Roban en Nochebuena la silla de ruedas de Carlota, una niña con parálisis cerebral

La silla de ruedas robada estaba especialmente diseñada para la niña de 14 años que sufre parálisis cerebral y pintada con un llamativo color morado.
La silla de ruedas robada estaba especialmente diseñada para la niña de 14 años que sufre parálisis cerebral y pintada con un llamativo color morado.
Susana Jiménez / EFE
La silla de ruedas robada estaba especialmente diseñada para la niña de 14 años que sufre parálisis cerebral y pintada con un llamativo color morado.

La familia de Carlota, una niña de 14 años con parálisis cerebral, ha denunciado el robo de la silla de ruedas de su hija durante la cena de Nochebuena en el domicilio de la abuela, en el centro de Córdoba, especialmente diseñada para ella y pintada con un llamativo color morado.

La silla de ruedas, fabricada con un material muy ligero y adaptada a las características corporales de Carlota, estaba aparcada debajo de las escaleras del portal del bloque de vecinos de la abuela de la niña, al que se accede después de atravesar un bonito patio de macetas, por lo que su visibilidad era nula desde el exterior, ha explicado su madre, Susana Jiménez.

La familia se dio cuenta de su desaparición al término de la cena, en torno a las 23.00 horas, e inmediatamente procedieron a tramitar la denuncia ante la Policía Nacional.

Uno de los amigos que asistieron a la cena de Nochebuena es agente de policía que también comunicó el robo de la silla morada, color elegido por la niña, a sus compañeros, quienes comenzaron la búsqueda esa misma noche, abriendo maleteros y parando vehículos, pero sin fortuna.

La silla de ruedas, con apenas un año de uso, fue sufragada al cien por cien por el Servicio Andaluz de Salud (en torno a 3.000 euros) y la madre teme que ahora no puedan acceder a una nueva, no al menos en un breve plazo de tiempo.

De momento, se les ha facilitado otra silla, pero es mucho más pesada, no adaptada a Carlota y no le brinda la plena autonomía de la anterior por lo que ahora necesita siempre a uno de sus progenitores para desplazarse.

En su domicilio sí puede moverse libremente sin ayuda, pero en el exterior la silla es imprescindible porque no puede caminar mucho tiempo seguido.

La tesis de la madre de Carlota es que hayan desmontado la silla para venderla por piezas, porque tal y como está "no sirve de nada".

Transcurrido una semana del robo, Susana Jiménez se muestra muy desesperanzada respecto a que esta historia acabe con un final feliz, más teniendo en cuenta el gran eco que ha tenido el suceso gracias a la publicación que ha hecho la familia en redes sociales.

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