En la sexta noche de protestas contra la amnistía ante la sede del PSOE en la calle Ferraz de Madrid, unos 1.500 manifestantes, según los datos de la Delegación de Gobierno, se agolparon ante un potente cordón policial bajo una premisa: "Somos pacíficos, no violentos. No somos radicales". La escena de este miércoles era muy distinta a la del martes, cuando unas 40 personas resultaron heridas, la mayoría de ellas policías, por las fuertes cargas que se produjeron ante la presencia de algunos grupos radicales.
"¡Fuera, fuera!", gritaban los asistentes a algunos encapuchados que quisieron acercarse. Ataviados con banderas de España, pitos y pancartas con los mismos lemas escuchados estos últimos días, repartían panfletos en los que acusaban al Ejecutivo de Pedro Sánchez de mover a esos violentos. "Son sus tontos útiles", rezaban los papeles, donde además se hacía hincapié en que "los neonazis de ayer no representan a nadie".
La calma fue la tónica principal de la convocatoria, organizada por el sindicato de Vox Solidaridad y en la que se volvió a ver a algunos de los representantes de Desokupa. La tranquilidad del cordón policial nada tenía que ver con lo de la noche del martes, que con 7.000 personas a las puertas de la sede socialista, acabó en una batalla campal donde volaron botellas, adoquines y gas pimienta.
Uno de los pocos momentos de tensión se vivió al comienzo de la protesta, cuando dos encapuchados alcanzaron la cabecera. Los manifestantes comenzaron a gritarles y abuchearles mientras les hacían corro para que se fueran. Los dos encapuchados -un chico y una chica- fueron introducidos en un furgón de la Policía, según ha informado Efe.
"Prensa española, manipuladora"
A su vez, las televisiones grababan. "Televisión, manipulación", gritaban. Finalmente, la Policía Nacional tuvo que llevarse a los dos jóvenes entre rumores de que uno de ellos era Isabel Peralta, la joven de Bastión Frontal que este martes era abucheada por hacer el saludo nazi, algo que a los pocos minutos se desmintió. Quien sí acudió a la manifestación fue Melisa Domínguez, líder del grupo neonazi Hogar Social Madrid.
En su batalla contra esos encapuchados, la prensa también estaba en el punto de mira. La consigna "prensa española, manipuladora" se fue entremezclando con los mensajes contra el presidente en funciones, el expresident catalán Carles Puigdemont e incluso el rey Felipe VI. "España no será otra Venezuela", apuntaban a la vez que se volvían a escuchar insultos contra Sánchez.
"A ver si sale en la prensa que esto es tranquilo", espetaban algunos, en un momento en el que las televisiones tuvieron que dejar la protesta ante actitud algo violentas. "¡Fuera, perros!", gritaron. "Libertad de prensa, por favor", decía una mujer sorprendida ante la escena.
Ya entrada la noche, sobre las 22.00 horas, las familias y grupos de amigos dejaron paso a otro tipo de personas. En la primera fila de la protesta, las consignas franquistas y saludos a mano alzada fueron una tónica que otros intentaban evitar. Los antidisturbios cercaron a los pocos que quedaron metiéndose entre la masa. Pese a la amenaza de volver a revivir una revuelta como la del martes, las cosas no fueron a más.
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