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La comparsa de Cádiz que le canta al autismo: "Ojalá entrar en tu mundo y quedarme allí contigo"

La comparsa Los Joyeros, de David Carapapa, interpretando un pasodoble sobre el autismo
La comparsa Los Joyeros, de David Carapapa, interpretando un pasodoble sobre el autismo
CEDIDA
La comparsa Los Joyeros, de David Carapapa, interpretando un pasodoble sobre el autismo

"Y cuando te miro, muchas veces pienso que daría la vida por tener la llave que abriera el postigo para entrar en tu mundo y allí, para siempre, quedarme contigo". Con este verso finaliza el pasodoble que la comparsa de David Carapapa, uno de los renombres del carnaval gaditano, ha dedicado a los padres de niños con autismo y que ha defendido este martes sobre las tablas del Gran Teatro Falla, bajo el marco del concurso de chirigotas y comparsas que se celebra en Cádiz cada mes de febrero. 

"Es un tema que me toca muy de cerca. Con mi sobrino, en concreto. Tenía muchas ganas de decirle esas cosas. Son niños maravillosos que nos enseñan muchísimo y tenía ganas de decirle muchísimas cosas bonitas", declaró el autor nada más terminar la actuación ante los medios de comunicación.

Los pasodobles son una de las partes de la actuación, dentro de la modalidad de comparsa, que más prestigio tienen y que más expectación generan entre los aficionados. Por ello, resalta la notoriedad que David Carapapa, autor de El Joyero, ha querido dar al autismo. La competición arrancó el pasado 9 de enero, por lo que ahora se están disputando los cuartos de final. El pase a semifinales se está poniendo cada día más caro y los grandes autores del carnaval no están dejando ninguna letra en el cajón. 

El pasodoble comienza con la desazón que sienten unos padres que han recibido el diagnóstico de su hijo. El mundo de esta pareja ha perdido hasta el nombre, dice Carapapa, mientras que el de su hijo, a partir de ahora, se llama autismo. 

"Su mundo no es igual que el mío. Y no sé quién debe sentirlo. El mío hasta el nombre ha perdido. Al suyo le llaman autismo. Una palabra grande para mi pequeño y para esos padres que pierden el sueño esperando el habla, o alguna palabra que traiga el consuelo".

El pasodoble continúa explicando el proceso por el que están pasando los padres de ese niño con autismo. Por sorpresa, comienzan a descubrir otras caras, quizá más ocultas, de este trastorno.

"Y de repente, te empieza a enseñar que cada cosa está donde tienen que estar. Que los besos se dan cuando son de verdad. Su increíble memoria. Y aprendes que en su noria, cada vueltecita es una victoria".

Es en este punto en el que la música del pasodoble se vuelve más ágil y alegre. En esa casa donde han tenido que hacerle un hueco al autismo se comienza a disfrutar de los más pequeños detalles.

"Ordenando las letras, su juego preferido. Sonríe cuando acaba y mueve las manos como un pajarillo. No sabe que es la envidia, el odio y la mentira. Y el tiempo se detiene cuando, frente a frente, sus ojos me miran. Porque eres tú nuestra fuente de energía. Para el mundo, un niño autista. Para mi casa, la alegría. Mi rabia se diluye porque la destruyes con un solo beso".

Ya expuesto todo el pasodoble, en el que se ha seguido el proceso de aceptación y adaptación de esta familia a su nueva realidad, es el turno del remate. En él, los padres anhelan poder entrar en el mundo de su hijo para quedarse a vivir allí con él para siempre.

"Y cuando te miro, muchas veces pienso que daría la vida por tener la llave que abriera el postigo para entrar en tu mundo y allí, para siempre, quedarme contigo".

Al finalizar el pasodoble, los integrantes de la comparsa se mostraron muy emocionados. El propio Rafa Velázquez, director de la agrupación, rompió en lágrimas sobre el escenario, evidenciando así el compromiso de El Joyero con el tema que acababa de exponer ante el Teatro Falla.

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