De Matamulas a Neodimio, vuelve la lucha contra las tierras raras: ecologistas rechazan un nuevo proyecto minero en Ciudad Real

Tierras raras en Ciudad Real
Tierras raras en Ciudad Real
Carlos Gámez
Tierras raras en Ciudad Real

Tres años después de que la justicia diera carpetazo tras una evaluación de impacto ambiental desfavorable a un proyecto similar y en la misma zona llamado Matamulas, la empresa Quantum Minería ha vuelto a solicitar permiso para llevar a cabo en zonas pertenecientes a los términos municipales de Santa Cruz de Mudela, Torrenueva y Valdepeñas, en la provincia de Ciudad Real, un proyecto de investigación, al que ha bautizado Neodimio, para identificar la presencia de tierras raras, un grupo de 17 minerales muy demandados por la industria tecnológica y cuyo empleo ha sido regulado recientemente por la Unión Europea por considerarse de "gran importancia económica" y ante el "elevado riesgo de sufrir interrupciones en su suministro", monopolizado por China. 

Han sido las asociaciones ecologistas, agrupadas en la Plataforma Sí a la Tierra Viva, quienes han vuelto a alzar la voz contra este tipo de proyectos. Neodimio está en fase de alegaciones hasta principios de febrero y tiene como objetivo lograr permiso para investigar "posibles yacimientos de tierras raras magnéticas, previsiblemente monacita gris". Si la resolución a esta fase de consultas fuera favorable, la empresa plantea seleccionar las áreas a investigar, de las que se recogerían "manualmente muestras superficiales de aproximadamente 2,5 Kg cada una".

Una vez se hubiera analizado el contenido en tierras raras de dichas muestras, desde Quantum han explicado a 20minutos que se determinarían las zonas en las que sería aconsejable realizar calicatas, unos agujeros o pozos pequeños, para los que emplearía "una excavadora estándar" para "tomar muestras que incluyen todo el espesor del sedimento, entre 1,5 y cinco metros de profundidad y retirar entre 20 y 30 Kg de tierra, volviendo a rellenar el hueco". La compañía calcula que "podría afectar como máximo a unas 200 hectáreas y habría que tomar, solo si las fases anteriores arrojaran resultados positivos, unas 400 muestras. Es decir, dos tomas de muestra por hectárea identificada".

No obstante, para pasar a la fase de explotación, la empresa recuerda que previamente deberá realizar un estudio de viabilidad técnica, financiera y medioambiental, y someterse al proceso de declaración de impacto medioambiental y obtener el necesario permiso.

Desde Ecologistas en Acción, Francisco Sarrión, que también es miembro de la Plataforma Sí a la Tierra Viva y forma parte del consejo asesor municipal para temas medioambientales, tras estudiar el proyecto inicial presentado por la empresa, considera que es "insuficiente en muchos aspectos". Por ejemplo, detalla, "no especifican cómo ni dónde van a hacer las calicatas, ni en qué época del año".  Los ecologistas instan a la Administración a rechazar el proyecto en la fase actual para garantizar la "protección de las familias, el medio ambiente y el tejido económico sostenible que desde siempre ha caracterizado las comarcas afectadas". 

Imagen facilitada por Ecologistas en Acción del área en el que se quiere llevar a cabo el proyecto de investigación "Neodimio".
Imagen facilitada por Ecologistas en Acción del área en el que se quiere llevar a cabo el proyecto de investigación "Neodimio".
ECOLOGISTAS EN ACCIÓN

Cuando se denegó el anterior proyecto en enero de 2021, se aludió a su impacto sobre las poblaciones de aves y de linces en la zona, que ahora son mucho más "estables", y la proximidad a zonas protegidas por la Red Natura 2000. En este sentido, los ecologistas recuerdan que los animales no entienden de lindes y que aunque las excavaciones no se encuentren en territorio protegido, sí pueden afectar a poblaciones asentadas en la zona o que pasen por allí. Además, echan de menos en el proyecto información sobre cómo se procesarían las muestras extraídas y las condiciones de seguridad para las mismas, pues "posiblemente se trata de materiales con algo de radioactividad".

En un reciente comunicado, la Plataforma Sí a la Tierra Viva asegura que "Quantum Minería pretende convertir en un 'gran colador' una extensa superficie de 8.760 hectáreas en Ciudad Real para la toma de un mínimo de mil muestras y la realización de cuatrocientas calicatas de 150 por 50 centímetros en una de las zonas más privilegiadas de la provincia por su paisaje y su biodiversidad". Asimismo, recuerda que "en su momento, y tras una batalla legal sin precedentes respaldada por los tribunales y el Ejecutivo autonómico, fue la sociedad civil la que dejó patente su posicionamiento contrario a la minería de tierras raras por los múltiples impactos negativos que conlleva". 

Materia prima estratégica

La empresa minera anota a este periódico en una respuesta por correo electrónico que "la crisis energética sobrevenida tras la guerra en Ucrania y los riesgos geoestratégicos que estamos viviendo aceleraron la toma de medidas por parte de la UE" para afrontar importantes retos como "el suministro de materias primas estratégicas y críticas para la transición energética, la digitalización y la reindustrialización".

Según el Reglamento de la UE sobre materias primas fundamentales para el futuro de las cadenas de suministro de la UE, son 34 las materias primas fundamentales identificadas, de las cuales 17 forman una lista de clasificadas como "estratégicas". Entre ellas, se cita las tierras raras pesadas y ligeras. Estos minerales se consideran fundamentales porque sin ellos, "la mayoría de los sectores de la sociedad no podrían funcionar, ya que se encuentran en muchos aparatos de uso cotidiano y en productos esenciales para la economía" como por ejemplo teléfonos móviles, vehículos eléctricos o aerogeneradores.

Por ello, los 27 buscan con la reciente normativa diversificar el suministro y reforzar la autosuficiencia de productos esenciales para la tecnología que proceden principalmente de fuera de la UE. Para ello, ha establecido objetivos como extraer en territorio europeo al menos el 10% del consumo anual de estos materiales, procesar al menos el 40% y limitar al 65% del consumo anual procedente de terceros países. El Ejecutivo comunitario argumenta, además, que la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y neutralidad climática pasa por una "doble transición, descarbonizar el sistema energético y garantizar la autonomía con respecto al acceso y la transformación de las materias primas fundamentales".

En esta idea se apoya Quantum Minería, que expresa su "sorpresa" por que en los últimos días se hayan publicado "llamamientos para que las corporaciones locales y la ciudadanía se opongan a la investigación de posibles yacimientos de tierras raras magnéticas, previsiblemente monacita gris", al tiempo que recuerdan que estos minerales "son esenciales para la transición energética y digital por ser componentes esenciales, entre otros, de los imanes permanentes que han de incorporarse, por ejemplo, a los vehículos eléctricos, aerogeneradores y bombas de calor", afirman en un correo electrónico en respuesta a este periódico.

Explotar las escombreras

Por su parte, el responsable de minería de Ecologistas en Acción, Joan Evans, apunta que "las empresas no aceptan un no por respuesta" y, mientras tienen los derechos mineros, "lo intentan una y otra vez asumiendo que el problema no es la destrucción que causa su proyecto, sino que este no se ha entendido bien. De ahí los esfuerzos de ingeniería social para intentar convencer desde a la población para que cambie su perspectiva de los impactos de la minería hasta a la administración". El ecologista pone de ejemplo los proyectos de extracción de oro en Tapia de Casariego (Asturias) o cobre en Touro (Galicia). "Es en parte la forma de mantener las empresas vivas en su vertiente más especulativa, de que los inversores sigan invirtiendo", anota.

En este sentido, Evans defiende que "lo normal" sería que con un proyecto "en la misma zona y de las mismas características" contara con una evaluación de impacto ambiental desfavorable, pero pide ir más allá y que "la administración declarara la caducidad de los derechos mineros". Otra solución que propone, además de reducir la demanda, es recuperar los minerales de los "cientos" de instalaciones mineras abandonadas que hay en España, en cuyas escombreras hay cantidades "muy importantes" de tierras raras, como para satisfacer la demanda de los próximos cien años, asegura.

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