El sector de coche eléctrico ha encontrado un aliado para terminar de despegar en España en el cambio de hábito que reflejan los datos del sector, que apuntan a que cada vez hay menos propietarios de coches y que los conductores apuestan por pagar solo por el servicio, ya sea para utilizarlos de manera puntual o durante periodos más largos. En estas opciones, la industria del vehículo cero emisiones ve una oportunidad para continuar el crecimiento que empezó a despuntar el año pasado y a la que augura un crecimiento rápido, casi súbito, gracias también a la llegada de modelos más baratos en los próximos dos años. Con todo, España está todavía muy lejos del objetivo de que en 2030 circulen por España 5,5 millones y para conseguirlo reclama al Gobierno que modifique el sistema de incentivos, que haya ayudas y descuentos directos como en otros países y también que elimine varios impuestos relativos con la compra de coches.

Estos elementos figuran en la Hoja de Ruta que acaba de lanzar la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (AEDIVE) para aumentar en España la presencia del vehículo eléctrico. Aunque, en buena medida, la oportunidad que se observa viene de familias, del sector del taxi y de las nuevas formas de movilidad, como el alquiler y los servicios de coche compartido, el vehículo eléctrico se presenta ya como un "vector energético" que elevará la demanda de electricidad -generada con renovables- y será capaz de crear toda una nueva industria del automóvil. En estos momentos, existen en España 17 fábricas  de vehículos eléctricos repartidos por 10 comunidades, aquí se manufactura el 20% de los puntos de recarga que se instalan en la UE y otros fabricantes han anunciado su intención de empezar a hacer coches eléctricos en sus instalaciones, como por ejemplo en la Zona Franca de Barcelona.

Según el sector, existe un potencial para que en 2030 se fabriquen en España más de 700.000 vehículos eléctricos al año que cada vez tienen más autonomía -ha ganado un 70% en siete años-, en un sector que en Europa ya emplea a 2,7 millones de personas, que en España creó en 2022 5.500 nuevos puestos de trabajo y que, según un estudio reciente de EuropeOn, podrían ser de hasta 40.000 empleos más si se cumplen las expectativas de que en 2030 circulen por España 5,5 millones de vehículos eléctricos.

El sector está convencido de que el despegue del coche eléctrico sucederá pronto y que será mucho "más rápido" de lo que las cifras hasta ahora parecen esperar. El año pasado se matriculó un cuarto de todos los que circulan por España -140.000 de 464.860- y se "acelera" la instalación de puntos de recarga -8.777 nuevos en 2023, un tercio del total-. AEDIVE fía el vuelco definitivo a los coches que utilizan los hogares, de los taxis y de las nuevas formas de entender la conducción y también a que se hagan los deberes que el sector pone al Gobierno  a corto, medio y largo plazo para incentivar el vehículo eléctrico. 

"El año 2022 cerramos en una penetración de vehículos electrificados [eléctricos puros e híbridos enchufables] de algo menos del 10% en ventas, 100.000 unidades vendidas entre coches, motos y todo lo demás. En 2023 subimos a 140.000 unidades vendidas y una tasa del 12% de penetración en ventas. Vamos en ritmo ascendente y a mí no me sorprendería que acabáramos el año 2024 por encima del 15% de penetración", afirma Alejandro Labanda, director de Transición Ecológica de la consultora beBartlet. 

Ahorro para familias y taxistas

Al margen del desarrollo de la industria, de la creación de empleos o de las emisiones de CO2 que evita un coche eléctrico en comparación con uno de gasolina o gasoil, el elemento definitivo es que los conductores estén dispuesto a comprar un artículo que, al menos hasta hace poco, era notablemente más caro que los coches con motores de combustión.  

El sector prevé que en cuestión de dos años llegarán al mercado modelos más baratos, tanto chinos, como europeos y americanos y en su hoja de ruta AEDIVE elabora un cuadro de contabilidad que indica que el coche eléctrico puede suponer un "ahorro económico" y un gasto que puede amortizarse en cuatro años y medio. Se trataría de un usuario que gasta unos 35.000 euros en comprar un coche eléctrico, menos una ayuda de 4.500 euros del Plan Moves, y que recorre 50 km al día para ir y volver de trabajar y que al año hace unos 18.000 km contando vacaciones o viajes más largos. Si dispone de un punto de recarga en su garaje comunitario y carga la batería por la noche, cuando el precio de la electricidad es más bajo, podrá ahorrar 1.200 euros al años en combustible porque cargarlo por cada 100km le cuesta unos 3 euros y es un coche que apenas requiere mantenimiento, una media de 100 euros al año. 

"Después de 10 años de uso, la familia habrá amortizado el vehículo y habrá ahorrado más de 8.000 euros adicionales", asegura el informe del sector, que eleva el ritmo de amortización y el ahorro en el caso de un taxista que se compra un coche eléctrico para trabajar en un núcleo urbano. 

"VTCs y taxis creo que son los primeros que se van a electrificar. Porque al final son los que hacen más kilómetros, están en entornos urbanos donde es fácil acceder a puntos de recarga. En el caso de las VTC pueden cargar en los garajes. Cabify tiene el objetivo de hacer en España el 100% de los viajes en eléctricos o cero emisiones en 2025, que es en un año", explica Labanda.

En este caso, el informe calcula que un taxi o VTC podría costar algo más que un coche familiar, 42.000 euros y recibiría una ayuda de 4.500 pero también haría mucho más kilómetros, unos 90.000 al año. Por su "uso intensivo", el coste de mantenimiento sería de unos 180 euros al año pero también sería mayor el ahorro en combustible, unos 4.000 euros al año, siempre que, como la familia, dispusiera de un cargador en el garaje y poder cargar la batería con precios nocturnos de la electricidad. "Después de de cinco años de uso, el taxista habrá amortizado el vehículo y habrá ahorrado más de 15.000 euros adicionales".

Por otra parte, los datos de matriculación reflejan que cada vez menos conductores tienen un coche en propiedad -970.000 en 2010 frente a 950.000 en 2023- y que "el modelo basado en la propiedad del vehículo está cambiando". Se detecta un "gran crecimiento" de servicios de alquiler de leasing, para compartir coches o de micromovilidad que a ojos de este sector también favorecen la penetración del vehículo eléctrico.

Ayudas directas, mejorar la recarga, menos impuestos

Para que el coche eléctrico despegue definitivamente, AEDIVE identifica medidas a corto, medio y largo plazo que tiene que tomar el Gobierno, empezando por "un nuevo Plan Moves" que aligere la tramitación de unas ayudas que deberían ser directas, ayudas a la compra directamente en los concesionarios como existen en otros países, como Portugal. Que el comprador no tuviera que "adelantar" esta ayuda sería un "efecto incentivador".

También reclaman un plan para agilizar la tramitación de la infraestructura de recarga pública- y actualizar su ubicación-, que en 2023 no era más que del 6,5% y tardaba entre medio año y un año.

El sector pide "un plan de choque fiscal" con deducciones y exenciones del IVA, del Impuesto de Actividades Económicas y de matriculación o electrificar la flota de taxis y de infraestructuras logísticas. 

Más adelante, se debería promover la electrificación de los vehículos en el ámbito industrial, con un plan específico para el sector empresarial y de infraestructura de recarga para vehículos pesados o capacitar a los talleres para el vehículo eléctrico.