Bruselas se abre a prorrogar medidas de emergencia como el mecanismo ibérico si la guerra entre Israel y Hamás encarece el gas

Búsqueda de supervivientes en Gaza después de un ataque aéreo de Israel.
Búsqueda de supervivientes en Gaza después de un ataque aéreo de Israel.
MOHAMMED SABER
Búsqueda de supervivientes en Gaza después de un ataque aéreo de Israel.

Como el típico efecto dominó, el enfrentamiento entre Israel y Hamás que ha puesto en máxima tensión la situación en Oriente Próximo ya está teniendo consecuencias en el terreno de la energía, con una menor actividad de la terminar de gas natural licuado (GNL) en Egipto, que podría elevar el precio internacional de esta materia prima. Así lo contempla la Comisión Europea que, aunque de momento cree que el abastecimiento de gas está garantizado en la UE de cada al próximo invierno, no descarta que una situación tan incierta haga necesario recurrir por más tiempo a las medidas de emergencia que acordó el año pasado en plena crisis de precios por la guerra en Ucrania, entre las que se encuentra también el mecanismo ibérico para limitar el precio de la electricidad en España y Portugal, que expira en diciembre. La comisaria de Energía, Kadris Simson, ha afirmado este martes que Bruselas está "dispuesta" a prorrogarlas si es necesario.

"La Comisión Europea ha evaluado el mercado y ha llegado a la conclusión de que, hoy por hoy, con el 98% de almacenamiento [de gas en  los Estados miembros] no hay riesgo inmediato de desabastecimiento de gas de cara al invierno, ha dicho Simson. En concreto, los almacenes de gas de España están al 100% de su capacidad desde el 16 de octubre, según cifras de la Comisión.

Sin embargo, ha añadido que la situación está llena de "incertidumbre" por lo que respecta al mercado mundial de gas natural licuado (GNL), el que más alimenta al mercado europeo después de que el año pasado cortar prácticamente por completo el tránsito del gas ruso, por gaseoducto. La situación incierta, ha indicado, puede ser fruto por un corte de suministro en Australia o en "plantas egipcias", que en los últimos años se abastecían de los yacimientos en Israel, que ha suspendido por motivos de seguridad desde el ataque de Hamás el pasado 7 de octubre.

Bruselas cree que esto puede tener efecto "en los precios del gas" y la comisariar de Energía ha afirmado que "consultaremos con nuestros servicios y si es necesario prolongar las medidas, estamos dispuesto a hacerlo".

Topes de precios y consumo

El mecanismo ibérico que desde junio del año pasado puso un tope al precio de la energía utilizada para generar electricidad si el del gas superaba un determinado umbral -primero de 40 euros MWh, actualmente, de 62 euros- es una de las medidas de emergencia que autorizó la Comisión Europea para ayudar a los países de la UE a aliviar el elevado precio de la energía sobre sus hogares y negocios. Tras una primera prórroga, el tope al precio de la electricidad expira el próximo 31 de diciembre, si no hay otra extensión que, sin citar en concreto a este instrumento, la comisaria no ha descartado este martes. Es un aspecto sobre el que fuentes del Gobierno español mantienen el silencio de momento.

También expiran a final de año otras medidas de emergencia -en este caso, general para todos los países- una reducción del consumo de gas y de electricidad, la creación de una tasa sobre los beneficios extraordinarios de empresas petroleras o gasistas o el límite de 180 euros MWh al que se pagaría la electricidad de fuente renovable o nuclear si el gas se volvía a disparar por encima de ese precio. Esta última medida, que costó mucho acordar en la UE y que después no ha tenido que ser nunca utilizada, es la que acaba de sentar un precedente de cara a una eventual prórroga de otras medidas. El acuerdo sobre la reforma del mercado eléctrico que alcanzaron los Veintisiete la semana pasada contempla una prórroga del tope de 180 euros de seis meses, hasta junio de 2024.

Fin a las ayudas al carburante

La Comisión ha abierto la puerta a otras posibles prórrogas en un día de mucha actividad en el campo de la energía, con la aprobación del llamado "Paquete eólico", con medidas para impulsar y proteger la industria eólica europea, y la presentación del informe de sobre energía en la UE en 2023 para hacer un balance del camino recorrido hacia la transición ecológica e identificar los desafíos que hay todavía por delante.

Entre estos desafíos figura la necesidad en la que han insistido este martes los tres miembros de la Comisión responsables de Energía y Clima para que los países de la UE vayan eliminando los subsidios que todavía dan a gas y otros combustibles fósiles, como por ejemplo el descuento al carburante que queda en España para el sector del transporte

Según el informe, estos subsidios - que van en el camino contrario a los compromisos internacionales de reducción de emisiones y que la UE también pide a otras regiones y países- se incrementaron notablemente el año pasado, durante la crisis energética y todavía están en pie en un 50%. Los gobiernos europeos siguen dando ayudas por valor total de 64.000 millones de euros a sus hogares e industrias.

"Se incrementaron el año pasado por la crisis pero esto tiene que cambiar", ha advertido el comisario de Acción por el Clima, Wopke Hoekstra. "La mayor parte de subsidios son anacrónicos y no ayudan a la transición. Los combustibles con subsidios que no atiendan a pobreza energética o a la transición justa tienen que ser eliminados lo antes posible", ha instado. En el caso español, la Comisión cifra en 868 millones los fondos 'permitidos' del Fondo de Transición Justa.

Menos Rusia y más carbón y renovables

Gracias en buena medida precisamente a la aplicación de las medidas de emergencia y al despliegue de energías renovables y eficiencia como consecuencia del cambio de modelo energético que se vio obligada a acelerar la UE como consecuencia de la agresión rusa contra Ucrania, una de las principales conclusiones del último año energético es que la UE está cumpliendo sus objetivos climáticos. En 2022, sus emisiones conjuntas de CO2 descendieron un 3%, consiguiendo una reducción del 32,5% con respecto a los niveles de 1990. Además, se evidenció que la lucha contra el cambio climático no solo no frena el crecimiento económico, sino que es compatible con él. El crecimiento del PIB de la UE creció un 3,5% el año pasado, más todavía que el recorte de emisiones.

"La UE está cumpliendo. A pesar de las dificultades de la crisis energética, hemos mejorado con respecto al año anterior y los niveles prepandemia" ha aseverado el vicepresidente y responsable de Clima del ejecutivo comunitario, Maros Sefcovic.

A pesar de que, como también apunta el informe, la crisis energética provocó que la UE volviera a quemar más carbón para garantizar el suministro energético, en un año en el que los Veintisiete rompieron casi todos sus vínculos con su mayor proveedor de energía, Rusia. Según el informe, la UE recortó en un 90% sus importaciones de petróleo ruso y pasó de importar 155 bcm de gas en 2021 a solo 80 bcm, con otro recorte en 2023 hasta solo entre 40 y 45.

El año pasado, la UE redujo su consumo de gas en un 18% y fue capaz de poner en pie una plataforma de compras conjuntas para conseguir mejores precios que en breve celebrará la cuarta ronda y que se espera pueda replicarse exitosamente a las compras de hidrógeno renovable, con una primera subasta de prueba en noviembre. 2022 también fue un "año récord" en el despliegue de renovables, con la instalación de un 60% más de potencia instalada de fotovoltaica  que en 2021 (41 gigavatios más) y de eólica terrestre y marina, con un 45% más que el año anterior. Bruselas advierte de que todavía queda mucho que hacer en sectores como el transporte o la agricultura. 

En cuanto al carbón, Sefcovic ha reconocido que se recurrió más a esta materia prima alta en emisiones de CO2 "para sustituir la producción eléctrica", mermada a partir de energía nuclear -en buena medida por averías en el parque francés- e hidroeléctrica, por la sequía generalizada. "Pero es un efecto a corto plazo", ha asegurado el vicepresidente de la Comisión.

Clara Pinar
Redactora '20minutos'

Actualmente cubro la información relacionada con energía, transición ecológica y transportes. Antes, también en 20 Minutos, me encargué de la cobertura sobre la crisis sanitaria por Covid y, previamente, de la información relacionada con Presidencia del Gobierno. Antes trabajé en la revista Tiempo y, en Bruselas, en las agencias Europa Press y Notimex y fui colaboradora de el periódico Levante-EMV, entre otros medios. Soy licenciada en Ciencias de la Información y postgrado en Información Internacional y Países del Sur por la Universidad Complutense. En 2021 terminé un Máster sobre Museología y Gestión de Museos de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA).

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