El acuerdo entre PSOE y Junts se retrasa de nuevo mientras los socialistas callan por la investigación a Puigdemont

Una inminencia que, de momento, no es tal. Así podría definirse el pacto entre el PSOE y Junts para investir como presidente del Gobierno a Pedro Sánchez, que lleva varios días estando al caer, pero sin terminar de hacerse oficial.
Una inminencia que, de momento, no es tal. Así podría definirse el pacto entre el PSOE y Junts para investir como presidente del Gobierno a Pedro Sánchez, que lleva varios días estando al caer, pero sin terminar de hacerse oficial.
Una inminencia que, de momento, no es tal. Así podría definirse el pacto entre el PSOE y Junts para investir como presidente del Gobierno a Pedro Sánchez, que lleva varios días estando al caer, pero sin terminar de hacerse oficial.
Jordi Turull sale de un hotel en Bruselas.
ATLAS

Una inminencia que, de momento, no es tal. Así podría definirse el pacto entre el PSOE y Junts para investir como presidente del Gobierno a Pedro Sánchez, que lleva varios días estando al caer, pero sin terminar de hacerse oficial. Fuentes de los dos partidos aseguran que el acuerdo "político" está "cerrado", pero la dificultad técnica que entraña la ley de amnistía continúa demorando un acuerdo que se esperaba para el jueves pasado. Para más inri, al expresident fugado de la Justicia, Carles Puigdemont, le cayó ayer una nueva investigación por terrorismo en la causa de Tsunami Democrátic que el PSOE ha evitado valorar.

En Bruselas cayó la noche del lunes en medio de una tensión creciente después de la implicación del expresident, que tuvo eco en unas negociaciones encalladas en la capital belga durante toda la jornada. "¡A por ellos! Por no perder la costumbre. Es el golpe de Estado permanente que tanto les gusta revivir, sea con sables o sea con togas. Mientras no cierren la puerta que abrió el rey con el discurso del 3 de octubre, siempre se sentirá hedor de alcantarilla", resumió en las redes sociales el expresidente catalán, que sigue rodeado de su núcleo duro en pleno barrio europeo. Los socialistas, por su parte, guardan silencio al ser preguntados al respecto.

La clave está en los "detalles técnicos", comentaron fuentes de la formación independentista, que se apoyaron en la densidad del texto para explicar la demora en el pacto, pues el acuerdo político lleva días cerrado. Con todo, se dio una situación bastante llamativa: las dos delegaciones estuvieron separadas por 300 metros, recluidas e intercambiándose documentación por vía telemática. Junts no confirmó de hecho que se dieran reuniones presenciales durante el lunes.

Mientras tanto, los emisarios de Sánchez, con Santos Cerdán a la cabeza, estuvieron en el Hotel Sofitel, situado en la Place Jourdan. La delegación de Junts, con nombres como Laura Borrás, Jordi Turull o Míriam Nogueras, se encontraba en el Press Club, muy cerca de la sede de la Comisión Europea. Estos abandonaron su 'cobijo' en torno a las dos de la tarde sin hacer declaraciones; algunos miembros del partido incluso se fueron del lugar con maletas, mientras Puigdemont se quedaba con sus acólitos más fieles para cerrar los últimos flecos del pacto.

El último escollo conocido en las conversaciones era el alcance de la amnistía, pues el expresidente de la Generalitat pidió que arrancase en 2013. Ahora, las partes asumen que se trata de un texto muy complejo desde el punto de vista jurídico, y en esos detalles se encuentran ahora mismo bajo una lluvia bruselense que comenzaba a ser más fuerte pasado el mediodía. Hasta este lunes la 'sede' elegida por Junts para sus cónclaves internos fue el Hotel Thon, también en el barrio europeo, pero ahora se han pasado -al menos durante unas horas- al Press Club, que fue el lugar elegido por el propio expresidente de la Generalitat para su primera comparecencia cuando llegó a Bélgica en el año 2017.

"Es una negociación muy técnica, en la que los asesores jurídicos de ambas partes lo revisan todo", decían fuentes socialistas, que justificaban así la demora temporal del pacto y rechazaban hacer una estimación sobre cuándo puede cerrarse. Otras fuentes del partido apuntan a que se ha de dejar tiempo a que Junts continúe virando hacia posiciones pactistas tras haberse encerrado en posiciones "muy férreas". 

Eso sí, las informaciones que salen desde Ferraz siguen apuntando hacia una investidura que tendría sentido esta semana. De cerrarse el acuerdo este mismo martes, el debate para que Sánchez renueve su mandato en la Moncloa podría celebrarse el miércoles y el jueves. La exigencia de los independentistas siempre ha sido que la ley de amnistía esté registrada en el Congreso antes de dar su 'sí' al PSOE, lo que es posible al poder celebrarse la Mesa de forma telemática. Además, la presidenta de la Cámara Baja, Francina Armengol, decidió la pasada semana hacer hábiles los festivos y los fines de semana de noviembre -el jueves es festivo en Madrid ciudad al celebrarse la festividad de La Almudena-.

De esta manera, los socialistas podrían cortar o, al menos, minimizar el desgaste que está suponiendo para ellos la extrema discreción y el silencio con el que están llevando a cabo las negociaciones para investir a Sánchez. El contexto tampoco ayuda, pues, según denuncian desde el partido, las sedes del PSOE están siendo atacadas "a lo largo de toda la geografía nacional". "Exigimos al PP y a sus aliados de la ultraderecha neofascista que condenen estos ataques, los gritos contra la Constitución, el Jefe del Estado, el presidente del Gobierno y a favor del dictador Franco" que, dicen, "se repiten en concentraciones convocadas por grupos de ultraderecha y cuentan con la presencia de expresidentas autonómicas del Partido Popular". Esto último sucedió el viernes en Ferraz, una protesta a la que acudió Esperanza Aguirre, expresidenta de la Comunidad de Madrid. 

El apoyo del BNG, cerrado

La operación para devolver a Sánchez las plenas competencias como presidente del Gobierno tiene varios carriles. Y los socialistas lograron cerrar este lunes un nuevo apoyo, el del BNG. La vicesecretaria general y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, firmó con la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, un acuerdo de 22 puntos que, entre otras actuaciones, prevé la garantía del reconocimiento nacional de Galicia al igual que Euskadi o Cataluña; la quita de la deuda autonómica; medidas contra la violencia machista en Galicia; rebajas en diferentes peajes y redes de carreteras en la región; o actuaciones de modernización de la red ferroviaria.

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