Claves

Un lago helado, una mochila con sobrepeso y una cuerda de vida inservible, las claves de la muerte de dos soldados en Cerro Muriano

Unos 20 militares de los 60 que iban a hacer maniobras el 21 de diciembre en un lago de la base cordobesa de Cerro Muriano —sede de la Brigada 'Guzmán el Bueno' X— supuestamente llevaban sobrecarga en sus mochilas "como castigo por la mala ejecución de un ejercicio durante la instrucción previa", entre ellos el soldado Carlos León Rico, de 24 años, que falleció en el acto, junto al cabo Miguel Ángel Jiménez Andújar, de 34 años de edad.
Unos 20 militares de los 60 que iban a hacer maniobras el 21 de diciembre en un lago de la base cordobesa de Cerro Muriano 
Unos 20 militares de los 60 que iban a hacer maniobras el 21 de diciembre en un lago de la base cordobesa de Cerro Muriano —sede de la Brigada 'Guzmán el Bueno' X— supuestamente llevaban sobrecarga en sus mochilas "como castigo por la mala ejecución de un ejercicio durante la instrucción previa", entre ellos el soldado Carlos León Rico, de 24 años, que falleció en el acto, junto al cabo Miguel Ángel Jiménez Andújar, de 34 años de edad.

El soldado sevillano del Viso del Alcor Carlos León tenía solo 24 años, cursaba tercero de derecho y había ingresado en el Ejército de Tierra en mayo para cumplir su sueño de ser militar. Miguel Ángel Andújar, de 34 años y natural de Adamuz (Córdoba), era cabo y esperaba un hijo. Ambos fallecieron ahogados el pasado 21 de diciembre en el transcurso de unas maniobras en la base de la Brigada Guzmán el Bueno X Cerro Muriano. Era su último día de instrucción antes de Navidad. Pero el reencuentro con sus familias nunca llegó. Jamás podían imaginar el trágico desenlace que iba a tener aquel ejercicio que ha puesto en entredicho la falta de seguridad, planificación y diligencias en el adiestramiento de las Fuerzas Armadas.

La defensa del soldado sevillano ha denunciado al capitán y a la cadena de mandos de rango superior por homicidio doloso, además de al Ministerio de Defensa como responsable civil subsidiario y piden prisión provisional para el capitán y que declaren todos los que estuvieron presentes aquel fatídico día, incluido el personal civil. También recurrirán la decisión de que el caso sea juzgado por un Tribunal Militar. La Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME) también es partidaria de que vaya a la justicia civil y ha advertido de presiones a soldados compañeros de los militares muertos.

Contexto 

El caso de Cerro Muriano tuvo lugar el pasado 21 de diciembre de 2023 en el transcurso de unas maniobras acuáticas llamadas 'el paso del curso del río' que comenzaron a las 9.00 horas. Se habían despertado a las 5.00 horas y desde entonces habían comenzado a realizar ejercicios "muy duros". Carlos León y Miguel Ángel Andújar formaban parte de la primera sección de 15 personas que iba a realizar el citado ejercicio. En total, su Unidad de Preparación Básica estaba integrada por 76 soldados (72 hombres y cuatro mujeres) al mano de un capitán y de la que son parte dos tenientes como jefes de sección, cinco instructores, entre brigadas y sargentos y diez auxiliares, cinco cabos y soldados.

Condiciones climatológicas

La temperatura en el exterior era de 2 o 3 grados. En el agua era inferior, estaba casi "helada, turbia y había mucho fango". En el centro del lago artificial había hasta tres metros de profundidad y la distancia de orilla a orilla era de 100 metros.

¿Cómo fue el suceso?

El capitán ordenó amarrar los extremos de una cuerda a dos árboles a ambos lados del lago, atravesando este por su parte más profunda e instó a los soldados que iban a sumergirse en el agua a no amarrarse a ella salvo en caso de peligro de "vida y muerte". Por lo que, con objeto de no desobedecer órdenes, los soldados no se agarraron hasta el final.

Cuando los militares sumergidos se sujetaron finalmente a ella, esta dejó de estar tensada. El capitán mandó desatarla de uno de los extremos, esta hizo "efecto látigo, salió lanzada" y los soldados que estaban agarrados a ella, aunque fuera por debajo de la superficie, se hundieron aún más.

Previamente, el mando les ordenó que colocaran delante de sus cuerpos las mochilas, porque les serviría como flotador y les instó a "patear". Pero esta "no era estanca y no flotaba". El peso del macuto del cabo fallecido era de 12 kg, debido a que en su interior además de los 8 kg habituales llevaba una pesa de 3,5 kg que simulaba una mina, como "castigo" por haber realizado mal un ejercicio días antes. A esta carga hay que añadir el uniforme, las botas, el casco y el fusil.

La baja temperatura del agua les inmovilizaba la mandíbula impidiéndoles hablar, así como brazos y piernas imposibilitándoles moverse para salir. Algunos militares advirtieron desde el exterior que algunos se estaban ahogando. Pero el capitán parecía "incrédulo" antes los avisos. Finalmente fueron hallados muertos los dos militares, además otros dos fueron rescatados con hipotermia y otro perdió la consciencia.

Negligencias que se podrían haber evitado

No había línea de vida, sino una cuerda guía. Debería haber sido de acero, más fuerte y contar con arneses, anillas y sistema de poleas.

No había plan de seguridad, como deberían haber contado los ejercicios militares al igual que en otro trabajo. No había socorristas, flotadores salvavidas o lanchas en el lago.

No había plan de emergencias. No había sanitarios presentes, obligatorio en este tipo de ejercicios y la ambulancia tardó en ser llamada y en llegar. Aproximadamente unos 15 minutos.

No había plan de riesgos, tan solo un planning que se adaptaba a diferentes ejercicios.

Condiciones climatológicas adversas. Este tipo de ejercicio rutinario se suele practicar en primavera o verano con otras temperaturas. El agua esta helada, turbia, con fango y había poca visibilidad.

Cansancio acumulado. Los soldados llevaban días durmiendo poco. Esa mañana se habían despertado temprano y habian realizado ejercicios muy duros previamente.

Sobrepeso en las mochilas como castigo. Los castigos físicos dentro de las Fuerzas Armadas son ilegales y están terminantemente prohibidos.

Alguno de los solados dijo que no sabía nadar y otros que se defendían pero no sabían muy bien. Hecho que no se comprobó uno a uno.

Quienes son los acusados

La defensa de la familia del soldado sevillano ha denunciado al capitán, al coronel, al teniente coronel y al general de brigada. No descarta ampliar la acusación a otros mandos inferiores presentes en el momento de los hechos. También acusa al Ministerio de Defensa como Responsable Civil Subsidiario.

Postura del Ministerio de Defensa

El Ministerio de Defensa ha apartado al capitán de su cargo y ha manifestado su intención de ayudar en todo lo que la justicia necesite para hacer correctamente su trabajo. Así mismo, la ministra, Margarita Robles, ha prometido máxima "transparencia" en la investigación y ha instado a los testigos a decir la verdad ante el juez "sin reservas" y que cuenten "lo bueno y lo malo".

Testigos del caso: el capitán y afectados

En la fase de instrucción ante la Guardia Civil el capitán Zúñiga, máximo responsable en el momento de las maniobras, ha obviado cualquier responsabilidad en lo sucedido y ha reconocido que todos los ejercicios los conocía el Estado Mayor. Así mismo, obvió las recomendaciones de los mandos inferiores de no realizar el ejercicio, considerando que se debía realizar "así, en las circunstancias actuales, las que sean más duras, como en la guerra".

Si bien, finalmente entró en el agua cuando le ratificaron la desaparición del cabo, y no antes, pese al aviso de algunos de los presentes sobre el posible ahogamiento de los que estaban realizando el ejercicio y que previamente habían advertido al capitán posponer el ejercicio por lo "fría que estaba el agua, la poca claridad y lo cansado que estaban los militares".

¿Qué jurisprudencia lleva el caso?

El Tribunal Militar llevará el caso tras la inhibición del Juzgado de Instrucción Número 4 de Córdoba sobre el que había recaído inicialmente, que apoya su decisión en la solicitud de la Fiscalía Provincial de Córdoba al entender que el Militar es el competente en su instrucción.

Qué pide la defensa

El abogado, Luis Romero, que representa a la familia del soldado Carlos León, pedirá prisión provisional para el capitán una vez que declare en sede judicial y que toda la cadena de mando sea juzgada por homicidio por dolo eventual, que conlleva una pena de prisión de 10 a 15 años, al considerar que el capitán debería haber sido garante de la vida de los afectados. Así mismo, considera responsable civil subsidiario al Ministerio de Defensa. Y no descarta ampliar la denuncia a algún suboficial como responsables de los hechos al participar en la instalación de la cuerda guía y toda la maniobra.

Por otro lado, recurrirá la decisión de que sea un Tribunal Militar quien lleve el caso, que no tiene tipificado en su jurisdicción el homicidio por dolo sino el imprudente, que conlleva una pena de uno a cuatro años de cárcel. Aunque no ha trascendido públicamente la postura de la defensa del cabo fallecido, el letrado Luis Romero ha manifestado que van a llevar la misma estrategia, aunque no será una acusación conjunta, sino por separado, si bien están en coordinación.

Qué opinan los militares

El presidente de la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME), Marco Antonio Gómez, ha advertido este miércoles de "presiones" a soldados compañeros de los dos militares muertos y ha aclarado que los castigos son "ilegales y están prohibidos". Además, ha defendido que "el caso se quede en la justicia civil", porque "presuntamente, y ya se han dado casos, como lamentablemente un compañero de Almería, existe un corporativismo dentro de la justicia militar y las sanciones suelen ser más benévolas", ha subrayado. 

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