Enero fue el tercer primer mes del año más cálido desde que hay registros. Febrero, el segundo más caluroso de la historia, marzo igual, abril estuvo ahí ahí, fue el cuarto más cálido de los abriles. Sin embargo, todos los meses siguientes (mayo, junio, julio, agosto, septiembre, octubre y noviembre) han alcanzado globalmente temperaturas tan altas que se han convertido en los meses más cálidos desde que hay registros, según ha venido informando Copernicus, el Programa de Observación de la Tierra de la Unión Europea.

A falta del dato oficial de diciembre, los científicos creen que lejos de toda duda el año 2023 está a punto de convertirse en el más cálido de la historia reciente.  

"Normalmente se suele esperar a cerrar el mes de diciembre para hacer balance de todos los datos, aunque es cierto que con la información que tenemos podemos afirmar que, efectivamente, es altamente probable que se consolide como el año más cálido desde que hay registros", explica a 20minutos Mar Gómez, doctora en Físicas y jefa de Meteorología en eltiempo.es.

Gómez pone de ejemplo las temperaturas mensuales del último registro oficial, el de noviembre de 2023, que fue el más cálido "con una temperatura media del aire en superficie de 14,22°C, lo que supone 0,85°C por encima de la media de 1991-2020 para ese mes". 

Lo mismo sucedió un mes antes, y con una anomalía similar. Como en junio, julio, agosto o septiembre. "Con estos datos, no es sorprendente que 2023 vaya a ostentar el primer puesto como año más cálido", dice.

La directora adjunta del Servicio de Cambio Climático de Copernicus, Samantha Burgess, fue quien anticipó que, "con bastante certeza", 2023 sería el año más cálido hasta la fecha, con una temperatura que está 1,43ºC por encima de la era preindustrial.

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Así pues, el umbral climático de 1,5ºC sobre el nivel preindustrial fijado en el Acuerdo de París de 2015 como máximo a evitar estaría a punto de ser rebasado.

Los efectos del incremento de las temperaturas a nivel global ya se están sintiendo. Los fenómenos meteorológicos extremos se están intensificando y exacerbando. "Las olas de calor son más intensas y severas y se prevé que continúe así e incluso sean más largas, los huracanes serán de mayor categoría y los fenómenos asociados a sequías o inundaciones se acentuaran entre otras muchas cosas. Continuará el retroceso de glaciares y el derretimiento de las regiones polares", explica la meteoróloga Mar Gómez.

El calentamiento global es fruto de los efectos combinados del cambio climático y del fenómeno de El Niño, que este año se ha sumado a esta difícil situación. Según Gómez, "una serie de olas de calor mortales y temperaturas récord notables han afectado a varios continentes este año, mientras que el calor del océano sin precedentes cubrió gran parte del mundo". 

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Ya en verano el clima extremo afectó a muchos millones de personas, y los responsables de Copernicus señalaron que, lamentablemente, "la dura realidad del cambio climático" hace que la necesidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero sea más urgente que nunca. "La acción climática no es un lujo sino una obligación", advirtieron.

Mar Gómez también defiende que debemos preocuparnos y tomar medidas "urgentes" sobre todo a nivel gubernamental. "Hay que eliminar el uso de combustibles fósiles y cambiar nuestro estilo de vida, que pasa por un cambio en la energía (a renovables), en la forma de consumir, en el transporte...".

Sequía pertinaz y muy costosa

Mientras tanto, en España la sequía sigue instalada y para quedarse. Las reservas de agua para consumo siguen por debajo del nivel del año pasado (36,6%), y lejos del nivel medio de la última década (48,9%). Las cuencas que menos agua almacenan son la del Guadalete-Barbate (14,5%), las cuencas internas de Cataluña (17,1%), la del Segura (18,8%) y Guadalquivir (19,1%). 

Es más, la sequía en España se situó en 2023 entre los diez desastres naturales ocasionados por el cambio climático mas costosos, dentro de una clasificación mundial de 20 eventos entre ciclones, inundaciones e incendios. En concreto, ocupa el noveno lugar y costó a cada español 45,5 euros, lo que eleva el coste total a más de 2.100 millones. 

El último Consejo de Ministros del año, precisamente, aprobó este miércoles facultar a las confederaciones hidrográficas para que reduzcan el suministro de agua para la "justa y racional distribución de los recursos" en periodos de sequía.