En tiempos pretéritos los herederos de la corona de España, príncipes de Asturias, de Gerona y de Viana, juraban como tales su reconocimiento y respeto a las leyes y fueros locales ante las viejas cortes estamentales de los distintos reinos de la monarquía hispánica: Castilla, Aragón y Navarra. 

Una forma de garantizar la continuidad dinástica, a la par que un reconocimiento del compromiso del príncipe jurado con los representantes de los distintos estamentos sociales de sus reinos. Posteriormente, con la llegada de los Borbones a comienzos del siglo XVIII, aquella antigua tradición perdió fuerza, tendiendo a centralizarse las juras en Madrid, donde la solemne ceremonia se oficiaba en el Real Monasterio de los Jerónimos.

Envuelta en distintos elementos simbólicos

Tal fue el caso de Luis I, Carlos IV, Fernando VII e Isabel II pero, con el fin de la monarquía absoluta y el colapso de Antiguo Régimen, el nuevo constitucionalismo liberal trasladó las juras al edificio de las Cortes sede del Parlamento.

Allí, a partir de entonces, reyes y príncipes de Asturias juraron las distintas Constituciones ante las dos cámaras, el Congreso y el Senado, en ceremonias de carácter netamente distinto de las anteriores, que simbolizaban, y todavía simbolizan, el compromiso del rey, o del heredero, con los principios constitucionales y su reconocimiento de que la soberanía del Estado reside en el pueblo (y no en la corona) representado en el Parlamento.

La misma idea que impregna el espíritu de la jura de la Princesa Leonor este martes día 31 que, de forma necesaria, estará envuelta en distintos elementos simbólicos tanto de la Corona y del Estado, como son las Medallas del Congreso y del Senado.

La medalla de Oro del Congreso de los Diputados será el tercer elemento simbólico que rodeará a Leonor el día de su jura. Máxima condecoración del Congreso, se otorga por decisión de la Mesa y será la presidenta de la cámara, Francina Armengol, quien haga entrega de ella a la princesa. 

La medalla del Congreso es un disco de esmalte

Una medalla creada para reconocer los méritos excepcionales contraídos por personas vinculadas a la cámara o que hubieran realizado actividades relevantes al servicio de la misma o de los valores y principios del parlamentarismo.

Consiste en un disco de esmalte de 30mm de diámetro en cuyo anverso aparecen en esmalte las denominadas "armas grandes" de España, que representan todos los antiguos territorios patrimoniales de la monarquía hispánica (Castilla, Aragón, Navarra, Granada, Borgoña, Sicilia, Tirol, Brabante, Flandes, etc.) rodeadas por el collar del Toisón de Oro y surmontadas por una cinta azul con filetes dorados en la que se lee "Medalla. Congreso de los diputados".

PP

Está timbrada con una corona real y pende de una cinta a modo de encomienda con los colores de la bandera de España. Dispone de un alfiler para poder llevarla en prendas de vestir y ha sido concedida, entre otros, a todos los presidentes de la democracia desde Adolfo Suárez a nuestros días y a todos aquellos que han sido presidentes del Congreso en el momento de abandonar el cargo.

La del Senado se lleva sobre el cuello sujeta con una hebilla

Su hermana, la Medalla de Oro del Senado, también le será impuesta a Leonor en ese mismo acto en las Cortes por el presidente de la Cámara Alta, Pedro Rollán. Un galardón que se concede a petición de la Mesa por unanimidad de sus miembros y que se lleva sobre el cuello sujeto con una hebilla que pende de un cordón doble y trenzado de color dorado confeccionado en seda.

A diferencia de la del Congreso, esta medalla lleva en el anverso las armas actuales (o "armas cortas") del reino de España surmontadas por una cinta azul de filetes dorados con la leyenda "Senado de España" y por una corona real. Ambas son distinciones de carácter civil y son pocos quienes poseen las dos, como es el caso de los reyes don Juan Carlos y don Felipe.

Sergio Barrenechea / EFE