'The Book of Mormon', el irreverente musical de los creadores de 'South Park' que reescribe su religión con osadía y humor

Primera escena del musical 'The Book of Mormon' en el Teatro Calderón
Primera escena del musical 'The Book of Mormon' en el Teatro Calderón
SOM Produce
Primera escena del musical 'The Book of Mormon' en el Teatro Calderón

Un buen comienzo de musical vale su peso en oro. Ser capaz de levantar el aplauso rotundo del personal con un número brillante, calienta el teatro para que la función se viva con expectativas. Es justo lo que sucede en The Book of Mormon, el musical que se ofrece en el Teatro Calderón de Madrid, con el primer tema ¿Qué tal? -Hello, en el original-, que presenta a una divertida legión de mormones preparados para salir a recorrer las calles y llamar a todos los timbres, con sus impecables camisas blancas de manga corta y sus corbatas negras. Además de ser la tarjeta de presentación más común de los mormones, cuando se plantan delante de nuestras casas para hablarnos del famoso Libro, supone la mejor bienvenida a los espectadores.

El riesgo de empezar por todo lo alto es que hay que mantener el entusiasmo del público en el mismo nivel, pero de eso ya se encargaron en primera instancia Trey Parker y Matt Stone, creadores de South Park; y en el apartado musical Robert López, compositor de grandes éxitos como Coco y Frozen.

El resultado es una función divertida, irreverente, trepidante, con toques de humor negro, repleta de temas musicales de calidad y numerosas intervenciones corales, perfectamente compuestas y diseñadas.

The Book of Mormon se estrenó en Broadway en 2011, convirtiéndose rápidamente en un éxito fulgurante que se ha mantenido en el tiempo. Doce años ininterrumpidos en Broadway y diez en el West End londinense dan buena prueba de su calidad. Ha obtenido nueve premios Tony y cuatro Olivier, reuniendo desde su estreno más de 9 millones de espectadores y unos ingresos de más de 700 millones de dólares.

Después de un inicio tan brillante, la función encadena temas tan descriptivos de la configuración habitual de los mormones como Somos Dos, para después descubrirnos en Tú y yo uno de los puntos fuertes de esta producción: la pareja protagonista formada por Jan Buxaderas -al que hemos visto en Mamma mía! o Grease-, como Elder Price, y Alejandro Mesa - The Rhythm of the Night o La familia Addams- en el papel de Elder Cunningham. Componen un tándem de mormones que son como la cara y la cruz, el caballero y el escudero, pero obligados a compartir litera. Ahí es donde les vemos en ropa interior que, por cierto, es considerada sagrada para los mormones. En definitiva, una pareja que firma una interpretación magnífica, llena de humor, energía y dotes musicales.

Jan Buxaderas y Alejandro Mesa, pareja protagonista de 'The Book of Mormon' en Madrid
Jan Buxaderas y Alejandro Mesa, pareja protagonista de 'The Book of Mormon' en Madrid
SOM Produce

The Book of Mormon trata con sentido del humor satírico y notable osadía el choque cultural que se produce al intentar difundir la doctrina de los mormones en un lugar tan alejado como Uganda. Price y Cunningham se topan de bruces con un escenario desinhibido, abigarrado y confuso, puramente africano. Allí les dan un recibimiento festivo, un número colorista y lleno de ritmo, gracias al tema Hasa Diga Eebowai. No desvelaremos la traducción de la canción, pero es bastante significativa del tono que persigue el musical y le ha proporcionado éxito.

En Uganda nuestros protagonistas se integran con un equipo de mormones que llevan allí un tiempo sin ser capaces de convertir a ningún despistado, pero que andan muy preocupados por mantener a raya algunos pensamientos impuros. Todos ellos están capitaneados por Nil Carbonell en el papel de Elder Mckinley, que está absolutamente desternillante. El tema Apágalo nos mete en otro de los charcos en que este musical no tiene reparo en caer: el de la homosexualidad dentro de la congregación, tratado siempre con gran sentido del humor y buen gusto. Un número coral muy cuidado, haciendo un repaso por las tentaciones que deben evitar, se une a otros momentos en que la coreografía brilla con fuerza.

Una de las escenas de la comedia musical 'The Book of mormon'
Una de las escenas de la comedia musical 'The Book of mormon'
SOM Produce

Como casi siempre ocurre, el sentido común más pragmático es la mejor arma para afrontar una aproximación como la de un mormón en África. El personaje de Elder Cunningham tira de ingenio para escoger una serie de personajes populares de Star Wars, La historia interminable o Star Trek, e introducirlos en la vida del Padre de los mormones, Joseph Smith. Así se saca de la chistera una versión más asequible para los ugandeses. El resultado es un pastiche disparatado que provoca algunos momentos divertidísimos, así como una escenificación hilarante de la historia que relata la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, que así se hace llamar esta comunidad.

David Serrano, director de este musical, puntualizaba antes del estreno algo obvio en relación a si The Book of Mormon puede resultar ofensivo o blasfemo. Una función que lleva años en cartel, tanto en Broadway como en el West End, y no precisamente en pequeños teatros del circuito off, indica que no debe contener nada que pueda escandalizar a una porción significativa de la población. Antes al contrario, parece que los mormones andan encantados por la notoriedad que se les proporciona, conscientes de que todo está pasado por el prisma del humor. Es un sentido pragmático, al fin y al cabo, en consonancia con el de Elder Cunningham.

Saludos finales del elenco de 'The Book of Mormon' en el Teatro Calderón
Saludos finales del elenco de 'The Book of Mormon' en el Teatro Calderón
Adolfo Ortega

El musical avanza sin darnos tregua, con meritorias intervenciones solistas, música siempre vibrante que se escucha sin estridencias ni volumen excesivo -cosa que agradecemos especialmente-, bailes en que Jesucristo se marca unos pasos hasta con Stalin, números complejos a ritmo de rap como El profeta de todos los americanos, u otro en que nos internamos en el imaginario Infierno de los mormones. Todo mantenido con buen pulso y generando sonrisas, risas y carcajadas a discreción, casi siempre con un humor negro e irreverente.

En definitiva, un espectáculo de primer nivel que ya iba siendo hora de que aterrizara en nuestro país, tras más de una década de triunfo en el mercado anglosajón, pero siempre será bienvenido cuando lo hace con una producción tan cuidada como la actual de SOM Produce.

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