Los líderes de la UE esperan acabar con el tira y afloja de Orbán para mantener las esperanzas de Ucrania

El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, en la cumbre europea de Moldavia de esta semana.
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, en la cumbre europea de Moldavia de esta semana.
AP
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, en la cumbre europea de Moldavia de esta semana.

Ahora apenas hay cumbres del Consejo Europeo que no sean importantes y la de este jueves y viernes en Bruselas será tan relevante que se puede alargar hasta el sábado. ¿Por qué? Por la posición de Hungría de vetar no solo un nuevo paquete de ayuda para Ucrania, sino también la apertura de negociaciones de adhesión de Kiev a la UE. Para ambos puntos se exige unanimidad entre los Estados miembros, y Viktor Orbán no parece por la labor de ceder. Un freno en ambos puntos puede desgastar del todo las esperanzas del Gobierno de Volodimir Zelenski.

En este sentido, el ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, ha avisado a sus homólogos comunitarios de que su país "ha hecho los deberes", por lo que los 27 tienen que dar, a su juicio, la luz verde para que se inicien las negociaciones de entrada, sobre todo después del informe favorable de la Comisión. "No puedo imaginar, no quiero hablar de las consecuencias devastadoras que habría, si el Consejo Europeo fracasa en tomar esta decisión no solo por Ucrania, sino para toda la ampliación", sostuvo Kuleba, con la sombra del veto húngaro, que amenaza con bloquear la última cumbre del Consejo Europeo bajo el 'arbitraje' español.

De momento, el primer ministro húngaro ya ha asegurado que puede ser capaz de separar temas. Es decir, se muestra reacio a dar su sí a que se inicien las negociaciones de adhesión con Ucrania pero está dispuesto a llegar "un pacto financiero sobre asuntos financieros". En este sentido, ha sido muy claro durante una entrevista: "No estoy listo para llegar a un pacto financiero sobre cuestiones estratégicas o políticas". Falta por ver si eso es suficiente para Zelenski.

Pocas horas antes del inicio de la cumbre, la Comisión Europea ha tenido un 'gesto de buena voluntad' con Hungría y ha descongelado 10.200 millones de fondos de recuperación tras dar su visto bueno a la polémica reforma judicial aprobada por Orbán, previo reclamo de Bruselas. No es baladí el paso dado por el Ejecutivo comunitario, en un intento de calmar las aguas antes de la reunión. "Lo importante es que se mantenga la unidad", sostienen fuentes consultadas por 20minutos.

Ucrania marcará la agenda, sobre todo durante la primera jornada, y los avisos llegan en forma de otra cumbre eterna que puede llegar incluso al fin de semana. Pero la agenda vuelve a estar bastante llena, porque los líderes de los 27 también tendrán que debatir sobre la situación en la guerra entre Israel y Hamás, con la base tratada por los ministros de Exteriores hace ya algunos días. Sobre la mesa está la posibilidad de un nuevo régimen de sanciones contra Hamás, tal como han solicitado algunos países como Alemania; pero las medidas restrictivas podrían darse también contra los colonos israelíes en Cisjordania, una posición en la que está por ejemplo España.

El Alto Representante, Josep Borrell, ya fue muy claro en este sentido. "Ha llegado el momento de pasar de la palabras a los hechos, de la preocupación y de la condena a tomar las medidas que podemos tomar contra los actos de violencia en Cisjordania", en referencia implícita a los colonos israelíes de la zona. Además, el jefe de la diplomacia europea también ha anunciado que la diplomacia europea diseñará una 'lista negra' de personas por ataques contra Palestina. Todo esto, no obstante, tendrá que pasar por los jefes de Estado y de Gobierno.

"Los bombardeos continúan con una intensidad extraordinaria y desde foros como el G7 hemos pedido que Israel no use en el sur las mismas tácticas que en el norte de Gaza, pero son las mismas o incluso peor", resumió ya el jefe de la diplomacia europea antes del encuentro de este lunes con los ministros. En este sentido, considera que las perspectivas "son realmente oscuras" en lo que se refiere a los asesinatos de civiles. El contexto, además, es el de una nueva división de los países de la UE en las votaciones de Naciones Unidas, aunque crece el número de abstenciones en la petición de un alto el fuego en el conflicto.

Por otro lado, y aunque ya en un segundo plano y con la prioridad sobre Ucrania, los líderes tratarán la situación del debate de la ampliación de la UE, con la mirada puesta también en los Balcanes Occidentales, sobre los que la Comisión Europea ha aprobado un nuevo programa de inversiones precisamente para facilitar su camino de entrada a la UE. La ampliación y la situación del presupuesto 2021-2027 van de la mano, y esto segundo también se discutirá durante la cumbre, aunque el acuerdo en este sentido sigue lejos.

Este encuentro de líderes de los 27 será el último del año y también el que sirva para cerrar la presidencia española del Consejo. Pero el protagonista no será Sánchez, sino un Viktor Orbán que parece empeñado en hacer descarrilar la estrategia de la UE con Ucrania. Ya casi nadie oculta que se trata del caballo de Troya de Vladimir Putin en la UE, y a medida que la invasión se alarga, él quiere hacerse más fuerte. Además, ha encontrado en el Gobierno eslovaco de Robert Fico un nuevo aliado, toda vez que se aleja de su lado Polonia, ya con Donald Tusk al frente. Y mientras, Zelenski no quiere grandes giros de guion.

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