La amnistía que se pretende conceder a los delincuentes huidos que intentaron dar un golpe de Estado no despierta al parecer especial preocupación a los españoles. Interesa, eso es evidente, porque llevamos meses sin hablar o escribir de otra cosa, pero preocupar, lo que se dice preocupar, al parecer casi nada.
Lo acaba de confirmar Tezanos, el gran oráculo de las opiniones ajenas. En el ranking nacional, la amnistía prometida a los interesados aparece en el número treinta y ocho de las preocupaciones que nos quitan el sueño a los españoles. Es un detalle que explica porqué el gobierno de Pedro Sánchez sube como la espuma en la opinión pública.
Resulta evidente que la sociedad acumula muchas y variadas preocupaciones, entre ellas ese dato que la encuesta del CIS recoge sobre la inquietud que sienten nueve de cada diez ciudadanos ante la crispación política de corte por bélico que estamos viviendo. Ante esto la primera pregunta es cuales son las otras treinta y siete preocupaciones que sentimos.
Tezanos las enumera de mayor a menor. Muchas ya son viejas, pero están revitalizadas, desde las domésticas, bajo la angustia de las amas de casa a llegar a fin de mes, pasando por la escasez de vivienda, el desempleo que continúa disputándose el récord europeo, la educación de las futuras generaciones y un largo etcétera que pasa por los problemas que sufren las empresas y la caída de la producción.
Quizás con todo, lo más sorprendente sea que si la amnistía, que sirve como moneda de pago del poder, importa tan poco a las personas, ¿cómo se justifica que sea lo que más ocupa al Gobierno en lugar de intentar resolver los problemas más graves que la lista de Tezanos recuerda como más apremiantes?
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