El director de la Agencia Catalana del Agua, ACA, Samuel Reyes, asegura que la posibilidad de traer barcos con agua “está sobre la mesa”. Esta circunstancia ya se dio en 2008. Reyes explicó en una entrevista a Catalunya Ràdio que «los barcos tienen un impacto visual y de concienciación» que se considera positivo porque «llevamos dos años de sequía y creo que hay muchas personas que todavía no saben que estamos en sequía, ya que no han notado nada en su casa y no hemos tenido en ningún momento cortes de agua».

Samuel Reyes recordó que durante la sequía de 2008, la presencia de barcos descargando agua en la ciudad provocó una gran toma de conciencia de la situación. Como consecuencia de este impacto, el consumo, que entonces era más elevado que ahora y se situaba en los 130 litros por persona y día frente a los 100 litros actuales, se redujo de forma importante

Sin embargo, desde la ACA se hace un análisis de la situación que explica que las consecuencias de una sequía sin precedentes en ciudades como Barcelona no se han notado significativamente. Samuel Reyes señaló que no ha habido grandes cambios y los ciudadanos siguen viendo como se siguen regando los árboles y las calles con aguas, freáticas, que vienen del subsuelo, o aguas reutilizadas. «Como mucho han visto la hierba seca», indicó Reyes.

Declaración inminente

Desde la Agencia Catalana del Agua se calcula que el área metropolitana puede entrar en fase de emergencia en 4, 5 o 6 semanas «dependiendo de los indicadores», según Reyes. Las cifras de la ACA indican que en estos momentos hay alrededor de 125 Hm3 de agua en el sistema Ter-Llobregat y se entra en emergencia cuando se llega a los 100 Hm3.

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La entrada en vigor de la declaración de emergencia por sequía sí que comportará importantes cambios que podrá apreciar el ciudadano. De momento, las consecuencias de la emergencia no se notará en los hogares en forma de cortes de suministro, porque según Samuel Reyes, aún hay margen para reducir consumos en los sectores de actividad, como oficinas, restaurantes, gimnasios y otros negocios. Pero en el espacio público, sí que se dejará de regar los árboles y todas las zonas verdes, y el riego de las calles también se prohíbe, en todos los casos, «sea cual sea el origen del agua utilizada».

Niveles preocupantes

Aunque desde el ACA se descarte por el momento los cortes de suministro, el pasado martes, su director, Samuel Reyes, no se mostraba demasiado optimista con la situación a medio plazo, y en este sentido indicó que “la situación para los próximos meses es muy preocupante” porque el nivel de reservas es “bajísimo”. Además, ayer explicó que «hemos tenido un mes de septiembre y de octubre realmente secos por tercer año consecutivo», y aseguró que «es sorprendente que durante tres años estemos siempre por debajo de la mínima».

Esta situación es aún más grave cuando esa falta de lluvias se da precisamente en las cabeceras de los ríos Llobregat, Ter y Muga, que acumulan graves déficits de lluvias. La cabecera del Muga ha recibido 370 litros menos que la media histórica, la del Ter acumula un déficit de 250 litros menos, y la del Llobregat ha recibido también unos 250 litros menos.

Apuesta por el ahorro

Ante esta falta de recursos, Samuel Reyes apostó ayer por un consumo responsable y por la reutilización. Señaló que hay sistemas con los que se recoge en un depósito el agua que sale del fregadero, del lavabo o de la ducha, se trata y se utiliza para la cisterna. Reyes indicó que con este proceso se puede llegar a ahorrar el 20% del consumo.

Si bien admitió que frente al ahorro se pueden seguir construyendo instalaciones para producir agua, consideró que es solución requiere mucha inversión en instalaciones y equipos, invasión del litoral por parte de las desaladoras, mucho gasto energético, y por tanto, el precio del agua tendrá que ser más elevado.