Los bajos salarios, la precariedad laboral y los precios desorbitados de la vivienda mantienen estancada la edad de emancipación en España en los 30,3 años. Durante el primer semestre de 2023, apenas el 16,3% de los jóvenes de entre 16 y 29 años vivía fuera de su hogar familiar, lo que sí revela una ligera mejoría —es la primera vez que aumenta desde 2020—, aunque todavía muy lejos del 26% de 2008, y representando la mitad de la media de la Unión Europea (UE), que se situó en el 32%, según subraya el último Observatorio de Emancipación presentado este martes por el Consejo de la Juventud de España (CJE).
La evolución, además, ha sido desigual en todo el territorio, y en un total de diez comunidades autónomas la tasa de emancipación se redujo respecto al mismo periodo de 2022, presentando cifras incluso inferiores a la media nacional: Aragón (16,2%); Comunidad Valenciana (15,5%); Navarra (15,5%); Galicia (15,3%); País Vasco (14,8%); Extremadura (14,8%); Castilla y León (14,7%); La Rioja (14,7%), Castilla-La Mancha (13,3%); Andalucía (12,9%); y Cantabria (11%). De hecho, más de la mitad de las autonomías ha empeorado su tasa de emancipación; en una tercera parte, un joven tiene que dedicar más del cien por cien de su salario para poder alquilar un piso en solitario; y en más de la mitad, cobran menos de 1.000 euros netos al mes.
El de emancipación de los jóvenes, ha alertado la presidenta del CJE, Andrea González, es "uno de los pocos indicadores de nuestro sistema de bienestar que ha empeorado con el tiempo". En la rueda de prensa en la que han dado a conocer los principales datos del informe, González ha hecho una "llamada a la reflexión conjunta" y a la "acción" para buscar soluciones a esta problemática. "Hay que impulsar políticas públicas que promuevan la emancipación real y el acceso a una vivienda digna a todas las generaciones", ha subrayado.
Su poder adquisitivo se redujo un 3,3% en un año
La raíz de la situación responde a una combinación entre precariedad laboral y la realidad actual del mercado de vivienda. El informe señala que los salarios de los jóvenes sí subieron un 5% respecto al primer semestre de 2022, hasta los 12.062 euros netos al año. Pero más subió el precio de los alquileres —un 9,3%—, hasta alcanzar en el primer semestre de 2023 su media más alta desde que existen registros: 944 euros al mes. "Aun con este incremento del salario, la fuerte subida de los precios causó que el poder adquisitivo de una persona joven trabajadora se redujera un 3,3% en un año", indica el documento.
En general, una persona joven en España tendría que dedicar el 94% de su salario para emanciparse en solitario, teniendo en cuenta que el salario neto mensual es de 1.005,22 euros. Sin embargo, al sumarle los 138,12 euros de gastos de suministros (agua, luz, gas, etc.) que estima el CJE, realmente faltarían 76,9 euros. ¿El resultado? La mayoría de las personas jóvenes se ven abocadas a compartir piso pese a que realmente querrían emanciparse en solitario.
Pero ni siquiera alquilando una habitación las personas jóvenes dedican menos del 30% de su salario a la vivienda, que es el tope que recomiendan la mayoría de estudios. De media, una habitación en una vivienda compartida cuesta 375 euros al mes —se encarecieron un 7,1% en un año—, lo que equivale al 37,3% del salario mediano joven. Hay incluso cuatro comunidades autónomas en las que ese porcentaje supera el 40%.
En definitiva, los precios de la vivienda han aumentado considerablemente, al contrario de los salarios de los jóvenes, que cada vez tienen menos poder adquisitivo. Pero el informe también hace hincapié en la situación de aquellos que, para el Estado, ya no son considerados jóvenes, aunque sufran las mismas problemáticas que ellos. El CJE lo bautiza como la "maldición de ser eternamente jóvenes", que es la que padecen aquellas personas de 30 a 40 años que tampoco pueden independizarse, tienen que volver a casa de sus padres o acaban abocados a compartir piso, aunque no quieran.
Algo parecido sucede con el mercado de la compra de vivienda, aunque en menor medida: la primera mensualidad de una hipoteca correspondería al 65,9% del salario de un joven, que para pagar la entrada de una vivienda tendría que ahorrar 53.796 euros, el equivalente a cuatro años y medio de su sueldo. Una cantidad que, según precisa el informe, es "inasumible" sobre todo "para las personas que vivían de alquiler, ya que su capacidad de ahorro quedaba muy reducida".
Más ayudas y más parque de vivienda público
Para el CJE, para abordar esta situación es crucial "tomarse el problema de la vivienda como un problema estructural", según ha instado González. La presidenta del Consejo ha recordado, en ese sentido, que el bono del alquiler joven —que el Gobierno ha prometido incrementar en esta legislatura— va dirigido a quienes ya están emancipados y "no está dotado de fondos parta que todos lo reciban". Por ello creen que, aunque se trate de una ayuda que celebran, es algo que requiere todavía "reformas y cambios" para que llegue a la juventud de una forma más efectiva y uniforme en todas las comunidades autónomas.
Plantean, además, ampliar la construcción del parque de vivienda público, pues España cuenta con el menor parque de viviendas sociales en alquiler de todos los países europeos de la OCDE (no llega al 3%), a pesar de que, según recuerda el Consejo, es la opción inicial de los jóvenes para independizarse en muchos países. Instan igualmente a aplicar la ley de vivienda aprobada en la anterior legislatura y a asegurar la disposición de la norma en la que se mandata regular las zonas tensionadas "para que quienes viven en grandes ciudades puedan permitirse acceder a un alquiler".
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