¿Cuál es el futuro de Gaza después de Hamás? "La única opción para Israel es tolerar a Abás y que la Autoridad Palestina tome el control"

Dos niños frente a un edificio destruido por los bombardeos israelís en Gaza.
Dos niños frente a un edificio destruido por los bombardeos israelís en Gaza.
EP
Dos niños frente a un edificio destruido por los bombardeos israelís en Gaza.

El ejército de Israel mantiene en marcha su ofensiva en Gaza para destruir por completo todas las infraestructuras de Hamás y para derrocar el poder de las milicias islamistas, que gobiernan de forma autocrática en la Franja desde el año 2007. Pero la empresa, que se prevé larga y dolorosa, no terminará con la destrucción de Hamás, porque una vez eliminada esa amenaza, Israel tendrá que decidir qué futuro le espera a un territorio devastado por la guerra y sumido en una profunda crisis humanitaria.

"No pretendemos conquistar Gaza, no pretendemos ocuparla y no pretendemos gobernarla. Tendremos que encontrar un gobierno civil que esté allí", afirmó este jueves el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en la cadena estadounidense Fox News. Sin embargo, también dijo esta semana que Israel "asumirá la responsabilidad de la seguridad" en la Franja y que sus tropas "permanecerán por tiempo indefinido" en el enclave, lo que deja abiertas todas las posibilidades.

"Hay algunos sectores dentro del gobierno israelí que apuestan por volver a ocupar militarmente Gaza, pero hay que recordar que la ocupación que llevó a cabo entre 1967 y 2005 fue muy costosa para Israel. Una ocupación permanente significaría que Israel tendría que hacerse cargo y gestionar todas las necesidades de la población, desde el suministro de agua al alcantarillado", afirma David Odalric, director del Área de Seguridad y Defensa del INISEG.

Sonia Sánchez, investigadora del Real Instituto Elcano y especialista en Oriente Medio, comparte esa opinión: "Los sectores más extremistas de la coalición de gobierno, sobre todo el Partido Nacional Religioso (Mafdal) y Poder Judío (Otzmá Yehudit), son maximalistas y territorialistas, y abogan por volver a ocupar y colonizar Gaza, pero dentro de la comunidad de inteligencia y de seguridad de Israel existe bastante consenso en que eso no le conviene al país. No es la primera opción que estén barajando".

En ese sentido, Odalric considera que el papel de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) puede ser clave para el futuro de la Franja: "Pienso que la única opción para salir del conflicto sería que Israel tolerara como socio aceptable a Mahmud Abás y que fuera Al-Fatah quien sustituyera a Hamás en Gaza".

Esa opción, sin embargo, no está exenta de obstáculos porque la Autoridad Palestina no cuenta con el respaldo mayoritario de la población gazatí e, incluso, es vista por muchos de sus habitantes como colaboracionista o vasalla de Israel. "Hamás y Al-Fatah son enemigos desde 2007 y han sido rivales por el control de Gaza, pero la ANP tiene que presentarse ante la población como la única opción real para un alto el fuego y para restablecer la paz, porque la alternativa es volver a las milicias islamistas que utilizan a la población como escudo humano".

Sánchez también señala que las incursiones israelís en Cisjordania, que ya le han costado la vida a más de 170 palestinos desde que comenzó la guerra en Gaza, están debilitando a la Autoridad Palestina: "Si Israel quiere que el control de la Franja lo asuma la ANP, que es un liderazgo laico y menos radical que Hamás, no debería incendiar Cisjordania porque está movilizando a los sectores más radicales. Israel se está disparando en el pie al dejar a la ANP como una autoridad débil y sin capacidad de influencia".

Otra fórmula que baraja la investigadora del Instituto Elcano es que se establezca en la Franja "una especie de tutela transitoria con la colaboración de los países árabes, como Arabia Saudí, Qatar, Egipto o Turquía, hasta que pudieran celebrarse unas elecciones y elegir un nuevo liderazgo palestino renovado". "También podría haber implicación de la UE y de EEUU, pero eso causaría más rechazo y creo que sería bueno dar un mayor protagonismo a los actores locales y regionales", dice.

"La población de Gaza no va a perdonar a Israel"

Pero aunque la intención de Israel no sea gobernar directamente la Franja, parece evidente que la presencia de su ejército en el enclave se prolongará en el tiempo. "Veo muy difícil que Israel pueda retirarse militarmente de Gaza porque necesita una garantía mínima de seguridad y, cuando termine su ofensiva, el territorio quedará inmerso en una situación caótica", apunta el profesor de la Universidad Europea, Frédéric Mertens.

"El coste de eliminar a Hamás va a ser elevado para Israel porque está provocando mucha destrucción y la población de Gaza, por muy antiHamás que sea, no va a perdonar a Israel. Va a ser muy complejo que haya una situación de paz o de relativa tranquilidad y creo que el ejército va a quedarse mucho tiempo", añade.

El coste de eliminar a Hamás va a ser elevado para Israel porque la población de Gaza, por muy antiHamás que sea, no va a perdonar la destrucción que está provocando"

Otra opción a tener en cuenta es el despliegue de tropas internacionales bajo mandato de la ONU para garantizar la seguridad en Gaza, aunque Sánchez no la ve factible a corto o medio plazo: "De momento la seguridad civil y militar va a depender de Israel porque no creo que vaya a confiar en nadie más que en ellos mismos. En un futuro se podría intentar establecer una fuerza de interposición como se hizo en el Líbano después de la guerra de 2006 con la FINUL, pero hay que recordar que Israel está muy decepcionado con la labor de la FINUL porque no ha evitado que Hezbolá utilice el sur del Líbano para lanzar cohetes contra su territorio. Israel no se fía de una fuerza internacional para garantizar su seguridad".

Israel no se fía de una fuerza de interposición internacional para garantizar su seguridad"

Odalric señala que "es posible que el ejército israelí intente establecer una especie de zona desmilitarizada en la Franja, como hizo en el sur del Líbano, para mantener su propia seguridad durante algún tiempo". También apunta en esa dirección Sánchez: "No sé si de forma permanente o transitoria, pero es probable que Israel establezca una buffer zone o zona de seguridad. Para ello podría anexionarse un parte del territorio y vaciarlo completamente para garantizar que no se utilice para lanzar ataques contra su territorio".

Sobre la reconstrucción de Gaza cuando termine la guerra, Sonia Sánchez intuye que el bolsillo de los contribuyentes europeos acabará pagando buena parte de la factura: "Cuando Israel considere que Hamás ha dejado de ser una amenaza, será el momento de abrir conversaciones a nivel internacional y organizar conferencias de donantes, pero la factura de la reconstrucción se pagará como se ha hecho tradicionalmente, con fondos provenientes de la UE y de Estados Unidos. También pueden contribuir los países árabes que tienen interés en influir en la región y en mostrar su músculo económico, como Arabia Saudí, Qatar o Emiratos".

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