Puigdemont, tras el pacto para investir a Sánchez: "Entramos en una etapa inédita y el límite es la voluntad del pueblo de Cataluña"

Carles Puigdemont está satisfecho, y así lo demostró en su comparecencia en Bruselas este jueves una vez firmado el acuerdo entre Junts y el PSOE para desbloquear la investidura de Pedro Sánchez.
Carles Puigdemont está satisfecho, y así lo demostró en su comparecencia en Bruselas este jueves una vez firmado el acuerdo entre Junts y el PSOE para desbloquear la investidura de Pedro Sánchez.
Carles Puigdemont está satisfecho, y así lo demostró en su comparecencia en Bruselas este jueves una vez firmado el acuerdo entre Junts y el PSOE para desbloquear la investidura de Pedro Sánchez.
El expresidente Carles Puigdemont durante su conferencia en Bruselas.
Europa Press

Carles Puigdemont está satisfecho, y así lo demostró en su comparecencia en Bruselas este jueves una vez firmado el acuerdo entre Junts y el PSOE para desbloquear la investidura de Pedro Sánchez. Con su núcleo duro en primera fila, el expresidente catalán se vio envuelto en el aura que ahora le da sobre todo una polémica ley de amnistía que sin presentarse ya va a marcar la legislatura. En una comparecencia sin preguntas, el líder independentista explicó que el objetivo es "contribuir a resolver el conflicto histórico entre España y Cataluña". Además, ha dicho que se ha trabajado "no sin problemas pero sin descanso".

Puigdemont habla de un "acuerdo marco" para las relaciones que se den "a partir de ahora", en un tono en el que dio por satisfechas las demandas que ya había hecho hacía dos meses a la hora de negociar con los socialistas. "Hemos perdido cuatro años fundamentales", dijo sobre la anterior legislatura, y por eso los términos actuales "son diferentes". Asume el expresident que el camino de ahora "está lleno de dificultades" pero mantiene firme que quiere ahora "un proceso de negociación" con el Gobierno central, eso sí, con cierta "desconfianza". En cambio, solo hizo una cita al referéndum de autodeterminación en toda su comparecencia, alegando que Junts lo seguirá defendiendo, tal como dice el texto del pacto.

En el texto del pacto destaca sobre todo la ley de amnistía, dice el documento "para procurar la plena normalidad política, institucional y social como requisito imprescindible para abordar los retos del futuro inmediato". Esta norma además abarca desde 2012, con la convocatoria de la consulta del 9-N, en 2014, pasando por los hechos ocurridos en 2017 con el 1-O, y en el texto se incluye también el lawfare, es decir, lo que los independentistas consideran una persecución judicial en torno al procés. Por otro lado, se habla también de canales de negociación en los que Junts defenderá un referéndum de independencia y el PSOE una ampliación de lo incluido en el Estatut de 2006.

Por otro lado, la formación de Puigdemont propondrá una modificación de la ley de financiación autonómica "que establezca una cláusula de excepción de Cataluña que reconozca la singularidad en la que se organiza el sistema institucional de la Generalitat y que facilite la cesión del 100% de todos los tributos que se pagan en Cataluña". Y, por su parte, el PSOE apostará "por medidas que permitan la autonomía financiera y el acceso al mercado de Cataluña, así como un diálogo singular sobre el impacto del actual modelo de financiación". Además, se da luz verde a la figura del verificador internacional, otra de las grandes exigencias de Junts.

"Esto no resuelve nada, pero entramos en una etapa inédita, y su recorrido dependerá de la capacidad que tengamos de alcanzar los acuerdos, con el único límite de la voluntad del pueblo de Cataluña, representada en el Parlament. Nadie más puede representar al pueblo de Cataluña, ni el partido ganador de unas elecciones en otro Parlamento", avisó a Sánchez, y así "ha quedado explicitado", sostuvo, en el acuerdo con el PSOE. "Junts defiende por eso la legitimidad del 1-O y de la declaración de independencia. Eso no es un delito", añadió. Para el líder separatista ha habido "una guerra bruta" contra el independentismo, y se erigió a sí mismo como víctima de la misma.

Su recorrido dependerá de la capacidad que tengamos de alcanzar los acuerdos, con el único límite de la voluntad del pueblo de Cataluña

Repasó Puigdemont la historia, su historia, para reivindicar el procés y apuntar que las relaciones con España se han vuelto "insostenibles". El corazón del problema, prosiguió, es este y por eso "este tiene que ser el relato del conflicto, un relato que a partir de este acuerdo ya es compartido". En palabras del expresidente catalán, este acuerdo se da en Bruselas y no en Cataluña porque "todos los intentos anteriores han acabado en humillaciones".

Carles Puigdemont asumió las enormes diferencias entre Junts y el PSOE, aunque agradeció a los socialistas su disposición al pacto; en este sentido recordó que hay que eliminar, desde su posición, la calificación del independentismo como un movimiento terrorista, y valoró positivamente la amnistía, así como las comisiones de investigación relativas a todo lo que envolvió y envuelve el procés. "No nos fiamos de las palabras, y seguramente la otra parte opina lo mismo", esgrimió durante su comparecencia, por lo que quiere "tener todas las precauciones posibles".

"No tenemos que pedir perdón", alertó Puigdemont, quien avisó a Sánchez en reiteradas ocasiones de que el cumplimiento de este acuerdo es lo que condiciona la legislatura. Otro tanto que se ha anotado Junts es el de la figura del mediador internacional, que, dijo el expresidente, tendrá que trabajar "sin presión". A corto plazo, con todo, resumió tres pasos: este acuerdo, los siete votos de Junts para la investidura del presidente del Gobierno ahora en funciones y una primera reunión de las partes precisamente con este mediador. 

Sobre el resto de temas también hizo referencia el líder independentista a asuntos como el traspaso de Rodalíes a Cataluña, así como el tema fiscal. "Esa gestión de Rodalíes será completa", dijo, afeando de manera implícita lo recogido en el pacto entre el PSOE y ERC a este respecto. También subyace de todo esto una batalla dentro del propio independentismo. Tras media hora de comparecencia y con sus acólitos despidiéndole de pie entre aplausos, Puigdemont cerró su círculo: el discurso de este jueves se dio en el mismo sitio que su primera rueda de prensa tras llegar huido a Bruselas en 2017.

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