En la medianoche de este jueves, con la clásica pegada de carteles, dio comienzo la campaña electoral en Galicia. Una cita con las urnas el próximo 18 de febrero que adquirirá tintes nacionales y servirá de antesala para los siguientes comicios vascos -todavía sin fecha- y europeos -el 9 de junio-. La mayoría de encuestas -salvo el CIS, que deja al PP al filo de la mayoría absoluta- dibujan el mismo panorama político: una izquierda sin opciones ante Alfonso Rueda, que repetiría aquello que su antecesor Alberto Núñez Feijóo logró sucesivamente desde 2009. La alternativa sería una suma de fuerzas de izquierda liderada por el BNG -el partido liderado por Ana Pontón-, que sigue en el segundo puesto por encima del PSOE, que flojea en las encuestas. Vox y Sumar intentarán entrar en el Parlamento gallego. También Democracia Ourensana, cuyo diputado podría ser clave en caso de lograrlo. Las opciones de Podemos son muy remotas.

Tal es la tensión de la política nacional que PP y PSOE se han retado a pulsar la tecla nacional en una campaña que debería ser un debate puramente autonómico. De ahí que los líderes de los partidos nacionales vayan a estar muy presentes en Galicia. Unos, como Feijóo o Pedro Sánchez haciendo coincidir unas pocas visitas con su candidato y otros, como Yolanda Díaz o Santiago Abascal acompañando a todas partes a sus aspirantes, Marta Lois y Álvaro Díaz-Mella, respectivamente, para darles a conocer. 

Asimismo, los socialistas y los populares usarán el tirón que creen que tienen sus expresidentes de Gobierno. Así, tanto José Luis Rodríguez Zapatero [PSOE] como Mariano Rajoy [PP] harán también campaña en Galicia. En cualquier caso, todos los líderes nacionales de PSOE, PP, Sumar y Vox coincidirán en Galicia este fin de semana, por primera vez en campaña.

El PSOE estrena candidato, aunque José Ramón Besteiro es un viejo conocido del socialismo gallego. La formación se centrará en Pontevedra, A Coruña y Lugo e intentará movilizar entre cuatro y cinco puntos porcentuales de participación, lo que ven clave para dar un vuelco político a la Xunta -aunque ostentasen la vicepresidencia- que supondría un duro varapalo para el actual líder nacional del PP. "Feijóo se fue de Galicia para gobernar España. Dos años después, no gobierna España y el PP puede perder Galicia", auguran en Ferraz, sede de los socialistas. 

El PP aspira a mantener la absoluta y, para ello, se desdoblará en dos caravanas: una en la que viajará Rueda y otra, para Feijóo. Si bien arrancan en Pontevedra, después los populares se centrarán mucho en la Galicia rural. 

El BNG se sabe el partido fuerte de la izquierda y aspira a dar el sorpasso al PP y recuperar la Xunta, donde ya gobernó en coalición con los socialistas. La última encuesta del CIS da esperanzas a los nacionalistas gallegos, al otorgar a los populares entre 36 y 38 [la absoluta está en 38] y al BNG, entre 20 y 26, pudiendo gobernar con el PSOE [15-17 escaños].

Por su parte, la líder de Sumar, Yolanda Díaz, da el pistoletazo de salida en A Coruña, ya que es esta junto a Pontevedra las únicas provincias en las que aspira sacar un escaño. Vox, en su caso, ha desoído al PP —que apela al voto útil y trató de disuadirle para que no se presentara a los comicios—, y va a dar la batalla por entrar "con fuerza" en el Pazo do Hórreo. Así, Santiago Abascal acompañará a su candidato Álvaro Díaz-Mella, al menos, durante siete días.

En cada comunidad, en cada pueblo, en cada aldea, los gallegos lidiarán con un doble discurso: el que apelará al voto en función de las propuestas de mejora para su comunidad y el que tratará de convencerles en función del panorama nacional, que estará focalizado en los pactos del PSOE con el independentismo catalán y la ley de amnistía. La crisis de los pellets amenazaba con empañar la campaña electoral del PP, pero una vez superada la polémica en apenas dos semanas, la izquierda ha tenido que buscar otros asuntos con los que hacer oposición a Rueda. Así, los nacionalistas buscan arrebatar el Gobierno autonómico a los populares prometiendo ayudas a la vivienda y a la educación; también, apelando al voto útil de otras formaciones, como el PSOE: "No se puede perder ni un solo voto". En definitiva, "construir una Galicia en grande" y "dejar atrás la Galicia en pequeño que es el legado del PP".

Precisamente, Rueda acuña el lema 'A Galicia que funciona' para revalidar la Xunta poniendo en valor su buena gestión. El candidato socialista vende el cambio en Galicia de la mano del PSOE. Claro que ese sello puede ser el que se le vuelva en contra precisamente por el momento crítico que atraviesa su líder nacional. Y es este desgaste de Sánchez lo que aprovecharán tanto PP como Vox contra la izquierda.