Yusef M.L, más conocido como el Pastilla, ha conseguido protagonizar una auténtica fuga de película tras escaparse el pasado 23 de diciembre del centro penitenciario Madrid II, más conocido como Alcalá Meco, con tan solo 21 años.
Natural de Ceuta, el joven sicario llevaba apenas 19 días en la prisión madrileña. Había sido trasladado hasta allí el 4 de diciembre desde otra prisión gaditana, en la que tenía numerosos problemas con otros presos, miembros de bandas rivales a la suya. Llevaba ya detenido desde el mes de mayo y se encontraba todavía a la espera de ser juzgado por dos delitos por asesinato.
Ahora, tras su huida, el paradero de el Pastilla es todo una incógnita y las autoridades no descartan que se encuentre ya en el extranjero. Su fuga estuvo relacionada con el encuentro que tuvo con sus familiares, que fueron a visitarle a Alcalá Meco. Así, según relata el diario El Mundo, el periplo que recorrió el preso para conseguir salir sin que nadie se diera cuenta se debió a toda una serie de errores en la seguridad de las instalaciones.
Según asegura este periódico, tras la visita de sus familiares, cuatro en total que se encontraban junto a otras siete personas mostrando de nuevo su DNI a los agentes para poder salir, el reo se escabulló por una puerta de 80 centímetros que se encontraba tras un funcionario de prisiones. Tras ella, atravesó un pasillo de siete metros hasta llegar al segundo acceso del edificio.
Una vez allí, el Pastilla cruzó otra puerta que estaba abierta pero que, de acuerdo con el protocolo del edificio, en realidad tenía que haber estado cerrada. Caminó entonces otros 300 metros, los que se disponían entre el interior del edificio y ya el exterior. En ese momento, el preso se equivocó de salida e intentó abandonar las instalaciones por una barrera en lugar de por el Departamento de Comunicaciones, por el que salen el resto de visitas.
En su error le vieron varios agentes de la Guardia Civil que, tras confundirle con un familiar, le indicaron el camino por el que debía salir. Él se limitó a hacer caso y consiguió así salir airoso de Alcalá Meco, sin ningún tipo de violencia y sin intimidación.
Durante todo el proceso los allegados de el Pastilla actuaron además con total normalidad para no levantar ninguna sospecha. El preso tenía incluso un vis a vis tras la visita, por lo que sus familiares disimularon y se quedaron en las instalaciones como si estuvieran esperando a la visita íntima, como afirma El Mundo. Pero, al mismo tiempo, el joven sicario se encontraba ya saliendo camuflado entre otros visitantes.
Denuncian que no debía haber estado en esa cárcel
Tras du fuga, varios funcionarios de prisiones han denunciado este miércoles que el preso no debería haber estado en Alcalá-Meco, ya que este centro no reúne las condiciones necesarias para acoger a internos peligrosos como este.
Así lo han señalado a Efe fuentes de este colectivo, que han recordado que, de hecho, el interno había sido calificado como preso FIES (Fichero de internos de especial seguimiento), es decir, en el grado de los más peligrosos y que requieren un mayor control.
Las fuentes consideran así que el reo debería haber estado en uno de los llamados "centros-tipo" y no donde se encontraba, en un módulo de respeto para jóvenes en el que los internos se comprometen a realizar una serie de actividades y mantener unas normas de conducta establecidas. Por ello, estas mismas fuentes señalan que, aunque el fugado es joven, sus delitos y su integración en una organización criminal no aconsejaban que estuviera en ese módulo.
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