health & Science University (OHSU), esta paciente empezó a consultar a los médicos de dicha universidad en 2016 por sus ataques de epilepsia, además, se sometió a una neuroestimulación sensible –una especie de estimulación cerebral profunda– para colocarse un dispositivo especializado dentro del cerebro.

Concretamente, este aparato electrónico es un chip que actúa de forma similar a un marcapasos, es decir, primero detecta los episodios de actividad cerebral errática con afecciones neurológicas y luego envía un pulso de estimulación eléctrica que lo contrarresta al cerebro. Además, para controlar el TOC de Pearson, los médicos monitorearon el órgano para determinar el patrón exacto de actividad cerebral errática al que se suponía que debía responder el dispositivo, por ende, el chip se modificó para reaccionar por separado tanto a su epilepsia como a su trastorno.

Los resultados son positivos 

Pearson se sometió a este procedimiento en marzo de 2019 y, hasta ahora, parece haber sido un claro éxito. Además, sus convulsiones se controlan mejor, el implante ha aliviado de manera significativa su TOC, su vida ha mejorado enormemente e incluso está "emocionada de salir a vivir", dijo la paciente al diario AFP.

Por otro lado, los investigadores de la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos) están trabajando en un estudio para ver si esta tecnología puede extenderse a otras personas con TOC.

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