La buena estima que tienen los ciudadanos españoles por el ladrillo ha hecho que el sector inmobiliario sea uno de los más fiables en nuestro país a la hora de realizar una inversión, ya que el precio de la vivienda tiende a subir en el largo plazo incluso por encima de la inflación.
Pese a que en 2023 se han dejado atrás los datos récord de 2022, el año pasado concluyó con un "buen ritmo" en la compraventa de viviendas, según Sociedad de Tasación, empresa especializada del sector con más de 40 años de experiencia, que apunta a que podría haber cerrado con unas 550.000 adquisiciones. Según los datos del INE, entre enero y octubre, se vendieron en España 503.327 pisos.
Muchos ciudadanos, no obstante, descartan de inicio este tipo de inversiones porque piensan que requieren de una fuerte inversión. Sin embargo, la realidad es que hay empresas que ofrecen invertir en ladrillo con poco dinero, incluso desde tan solo 50 euros. Es lo que se conoce como crowdfunding inmobiliario, que básicamente consiste en reunir a muchos inversores para que participen en la financiación de proyectos.
En concreto, en esta modalidad de inversión, cuya denominación proviene de las palabras en inglés crowd (multitud) y funding (financiación), varios particulares destinan dinero a un proyecto determinado, lo que les permite participar en el negocio inmobiliario sin tener que hacer frente a la adquisición de una vivienda en solitario.
Estos proyectos pueden ir desde la construcción y comercialización de una promoción de viviendas hasta la compra de un piso para ponerlo en alquiler. "La combinación de alta rentabilidad y riesgo bajo es el principal aliciente de esta fórmula", destaca en su página web Urbanitae, compañía líder del sector en España, que exige una inversión mínima de 500 euros.
Alta rentabilidad
El proceso suele iniciarse con el depósito de las cantidades que los inversores deseen aportar en la entidad financiera autorizada por el Banco de España acordada. Este dinero se destina a una sociedad creada expresamente para un proyecto determinado, lo que evita que haya un 'efecto contagio' si una operación va mal. Eso sí, la inversión junto con los intereses solo se recupera cuando concluye el proyecto.
Una de las fórmulas más extendidas en el crowdfunding inmobiliario es que los inversores se unan para otorgar un préstamo al promotor, al más puro estilo de los bancos. Estos proyectos tienen ya un interés y un plazo fijado y la inversión se recupera al finalizar el plazo.
Hay otra modalidad que ofrece mayor rentabilidad. En ella, los inversores se convierten en accionistas del proyecto del promotor. En este caso, la rentabilidad generada se reparte entre los inversores y el promotor de manera proporcional a su participación.
La rentabilidad anual (TIR) del crowdfunding inmobiliario puede oscilar entre el 8% y el 20%, dependiendo del riesgo que se asuma. Urbanitae, por ejemplo, cerró el 2023 con una TIR media del 16% sin ocasionar pérdidas al inversor, aunque recuerda que "las rentabilidades pasadas no son un buen indicador de las rentabilidades futuras" y aconseja invertir únicamente "una cantidad que estén dispuestos a perder", ya que existe "el riesgo de pérdida total o parcial del capital".
Límite de 10.000 euros para los no acreditados
Según explican desde el despacho de abogados AGM, "las actividades financieras habitualmente conocidas como crowdfunding fueron reguladas por primera vez en la Ley 5/2015, de 27 de abril, de fomento de la financiación empresarial",
El artículo 82 de la norma recoge los límites a la inversión para los inversores no profesionales. Así, la regulación fija en 3.000 euros el máximo que pueden invertir en un mismo proyecto y en 10.000 el tope a realizar en 12 meses para los no acreditados.
AGM recuerda que "las plataformas de financiación participativa deben estar autorizadas y registradas ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV)".
Comentarios