Un político de confianza frente a otro que miente; un líder con principios frente a otro que está dispuesto a cruzar las líneas rojas que sean necesarias para mantenerse en el poder. Esta será la carta de presentación de Alberto Núñez Feijóo en la investidura del socialista Pedro Sánchez, al que intentará sacar los colores por sus "aberrantes" pactos de investidura. Dos meses después de su investidura fallida, Feijóo volverá al Congreso para reivindicar su "coherencia" y fidelidad a los españoles frente al "fraude" del líder del PSOE.

De este modo, la ley de amnistía copará el grueso de su intervención. Como ha hecho en días anteriores, hablará de la "inconstitucionalidad" de la ley, que rompe la separación de poderes y el principio de igualdad, provocando, a ojos de Feijóo, que haya ciudadanos de primera y de segunda. Pero también hablará de "inmoralidad" y el "fraude electoral", ya que una de las principales denuncias del PP es que el PSOE negó hasta el 23-J que fuera a aprobar dicha ley. "Es inmoral ceder a un chantaje al Estado para acceder a un cargo y es un fraude electoral presentarse a unos comicios prometiendo una cosa y haciendo luego justo la contraria", sostiene su equipo más cercano, con el que el popular estuvo en la jornada de este martes preparándose el discurso.

Por ello, otro de los puntos importantes de su intervención será cuando le reproche al socialista la exposición de motivos de su nueva ley, es decir, los argumentos que ofrece para decir que ahora sí que es necesaria una amnistía y hace tres meses no. "No es convivencia", como dice el PSOE, sino "conveniencia" para seguir en la Moncloa. "Hablamos de una amnistía y unas cesiones a cambio de los votos que necesita para ser investido presidente, con un altísimo coste para nuestro país que pagarán los ciudadanos", apuntan desde Génova.

Con todo, Feijóo acudirá al Congreso "sin agachar la cabeza", sacando pecho del "éxito" de sus multitudinarias protestas del pasado domingo en todo el territorio nacional con las que tratará de constatar el rechazo de gran parte de la sociedad -más de dos millones, según el PP- a los pactos de Sánchez con el independentismo catalán. Por ello, se reivindicará como la "voz" de los ocho millones de personas que le votaron el 23-J y también a los "millones de españoles que no fueron consultados por Sánchez al respecto de la aberración que va a cometer".

En definitiva, el discurso del líder del PP en la investidura del socialista será la antesala de su etapa en la oposición. Ejemplo de ello, Feijóo recordará que obtuvo mayor apoyo en las urnas -aunque no lograra la mayoría parlamentaria por solo cuatro votos- y que tiene la casi totalidad del poder territorial. Una postura que ya le ha sido criticada por la izquierda que le urge a asumir que no obtuvo el resultado esperado. Lo que sí augura el popular es que la amnistía saldrá adelante en el Congreso pero "por la puerta de atrás".

El Grupo Parlamentario Popular será el encargado de abrir las intervenciones de los portavoces, que se efectuará a partir de las 16.00 horas de este miércoles y se alargará hasta el día siguiente. Como el resto de fuerzas, tendrá media hora para su exposición. En el caso del PP, será el propio líder quien tome la palabra, tal y como se comprometió en su investidura fallida cuando el líder del PSOE, Pedro Sánchez, delegó su palabra en uno de sus diputados. Feijóo cargó contra la falta de institucionalidad del presidente en funciones y avanzó que él hablaría cuando fuera el turno del contrario. 

Para ello, el popular estuvo encerrado en su despacho durante gran parte de la jornada del martes, a excepción de una cita que ya tenía cerrada con periodistas extranjeros para rebatirles el relato del Gobierno sobre la amnistía. La dirección nacional difundió una imagen del presidente junto a su vicesecretario de Acción Institucional, Esteban González Pons, y su directora de gabinete, Marta Varela. No obstante, fuentes cercanas cuentan que Feijóo compartió impresiones con más gente de su equipo. El líder popular dedicó el tiempo a leer documentos y a preparar el debate de la investidura de su contrincante.