Alta tensión, poemas de Machado, Ismael Serrano y un discutido "me gusta la fruta"

Si en la tele ‘alta tensión’ es sinónimo de concurso de cultura general, en las Cortes ayer no hubo muchas preguntas y respuestas. Fue un pleno de tensión alta, sí, pero en versión monólogo con atril y contestaciones a gritos desde las bancadas.
Si en la tele ‘alta tensión’ es sinónimo de concurso de cultura general, en las Cortes ayer no hubo muchas preguntas y respuestas. Fue un pleno de tensión alta, sí, pero en versión monólogo con atril y contestaciones a gritos desde las bancadas.
Si en la tele ‘alta tensión’ es sinónimo de concurso de cultura general, en las Cortes ayer no hubo muchas preguntas y respuestas. Fue un pleno de tensión alta, sí, pero en versión monólogo con atril y contestaciones a gritos desde las bancadas.
Esteban González Pons, eurodiputado del PP, durante el discurso de investidura de Pedro Sánchez.
EP - LAPRESSE

Si en la tele ‘alta tensión’ es sinónimo de concurso de cultura general, en las Cortes ayer no hubo muchas preguntas y respuestas. Fue un pleno de tensión alta, sí, pero en versión monólogo con atril y contestaciones a gritos desde las bancadas. La presidenta del Congreso tardó 27 minutos en parar el discurso del candidato, cuando arremetía contra la gestión de los gobiernos PP-Vox en ayuntamientos y autonomías. "¡Mentira!", se desgañitaron desde los grupos de la derecha. "¡Habla de la amnistía!", le conminaron los representantes populares, con un González Pons desaforado ante las palabras del socialista.

Fuera del hemiciclo, ante los leones que custodian la Cámara Baja, había gente que rugía ante un discurso que no estaban escuchando. Como tampoco lo hizo el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, un socialista crítico con Sánchez que no se acercó ayer por el Congreso, al contrario que otros barones socialistas y la esposa y la madre del aspirante a reeditar la presidencia.

Tras casi hora y media de perorata, el ambiente se calentó más. Y no por la calefacción, que por norma debe estar en los 19 grados, sino porque tocaba hablar de Cataluña y empezó un runrún de fondo. "Esperaban este momento y luego no paran de hablar", soltó entonces al presidente saliente y entrante, que citó a un sevillano, Antonio Machado, para justificar sus pactos con los independentistas catalanes: "Hoy es siempre todavía". Una frase que luego le echó en cara Feijóo y se la recitó entera, afeándole que "mienta hasta cuando cita": "Toda la vida es ahora. Y ahora, ahora es el momento de cumplir las promesas que nos hicimos". Pero el añadido al que se refirió el popular no salió del puño y la letra del poeta de la generación del 98, sino que fue reivindicado por otro letrista más contemporáneo, Ismael Serrano, que lo había añadido a su aire en un concierto.

El verso de Antonio Machado al que se han referido Pedro Sánchez y Feijóo en el debate de investidura.

En un tono doliente, Sánchez finalizó su intervención solicitando al PP "sentido de Estado" para apoyar unos pactos que, cree, pondrán paz en Cataluña. Un momento en el que el vocerío se fundió con algunas carcajadas. Sonrisas y lágrimas parlamentarias, ante un Rufián que atendía serio y no abría la boca. Aún daría mucho más de sí la jornada. En el turno de réplica a Feijóo, que le advirtió al candidato que la historia "no le amnistiará", la presidenta del Congreso volvió a solicitar a los presentes no que dejaran de interrumpir sino, directamente, de insultarse.

En el momento en que Sánchez acusaba de corrupción a Ayuso, en los labios de la presidenta madrileña muchos creyeron leer un elocuente "h. de p.", aunque su equipo dijo que, en realidad, lo que murmuraba era "me gusta la fruta". Desde el entorno de la líder popular puntualizaron que la espontánea respuesta de Ayuso, dicha para sí misma, "es lo mínimo que merece Sánchez" por acusar sin pruebas en un acto que calificaron de "ignominia y cobardía". No fue la única fruta del día, ya que los diputados de Sumar lucieron un pin de una sandía en solidaridad con el pueblo palestino.

Fue una tarde poco amorosa, aunque Sánchez hablara de que los pactos entre Feijóo y Abascal han sido "un flechazo". También se refirió a los suyos con Díaz, a la que llamó directamente Yolanda, mientras le sonreía: "Nosotros al menos no escondemos que nos llevamos bien". En el Congreso hubo asimismo afinidad entre contrarios. El líder del PP criticó a Sánchez por presumir de Gobierno feminista… y no renovar a la ministra de Igualdad, a lo que Irene Montero asintió con una sonrisa. También se acordó de las ministras de Podemos Gabriel Rufián, que les dedicó: "Ojalá podamos sumar juntos". 

El gesto de Irene Montero tras comentar Feijóo su posible cese como ministra de Igualdad

Una buena sintonía que no demostraron los socialistas y los de Abascal, que abandonaron el hemiciclo antes de escuchar la réplica a sus duras palabras, ya que llegó a comparar la llegada al poder de Sánchez con la de Hitler. No lo hicieron para ir a buscar audífonos por si hablaban en otras lenguas, sino para sumarse a las concentraciones contra la investidura.

El líder de Vox, Santiago Abascal, y todos sus diputados han abandonado el hemiciclo del Congreso de los Diputados al acabar su intervención. (CONGRESO DE LOS DIPUTADOS)

Un pleno, en fin, de alta tensión, que en lo catódico puede ser entretenido, pero que en lo médico debería ser tratado

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