La ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, será la sucesora de Ximo Puig al frente del PSPV-PSOE en el congreso que los socialistas valencianos celebrarán a finales de marzo. Finalmente no habrá primarias, ya que los rivales de la exalcaldesa de Gandia, Carlos Fernández Bielsa y Alejandro Soler, han renunciado este martes a competir por la secretaría general solo un día después de formalizar sus candidaturas. El golpe de timón ha llegado tras ser convocados los tres aspirantes por la dirección federal a una reunión en la sede del partido, ubicada en la calle Ferraz de Madrid, en la que se ha acordado una candidatura unitaria con Morant a la cabeza a cambio de integrar en la ejecutiva a las facciones lideradas por los secretarios provinciales de Valencia y Alicante.

De este modo, una mujer liderará por primera vez el PSPV. Morant, que cuenta con el apoyo no declarado de Pedro Sánchez, evita también el desgaste de una confrontación interna, aunque se ve obligada a integrar a sus rivales en la ejecutiva que salga del congreso que se celebrará en Benicàssim (Castellón) del 22 al 24 de marzo.

La reunión de este martes en Madrid ha sido convocada por el secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, que en su discurso tras la renuncia de Ximo Puig anunció al comité nacional del PSPV que respetaría la decisión de la militancia. No obstante, el partido ha optado por evitar las primarias a las puertas de las elecciones autonómicas en Galicia y en una situación de frágil estabilidad parlamentaria para el Gobierno de Sánchez. 

En el recuerdo de dirigentes y militantes socialistas todavía están vivos los enfrentamientos fratricidas y las luchas intestinas entre las distintas familias tras la derrota electoral de 1995 que consumieron al partido durante dos décadas en la oposición en plena hegemonía del PP en la Comunitat Valenciana. De hecho, tanto Morant como Soler y Bielsa han verbalizado en los últimos días la necesidad de evitar repetir errores del pasado y se han mostrado abiertos a pactos, aunque este mismo lunes presentaron por separado sus candidaturas. Solo un día después, la intervención de Ferraz ha sido decisiva para desactivar las primarias.

Morant ha contado desde el primer momento con el apoyo no solo de Sánchez, sino también del sector ximista, es decir, el más cercano al secretario general saliente y expresidente de la Generalitat. De hecho, en el acto de presentación de su candidatura de este pasado lunes en Gandia estuvieron miembros del Gobierno central como los secretarios de Estado Arcadi España y Rebeca Torró; la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, diputados autonómicos y alcaldes. A su favor tiene la imagen de renovación generacional y su grado de conocimiento como ministra, aunque juegan en contra su puesto lejos de la Comunitat, su falta de peso orgánico en el partido y la imposibilidad de hacer oposición al PP en Les Corts.

Soler, por su parte, ha sido el que más claramente ha mostrado desde un primer momento su voluntad de postularse para la secretaría general. Declarado sanchista, derrotó al alcalde de Alcoi, Toni Francés, cercano a Puig, en la carrera por la secretaría provincial en Alicante. Sin embargo, su escasa penetración en las provincias de Valencia y Castellón y la apuesta de Ferraz por Morant han jugado en su contra. Ahora está por ver qué cuota de integración negocian tanto Soler como Bielsa en la futura ejecutiva.

Por lo que respecta a este último, era el que menos posibilidades podía tener de los tres. El alcalde de Mislata quedó tocado este verano cuando no logró fraguar un pacto con Ens Uneix, el partido del alcalde de Ontinyent, el exsocialista Jorge Rodríguez, lo que le dejó sin presidir la Diputación de Valencia, la única gran institución que aspiraba a conservar el PSPV en la Comunitat.