La investidura de Pedro Sánchez tendrá que esperar porque el sí desde Bruselas todavía no llega. El visto bueno de Carles Puigdemont, que tiene que bendecir, huido en Bélgica, que el líder socialista pueda seguir siendo presidente del Gobierno gracias a los siete votos de Junts, no ha visto la luz este jueves por el alcance de la amnistía, cuestión que centra ahora las negociaciones. El expresidente de la Generalitat, de hecho, se ha hecho de rogar, ha querido la foto y el vídeo para después dejar para más adelante la fumata blanca. En el medio de todo, la amnistía, que el PP ya ha dicho que dilatará aprovechando su mayoría absoluta en el Senado.

La cúpula de Junts se ha reunido durante seis horas en el hotel Thon de la capital belga, y todo estaba preparado para una comparecencia de Puigdemont que finalmente se ha desconvocado y que podría celebrarse este viernes, aunque las fuentes de Junts consultadas por 20minutos piden "calma" porque "no hay nada hecho". Lo que sí han tenido el expresidente de la Generalitat y sus acólitos fue la imagen de un encuentro que parecía ser el preludio del sí definitivo. Pero todavía no llega. ¿El problema? Que Puigdemont no está convencido con el alcance que tendrá la ya prometida amnistía, que el PSOE sí ha cerrado en las últimas horas con ERC. El independentismo, a la carrera; y Puigdemont marcando el ritmo.

En este sentido, el expresident catalán ha dejado claro este jueves en X, antes Twitter, que "para tratar con el sistema político español todas precauciones son pocas". Puigdemont ha aseverado que su partido no cambiará la prudencia por las prisas. "Nos mantenemos, y nos afianzamos. No cambiaremos la prudencia y precauciones que hemos mantenido hasta ahora por más prisas que algunos tengan", ha escrito. 

"Hay muchos nervios", han reconocido desde la formación independentista, toda vez que la idea de los socialistas es que la sesión de investidura se pueda celebrar la semana que viene, con los votos de Junts atados y con la idea de que la legislatura empiece a andar con la sombra de una ley de amnistía que ya nace tremendamente polémica, incluso antes de que se registre en el Congreso como proposición de ley, algo que también está previsto que se dé en las próximas horas.

El PSOE confirma el acuerdo final con ERC para sellar la investidura de Sánchez

Hace dos meses, Carles Puigdemont puso sobre la mesa sus condiciones para solo empezar a hablar de la investidura de Sánchez. Estas fueron, entre otras, una amnistía desde el 9-N y un abandono "completo" de la vía judicial, en lo que el 'padre' del procés independentista calificó como un acuerdo que tendría que ser "histórico". En esa amplitud de la amnistía está ahora el problema para que el presidente del Gobierno en funciones tenga el sí definitivo, solo días después de que él apoyase claramente la amnistía, dijo, "haciendo de la necesidad virtud".

No hay menciones expresas ahora -al menos de momento- a la unilateralidad, vía que en cambio sí siguió defendiendo Puigdemont el pasado septiembre. Asimismo, pidió entonces un "seguimiento" para medir el cumplimiento de los acuerdos. "La total falta de confianza hace que este mecanismo sea imprescindible", sostuvo, refiriéndose de forma implícita a la figura de un mediador -o relator, como llegó a tener sobre la mesa el PSOE en 2019- .

"Ninguna de estas condiciones es contraria a la Constitución ni a los Tratados europeos. Son condiciones previas para evitar nuevas elecciones y que, si se dan, nos comprometen y nos obligan a trabajar. Solo dependen de la voluntad política", terminó en su momento, porque para él "estamos haciendo política". La repetición electoral ya no parece una posibilidad ni siquiera remota, pero la espera tendrá que alargarse un poco más para Pedro Sánchez, con el límite del 27 de noviembre sobre la mesa, porque, al final, en futuro de España se decide en Bélgica.