Crecen los diagnósticos de déficit de atención en adultos y las pantallas influyen: "No puedo ver la televisión sin estar con el móvil"

Crecen los diagnósticos de TDAH en adultos por las pantallas.
Crecen los diagnósticos de TDA en adultos por las pantallas.
Carlos Gámez
Crecen los diagnósticos de TDAH en adultos por las pantallas.

¿Cuántas veces has puesto una película y a los pocos minutos has cogido el móvil y la has ignorado? ¿O has empezado a leer y has acabado escuchando un pódcast o viendo un vídeo de Youtube? Algunos psiquiatras aseguran que está aumentando el diagnóstico de casos de Trastorno de Déficit de Atención (TDA) en adultos por la sobreexposición a pantallas. ¿Las nuevas tecnologías nos están empujando hacia la sociedad más desconcentrada de la historia?

Desde la Psiquiatría se culpa al constante bombardeo de estímulos tecnológicos de la disminución de la capacidad de concentración que provoca la incapacidad de iniciar una tarea y terminarla sin intercalar otras por en medio. Laura, estudiante de un máster, asegura a 20minutos que no sabe si ha desarrollado TDA, pero que es "incapaz" de ver la televisión sin consultar a la vez el teléfono. "Una película dura demasiado tiempo para mantener mi atención y me siento inquieta, creo que ya nada me entretiene lo suficiente", explica. 

Esta joven confiesa que sí que cree que esta desconcentración le está afectando en su vida diaria porque en la universidad no consigue atender al profesor "durante la clase entera" si no está haciendo apuntes a la vez o "consultando cosas en el ordenador". "El problema es que con las pantallas nos exponemos a estímulos llamativos todo el tiempo y, como nuestra mente se acostumbra a esa intensidad, o algo es súper impactante, o no es suficiente para captarnos", confiesa la estudiante.

¿El TDA se puede desarrollar de adulto?

Aldara Álvarez, psiquiatra en MiniMind y especialista en este trastorno, explica a este diario que, para cumplir los criterios y que este se desarrolle, es fundamental que "los primeros síntomas aparezcan antes de los 12 años" y que deben estar presentes en "al menos dos entornos vitales del paciente", como en casa y en el colegio o en el puesto de trabajo. Además, estos tienen que generar "una repercusión notable en el funcionamiento social, académico o laboral". 

"Es decir, es un trastorno que germina en la infancia, que va cambiando a lo largo de la vida y que puede aumentar en intensidad, pero no aparece de repente en el adulto. El crecimiento de casos se da porque se está diagnosticando más por un mayor conocimiento general de la patología. Las cifras de prevalencia actuales oscilan, según algunos estudios, entre un 6-7% en los niños, persistiendo hasta en el 3-5% de los adultos", aclara la experta.

Para que se trate de TDA los síntomas deben aparecer antes de los 12 años aunque acaben de desarrollarse siendo ya un adulto

La psiquiatra asegura que los síntomas pueden variar y aumentar a lo largo de la vida por "factores cerebrales, hormonales, ambientales y por las estrategias de gestión que se hayan ido adquiriendo desde la niñez". Además, apunta a las redes sociales como contribuyentes principales en el desarrollo de la enfermedad por "el desplazamiento de contenidos breves y rápidos que dificultan la tolerancia de actividades que requieran una atención sostenida y prolongada".

"Ahora mismo resulta extraño que mantengamos la atención en contenidos superiores a lo que dura un capítulo de Netflix o en lecturas más extensas de lo que ocupa una publicación de 280 caracteres en X, antes Twitter. Esto no solo nos está llevando hacia una sociedad desconcentrada, sino también hacia una tendencia a la impaciencia y a una peor tolerancia del malestar y la frustración", continúa la doctora.

¿Cómo frenar esta desconcentración? 

Pese a que el origen del TDA y el desarrollo de sus manifestaciones puede deberse a "factores genéticos, neuroquímicos y ambientales", la especialista expone que hay algunas prácticas que se han asociado a "la reducción del riesgo o a la mejora de los síntomas una vez ya instaurados".

No solo nos lleva hacia una sociedad desconcentrada, sino también hacia la impaciencia e intolerancia

"La clave está en, de la mano de un especialista, instaurar pautas y estrategias educativas que puedan influir positivamente en el desarrollo de habilidades de afrontamiento y gestión de síntomas y en la evolución del trastorno en la edad adulta", explica la psiquiatra.

Por otro lado, también recomienda "mantener un estilo de vida saludable con una dieta equilibrada, ejercicio regular y un sueño adecuado" y "fomentar habilidades de manejo del estrés". Además, concluye recomendando "realizar un consumo responsable de las redes sociales" y "limitar los tiempos que invertimos en ellas", sobre todo en actividades vitales como "las comidas, el ejercicio y el sueño", donde no son "para nada necesarias". 

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